martes, 12 de agosto de 2008

Río Cupatitzio en la Rusticatio Mejicana, en versos castellanos de Tamiro Miceneo.

¡Cuánto, empero, más dignas de cantarse
son las venas de frescos manantiales
que, por obra de un río cristalino
y de sólido mármol arrancado. ,
en fácil curso van de Uruápan fértil
la mansión a bañar!...


Aguas que, cerca
de la ciudad manando y, a las faldas
de excelso monte, con violento impulso
de las tierra las víceras potentes
se las mira romper, y, fugitivas,
las cavernas dejando tenebrosas,
saltar con fuerza y rapidez por nueve
gargantas, que se abren distanciadas
tres palmas entre sí, ni desunidas
por dilatado espacio, produciendo,
al borbotar, torrentes plateados
que, al ensancharse, en arcos transparentes
vienense a convertir, y con burbujas
mil salpican las cuencas resonantes,
que henchidas de agua van.
Seguidamente,
cada cual de los frescos manantiales,
en huída veloz, de las estrechas
márgenes se desprenden y se lanzan
por canal anchuroso, las orillas
haciendo retemblar, y, con sus aguas
cada vez más crecidas, el undoso
río ensanchando más...
Este, en parlero
curso, va por la tierra serpeando
bajo densa arboleda, y con sus linfas
baña a Uruápan feliz, y, ya en abierto
campo al mirarse libre, cuesta abajo,
-- a través de peñascos y terrones--,
su corriente acelera, hasta que en negro
abismo va a caer.



Lugar donde ardua
fosa da libre paso a profunda
arranca, a la que erizan duras peñas,
y sombra dan espesos matorrales
que en los resquicios de partida roca
han tornado a nacer, y a los que alegre. ,
a menudo, visita la cöhorte
alada de las aves.



En aquesta
hondonada profunda, ya cercano
a su ruina, despéñase ligero
el impetuoso río, su corriente
hasta el cielo aventando!...



Mas, con todo,
no al torrente otorgó Naturaleza
con salto igual el trasponer la barra
que a su ímpetu fijó, porque una parte
de las aguas asciende por las rocas
más altas, y, ya que son como los belfos
hórridos del canal, de los que salta
rápida por los aires, hasta el fondo
del abismo ir a dar, en tanto, la otra. ,
-- a guisa de corriente que se estanca--. ,
al fondo va a descanzar, aparentando
silenciosa quietud.
Para que, cuando
el pedernal, alzando por doquiera
obstáculos, en torno se entrëabra
por mil grietas partido, --semejante
a un inmenso tamiz, esclopeado
por dura lanza--, púeda ingenïoso,
la corriente represada oculto
camino prescribir.

De aquí, jugando,
lanza la roca por las auras leves
con ímpetu veloz, ya divididos
los raudales, que estaban hasta entonces,
sujetos a prisión, en tantas vueltas
cuantas duras y salientes rocas
numéranse, que , a causa de las grietas,
hundidas ya se ven.



Como, en un tiempo. ,
la saeta lanzada por la cuerda
restirada del arco, y con empuje
tremendo disparada, el viento vago
rápida va a rasgar, con gran empeño
del arco retorcido la estrechura
abandonando, al fin, no de otro modo
a corriente se aleja de las peñas en carrera veloz...




La onda que sube
por cima de los bordes escarpados
con un rápido salto, del torrente
el centro va a ocupar, y, comprimida
por el tapiz copioso, por doquiera
del río, que se escapa de las rocas,
como susupensa queda, cual si fuese
de la diestra divina a revelarnos las obras sin igual.

De allí las aguas
precipitadas ya, van hacia el fondo
de la cascada a conmover con fuerza
su abundoso pilón.

De éste , corriendo
el río se desprende cristalino
que, en su tortuosa marcha, recreando
va con yerto caudal a las campiñas,
como, también, a las balantes greyes
que caminando van.

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