jueves, 14 de agosto de 2008

Crónicas salvaterrenses, siglo XIX y XX.

Crónicas salvaterrense.
por José Castro Barragán
Calle de Madero.
Tomado de la revista
"Por Amor al Arte"
de Mario Carreño Godínez.
año 3 N° 33, mayo de 2008.

    Con el correr del tiempo llegamos a 1838. En este año, es adquirida una casa en la calle de San Francisco, nombre que, también, ostento esta artería a finales del siglo XVIII. 

    La compra de la citada casa fue por acuerdo de la prefectura, la cual era presidida por el prefecto político, en aquellos años, el general don Ramón Vera Quintana. 

    Esto fue con la finalidad de establecer en ella una Alhóndiga de la ciudad, como sucedía en otros lugares, incluso, en la misma capital del Estado. y esto se hacía para garantizar al pueblo el abasto de los productos agrícolas que éste adquiría para su diaria alimentación, tales como maíz, frijol, trigo, cacahuates, chile, etc., los cuales eran vendidos en grandes cantidades o en pequeños "cuarterones".

    El cuarterón o medio cuarterón eran cubos de madera marcados con sello de "fiel" y debían estar supervisados por las autoridades correspondientes y contar con marcas de ploma que comprobaran el correcto estado estructural exacto de la medida. Lo mismo ocurría con la báscula que se contaba para el peso o los materiales para el movimiento de fanegas. "Alhóndiga": palabra que proviene del vocablo árabe Al - fondaq, que significa mercado o almacén de granos y hospedería de viajeros.

    Por lo antes expuesto, esta calle que hoy nos ocupa, también, fue conocida como calle de la Alhóndiga. Más tarde, se le denominó de la Enseñanza, y esto obedecía a que estuvo establecida en el mismo edificio la Escuela Primaria Urbana N° 4 de san Francisco, misma que duró muchos años enseñando las primeras letras a la niñez estudiosa de aquella época.

     Avanzando en el tiempo, llegamos a 1957, cuando por la iniciativa de la maestra María Espino y el señor José Calderón, se logró fusionar las escuelas primarias para niños, la Escuela N° 2 de Capuchinas y la Escuela N° 4 de san Francisco, en un solo edificio, recibiendo la denominación de Escuela Primaria "Emperador Cuahtémoc".

    El día 1 de agosto de 1945, inició sus labores la Escuela Tecnológica Industrial y Comercial N° 18, la cual ocupa tres escuelas de estudios superiores; secundaria, pre-vocacional y comercial.

 
Este centro educacional se puso a funcionar bajo la dirección del doctor Leandro Marmolejo, y la cual fue instalada en la vieja casona conocida, en esos años, como la del "Salón de Patinar", en el portal de la Luz, en la actualidad casa central de las Hijas de Nuestra Madre del Rosario de Fátima". La citada escuela, después de la fusión de las escuelas primarias N° 2 de Capuchinas y N° 4 de san Francisco, fue reubicado en el edificio desocupado por esta última en la calle de Madero. Pasa el tiempo y, nuevamente, la secundaria citada se cambia ahora a un lugar definitivo: el moderno edificio que para tal fin fue construido, en la antigua huerta del ex-convento de San Francisco, el cual es inaugurado el día 13 de febrero de 1971; y en ese mismo año es arreglado y adaptado para sus nuevas funciones y, desde entonces, a la fecha, da cobijo entre sus viejos muros al Jardín de Niños Cuahtémoc.

    Pero ahora, caminemos de poniente a oriente por estas calles, y por la misma acera, y llegamos a la esquina de ésta con la calle Hidalgo, donde se levanta la vieja casona, que en los albores del siglo pasado, perteneciera a don Rafael Nieto, en la cual se localizaba un establecimiento denominado "Los Precios de México", cajón de ropa y artículos varios de importación y del país, lo ultimo en moda en aquella época. (Ahí era la casa del poeta salvaterrense Lisandro Nieto).

    Años más tarde, instalaba en este lugar su domicilio social el "Club Zorros" y, al escribir esto, se me vino a la memoria aquellos años, ya tan lejanos, al recordar a los viejos amigos y compañeros de club, en su mayoría, ya desaparecidos, como lo fueron. don Luis Castillo Pérez, fundador de este organismo; doctor Luis Cándido Rico, don Salvador Solache, don J. Carmen Villafuerte Miranda, don José Moreno Martínez, don Leopoldo "pollo" González Guillén, don J. Luz Jiménez Arreola, don Ricardo Loé, don J. jesús Rosendo, Bruno, Jesús y J. Luz García y García, por nombrar sólo algunos, pero a todos nos unió los ideales del mismo, y compartimos las actividades que desarrolló en su etapa vital, el grupo que conformamos al inolvidable "Club Zorros".

    Continuando con nuestro relato, es esta misma casa se instala la primera clínica del Instituto Mexicano del Seguro Social en la ciudad, la cual empieza a brindar sus servicios médicos a los derechohabientes el 27 de agosto de 1960, siendo el primer director de este establecimiento de salud, el doctor Miguel Zárate Sánchez.

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