viernes, 2 de abril de 2010

Historias orales de Cupareo, Eménguaro y Los Negros


San Pedro de los Naranjos
Son varias las versiones acerca del nombre original de la comunidad: “Molino de Doña Leonor de Prado”, “Labor de San Pedro Alcántara”, “San Pedro de las Huertas”, Congregación de San Pedro”, “Aquiles Serdán” y San Pedro de los Naranjos”. En archivos notariales de la Iglesia de Tolentino, en San Nicolás de los Agustinos, se encuentran registros de personas desde mediados del siglo XVII y nos llama la atención el bautismo de la niña Antonia, el 10 de julio de 1662, y cuyos padres fueron: Jusephe y Juana; sus Padrinos: Juan Rodríguez e Isabel García. En ese tiempo, San Pedro era conocido como “El molino de doña Leonor Prado”.
Sin embargo, en una de las monografías de la ciudad de Salvatierra se encuentra el decreto No.208, con fecha 14 de junio de 1935, firmado por el entonces Gobernador de Guanajuato, Lic. Adolfo Maldonado, donde se cambia el nombre de “Congregación de San Pedro”, por “Aquiles Serdán”.
Posteriormente, se encuentra otro decreto, con fecha 8 de septiembre de 1948, donde se cambia el nombre de “Aquiles Serdán” por el actual “San Pedro de los Naranjos”; el decreto es el No. 136 y lo firma el Gobernador en turno: C. Jesús Castorena.
Cupareo
El origen de la fundación de Cupareo no se sabe con exactitud, puesto que el pueblo es antiguo a comparación de otros más recientes. Cupareo quiere decir cruce de caminos, según la memoria histórica de los habitantes del lugar. También mencionan que algunas personas que empezaron a poblar la comunidad llegaron de otras vecinas como Gervasio Mendoza, de esta forma se comenzó a ampliar la comunidad paulatinamente hasta tener la extensión de territorio y población que hoy tienen. Las primeras calles que se recuerda que había en la comunidad y que siguen existiéndose son la Hidalgo y la Independencia. En todas las comunidades o en casi todas, un rango distintivo de la propia localidad y más para las personas es el templo o la capilla. En este caso, la referencia es la fundación del templo de nombre Parroquia de Nuestra Señora Santa María de Guadalupe, la cual se terminó de construir por el año 1900. Antes solo era una capillita chiquita, pero conforme fue creciendo la comunidad se pensó en construir una más grande, en donde colaboró toda la comunidad. [1]
[1] Información proporcionada por Eliseo Martínez de 82 años, quien es originario de la comunidad.
Los Negros
La comunidad de San Pedro de los Negros es una comunidad considerada para algunos de sus habitantes como bastante vieja, pues se aseguran que es más antigua que las comunidades que la rodean como: La Luz, La Quemada, El Ranchito, entre otras. El por qué de denominarle Los negros a ciencia cierta no se sabe, pero se dice que desde que apareció este pueblo los Mecos (indígenas del lugar) solían realizar sus actividades y su vida cotidiana totalmente desnudos, de ahí que ésta sea la versión del por qué le nombraron Los Negros.
Al parecer el predial con el que ahora cuenta era de la hacienda, del pequeño propietario, de nombre Manuel Reséndiz Álvarez. Antes de la llegada de este señor, los habitantes anteriores de la Hacienda mencionan que los iban a echar fuera de aquí y hasta les puso una demanda en Guanajuato. Mencionan que fueron a contrarrestarla al mismo lugar argumentando que toda la vida ahí han vivido. Ya entonces llegó después el señor Reséndiz quien compró este lugar y fue de manera que se tranquilizaron las cosas, incluso hasta les ofreció arreglar sus escrituras que él daba. Les firmó las escrituras, los que hicieron, pero no les han llegado todavía.

