lunes, 17 de noviembre de 2008

La Virgen de la Luz, el Culiacán y el puente de Batanes

Un poco cansado al apresurar el paso camino al templo para la misa de las 8 de la noche, G., ve la iluminación de las torres a lo lejos, desde la calle Juárez. El frío es benigno, sólo oye la marcha de los motores cuando pasan muy cercanos a las banquetas realizadas en el periodo de Torres Landa.
El retablo mayor del santuario diocesano hoy lo deslumbra con la riqueza del dorado y la iluminación más llamativa. La mayor obra artística de Salvatierra, el centro de la inspiración de sus poetas, recuerda G. que descansa de las actividades como jefe de redacción de periódico El Observador de Querétaro.
La alegría de unir en una mirada arquitectura, historia, escultura, pintura, música, literatura y fe, con sólo recordar las jornadas poéticas de los tres poetas amigos suyos, lo cura de la desazón de perder la identidad cultural de Salvatierra.
Ya se perdió el río Lerma, una enseña levantada para embellecer a la ciudad. El Lerma que unió a las familias en sus riveras, ya no es lo que era. Pero sus días caudalosos están en la poesía de los poetas salvaterrenses. El agua es el elemento nombrado para describir las imagenes más bellas que crean ellos, los privilegiados de la palabra. La fertilidad del valle de Guatzindeo marca la imaginación más profunda del poeta desde sus horas de ensueño infantil, desde sus mañanas nadando en los remansos del río y la contemplación de la cascada al lado del regazo materno y jugando con los hermanos y hermanas a cortar guayabas de los hortales olorosos.
El lerma es una imagen poética repetidamente invocado, en algún poema como espejo de la madre, canción de despedida, esposa de la tierra, reflejo del universo, fertilidad del vientre terreno.
Viendo en el retablo las espigas de los costados, G., repite las oraciones y piensa en los temas de los poetas actuales en Salvatierra. El abandono de la tradición poética de la ciudad lo festejan con un encuentro internacional de escritores, reinventando la inspiración. Ahora la sensualidad es un tema casi objetivo, la tarea es describir con exactitud de cronista las sensaciones sensulaes de ver, tocar y olor en una noche de pasión y lujuria. G., no sabe esos detalles, sólo los escucha como un rumor lejano a la tradición de los temas anteriores, cuando llenaron de nacionalismo cristiano cuatro décadas de poesía y declamación, en veladas literario musicales con toda la familia participando.
Como lee G., decir a Escobedo en un poema, "sólo basta Amor, Patria y Religión". Con la triada produjo una obra monumental y nos genera un lugar como compañeros y de viaje temático, piensa G., mientras camina saliendo del templo. Los temas actuales simplemente nos dan la sensación sin pecado, ja, río G., y y olvida el tema mientras visita a sus hermano en casa.

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