domingo, 25 de julio de 2010

El último puente colonial de cal y arena que se conserva actualmente, está en Salvatierra, Gto.


El puente de Batanes de la ciudad novohispana como

Proyecto Estratégico del Gobierno Colonial


"Y en cuanto a la jurisdicción así estas, como las que se poblaren de indios, estén sujetas al Corregidor de dicha Ciudad, la cual dentro de sus términos ha de poder hacer Puentes para seguridad y pasaje de la gente y ganados, tomando para estas obras por ayuda de costa lo que se impusiere de barcajes y pontajes, los cuales han de ser tasados por el Gobierno precediendo orden para la imposición." (Acta de Fundación de la Ciudad de San Andrés de Salvatierra, fechada el 9 de febrero de 1644).


El proceso de consolidación del Imperio español se llevó a cabo sin improvisar las acciones. Como lo menciona el párrafo anterior, los propósitos de fundar una ciudad son evidentes:

1.- La ciudad tendrá un Corregidor español para gobernar a los indigenas que estén en su juridicción, a nombre de la Corona española.

2.- El Corregidor tiene facultades para iniciar construcciones en beneficio de la Corona, así como potestad para lograr fuentes de financiamiento para puentes.


La construcción del puente de Salvatierra es un objetivo a realizar dentro de los treinta años que tiene concedida la ciudad como tiempo para poblarse y edificarse, pasado ese tiempo será supervizada para poder ser ratificada su Cédula Real de Fundación.


El virrey García Sarmiento de Sotomayor tomó las medidas correctas para concretizar el proyecto de construir una ciudad dentro de su periodo como gobernante de la Nueva España:

asignó a la Orden de los Carmelitas Descalzos la misión de educar a la población y solicitó que fuera enviado al valle de Guatzindeo el destacado arquitecto carmelita fray Andrés de San Miguel, para cumplir cabalmente con las ordenanzas del plan de urbanización de la ciudad de San Ándrés de Salvatierra, fijado en la Cédula Real de Fundación.


Fray Ándrés de San Miguel llegó a San Ándrés de Salvatierra el 14 de enero de 1645, y en mayo de 1645 tiró el trazo en tierra de la edificación del convento con cordeles, iniciando el proceso constructivo el 15 de agosto de 1645. Tres años después reciben la donación de un cerrito con una mina de cal y, otro, con una de cantera.


El plan de desarrollo consignado en el Acta de Fundación contempla el objetivo de levantar puentes, por lo que se inicia el primer puente y, único, el 23 de julio de 1649 y para noviembre de 1649 ya estaba terminado. El periodo de construcción duró 80 días, y fue posible porque la construcción del puente sobre el río Grande era una de las prioridades del plan de desarrollo de la ciudad, puesto que era el proyecto estratégico que aumentaría las alcabalas para el Rey de España, por lo que estaba contemplado desde el momento que el Virrey pidió la presencia de fray Andrés de San Miguel como arquitecto de la ciudad novohispana que llevaba su nombre, y que sería su orgullo.


En 1701 se publicó la crónica de fray Manuel de San Jerónimo sobre la Orden Carmelita en la Nueva España, donde realizó la siguiente descripción de la fabricación de los materiales necesarios para la construcción del puente:


"La piedra al pie de la obra partida, y acomodada; la arena a tiro de piedra en los márgenes del río; la lama para ladrillo en ese mismo paraje; las maderas de sabino para puertas y ventana. Del río son pabellones los cedros, de que son todas la vigas, se traen de Tlapujaua. La cal les da en abundancia con piedra de cantería de media legua de la fundación un apacible cerrillo, les descubrió el señor muy cerca de la otra banda del río; con que creció la obra como espuma a poca costa".


Las orenanzas contenidas en el Acta de Fundación del 9 de febrero de 1644 se fueron cumpliendo en los tiempos señalados, y el valor estratégico de la ciudad de San Andrés de Salvatierra se llevó a cabo al concretizar la principal función económica que era de sumo interes para el Monarca español:

facilitar la comunicación de mercancías entre las provincias y recaudar una mayor cantidad de alcabalas para la Corona. Por ello en un documento histórico tenemos el pleno reconocimiento del Rey, se trata de una Cédula Real sobre el trabajo de fray Andrés de San Miguel:


"Se ha abierto y dado paso franco, libre y sin peligro para el trajín y comercio de toda aquesta tierra y de la Nueva Galicia, provincias de Jalisco, Michoacán, San Luis y otros pueblos que por evitar estos peligro rodeaban muchas leguas, y hoy hacen por ahí su camino derecho, han crecido las alcabalas y mi hacienda, pues no pasando antes de de sesenta o setenta pesos, hoy casi llegan a quinientos, hace aumentado la ciudad y va cada día creciendo más."


En los tratados de arquitectura escritos por fray Andrés de San Miguel, se encuentra la explicación del sistema tecnológico que empleó para construir el puente de Batanes.


La destreza y conocimientos geométricos, hidrológicos y de albañilería despertaron la imaginación de los indígenas del valle de Guatzindeo, quienes inventaron la leyenda de que el Diablo había tomado la forma de un fraile lego carmelita para resolver los difíciles problemas de la construcción del puente, lo cual hacía de manera rápida y fácil, con la finalidad de entrar al convento y tentar a los santos frailes que ahí morarían al inugurar el edificio en construcción dentro de la ciudad. La leyenda dice que sí ocurrieron hechos escandalosos que perturbaron la vida conventual, y que involucraban al fraile, el cual fue expulsado, según la leyenda indígena.

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