La comunidad antes sacaba agua de un primer pozo, posteriormente con la ayuda de una agrupación como es la “Antorcha Campesina” se perforó otro pozo, que es el que está en función y tiene aproximadamente 7 años que puso. El tramo de pavimento con el que cuenta la comunidad ya tiene 9 años

Un suceso ocurrido en la comunidad de Los Negros fue que se arraigó una organización denominada Antorcha Campesina hace aproximadamente 7 años fue cuando se hicieron grupos para la consecución del pozo de agua potable, en ese entonces ellos fueron los que les ayudaron a ese grupo formado por la misma gente de la comunidad que estaba en ese momento. Al parecer sí se les ayudó, pero no siguieron con ese grupo por las salidas tan frecuente que solían hacer a marchas y plantones y las constantes cotas de dinero que les pedían

Algunas plantas medicinales que se dan en la comunidad son la manzanilla, yerbabuena, gordolobo, que sirven para aliviar algunas molestias leves en casa como pueden ser para controlar que la estómago, otras para la calentura y otras para la tos. En cuanto a la crianza de animales en la comunidad, las personas tienen algunos para irla pasando y que les sirven también para una necesidad, sin embargo son pocos los hombres que tienen un ganado numeroso. Entre el ganado que se da, encontramos al bovino, caprino, porcino y un poco de avícola en las casas, en los traspatios.

En el aspecto ejidal, los poseedores de terreno de Los Negros son y pertenece al ejido de la Magdalena, siendo un total de 14 ejidatarios de Los Negros que pertenecen al ejido de La Magdalena. Se tiene un pozo que hicieron entre siete ejidatarios para el riego de las cosechas.

De igual forma riegan, cuando el pozo no funciona, con agua que le llaman rodada a manera que los auxilie cuando no alcanza el agua del pozo. Los principales cultivos que se dan en la comunidad son: trigo, cebada, cebolla, tomate, jitomate, frijol, verduras y chile, que anteriormente se daba muy bien, pero que últimamente los han cambiado por otros cultivos. [1]
[1] Información proporcionada por José Francisco Montero de 77 años, habitante de la comunidad.
Urireo
Urireo es un vocablo purépecha que significa “nariz adelante”. En el siglo XVI se daba ese nombre a los indígenas que servían de guía en los caminos a los curas que salían a administrar los sacramentos.

Por solicitud presentada por los indios Juan Bautista y Juan Miguel, el 10 de julio de 1580, el Virrey don Lorenzo Suárez de Mendoza, conde de la Coruña, concedió una estancia de ganado mayor para la fundación del pueblo. La comunidad se fundó con indígenas purépechas y chichimecas que se encontraban dispersos en el cerro Prieto, guamango (Hoy Parácuaro) y Cóporo.
Santa Rosa Tejocote
La fundación de la comunidad de Santa Rosa Tejocote data del año de 1825, el nombre que hoy tiene se le fue dado debido a que los terrenos donde se encuentra asentado el pueblo eran propiedad de una hacendada llamada Rosa y con respecto al segundo apelativo de Tejocote proviene de los primeros pobladores quienes nombraban el lugar como el Tejocote, y es así como de estos dos nombres junto salió Rosa Tejocote, agregando únicamente la encomendación religiosa de Santa Rosa Tejocote.

Para acceder a esta comunidad se realizar por la carretera Salvatierra - Acámbaro, desviando a la izquierda en el poblado de Inchamacuaro, pasando por San Pablo Pejo, San Rafael del Moral y Santa Ana Maya o por la parte norte de la comunidad por el camino de terracería pasando por la Lagunilla, Las Cruces y las Cañas. Limita al norte con las comunidades de Las Presitas y el Pirul, al este con San Rafael del Moral y al sur con Santa Ana Maya.

Incorporado dentro del polo de desarrollo uno se encuentra la comunidad de Santa Rosa Tejocote, siendo la cabecera de polo la comunidad de Las Cruces, en donde también se encuentran comunidades como la La Lagunilla del Carmen, Estancia del Carmen y el Pirul organizadas de esta forma por el municipio por ser localidades con características y tener vinculación socioeconómica.
San Miguel Eménguaro
“El vocablo Eménguaro es de origen Purépecha y significa “LUGAR DE MAIZ TEMPRANERO” . Por tradición se sabe que los habitantes de este lugar son procedentes de familia del pueblo de Urireo que venían a pescar a esta región del río Lerma cuyas aguas cristalinas eran ricas en carpas, bagres y charales.

Se dice que un sacerdote Misionero Franciscano que pasó por aquí les sugirió que en vez de recorrer diario los 5 kilómetros de distancia de aquí a Urireo lo mejor sería que se establecieran en este paraje. Los Indios le hicieron caso. Empezaron a construir sus primeras chozas con piedras, ramas de sabino y techos de pasto. Así fue como se fundo el pueblo de Eménguaro con sus Barrios: San Antonio, Las Canoas, La Palma y La Virgen. Actualmente entre los habitantes de estos lugares todavía se encuentra personas con la auténtica fisonomía indígena: baja estatura tez morena y barba escasa.

Naturalmente la comunidad fue creciendo se fueron organizando para tener sus propias casas. Se sabe que las autoridades convocaban en asambleas a los venerables ancianos y personas más importantes para tomar acuerdos y en uno de estas ocasiones acordaron ir a una comisión de los más importantes a la Capital y haya solicitar del Virrey Lorenzo Suárez de Mendoza Conde de la Coruña y Capitán general de la Nueva España. La fundación oficial del Pueblo.

El Sr. Virrey atendió las peticiones de los Indios y por gracia los beneficio con la dotación de más de 3 mil hectáreas, superficie que se extendía desde la parte occidental del río desde el actual templo de San Francisco de Salvatierra hasta más allá del Obrajuelo luego se extendía por todos esos cerros hasta el pueblo de Irámuco pasando por Péjo y cerca de Yuriria.

Desde México vinieron personas capacitadas a levantar los planos del terreno donado y también el plano del Pueblo. El venerable cabildo recibió los títulos de propiedad con “EL NOMBRE OFICIAL DE SAN MIGUEL EMENGUARO”, a honras del Arcángel San Miguel que ya veneraban como patrono. Los documentos de los títulos están firmados con el puño y letra del Sr. Virrey de referencia y fechados en el año 1573.

Con la cooperación de los Indios y sus faenas fueron construyendo el Templo de San Miguel pasaron 119 años para terminarlo porque la gente realmente era muy pobre por lo que tuvieron que desaparecer de muchas fracciones de terreno que fueron vendiendo a los señores hacendados colindantes.

Se sabe por tradición que desde un principio los feligreses del lugar han venerado a Sr. San Miguel con mucha devoción y cada año el día 29 de Septiembre lo honran quemando mucha pólvora (cohetones, de truenos y colores enchorizados y cohetes y cuatro o más castillos, músicas, adornos, flores, y en seguida alegre novenario y Solemne Misa. Tratándose de música contrataban desde antaño hasta 5 bandas de viento. Platicaban que cuando ya se acercaba la fecha de la fiesta el venerable cabildo, los ancianos y personas importantes se reunían en Asamblea General para tomar acuerdos de que potrero se iba a vender para sufragar los gastos de la fiesta. De esa manera vendiendo y vendiendo Potreros se fueron quedando prácticamente sin terrenos de tal manera que ya en los tiempos de la Revolución de México ya no les quedaba más que el casco del Pueblo y unos cuantos terrenos alrededor del pueblo. Pero afortunadamente llego el reparto de tierras ejidales y así el pueblo recuperó parte del terreno que poco a poco fueron vendiendo.

En el año 1922 se le restituyó al pueblo el terreno que ahora conserva. Se ve claro que a los primeros habitantes del lugar, no les interesaron ni la agricultura ni la ganadería. Sembraban muy poco (maíz, fríjol, calabazas, camote, trigo) más bien su giro era la pesca y la manufactura del zapato. Seguramente algún misionero o tal vez el propio Tata Vasco les haya enviado a alguien que les enseñara el oficio, porque hasta este rumbo se extendía el territorio de la Arquidiócesis de Morelia cuyo supremo jefe era el Tata de los Indios”
[1].
[1] Archivo histórico, ejido San Miguel Eménguaro