Podría ser…
por Juan José Cruz Zavala
Podría vivirse en una ciudad con historia.
Se podría tener una ciudad con muros viejos, casonas antiguas, templos y monumentos.
Se podría vivir bien, hasta se podría ser feliz, pero si no nos percatáramos de aquellas cosas antiguas no podríamos comprender, no podríamos entender el entorno que nos rodea.
Este sentimiento de vivir dentro de un ambiente confortable y hermoso, de qué nos podría servir si no entendemos, si no comprendemos el lugar en donde nacimos.
Esto nos ocurre a menudo y como ejemplo de ello tenemos los graves trastornos ecológicos que al parecer en un plazo próximo, no estaremos en condiciones de remediar porque no tenemos conciencia de los daños que nos ocasionan a nosotros, y a los muros viejos, a las casonas antiguas, a los templos, al río y a las piedras.
Entonces los salvaterranos cómo podemos proyectar, reflejar turismo y costumbres virreinales y prehispánicas.
Si no nos han enseñado a querer, a respetar aquellas casonas viejas, aquellos muros viejos, aquellas piedras antiguas y las maravillosas calles que quisiéramos fueran desiertas y vacías, propicios para la creatividad y la reflexión.
Cómo podríamos vivir en una ciudad que nadie nos ha enseñado que existe.
No sólo para vivir sino para reflexionar, como para sentirte orgulloso de aquellas cosas viejas.
Dime cómo podrías atraer turistas si tu mismo no entiendes lo que te rodea, si nunca te han enseñado ni has aprendido a quererte y a respetarte.
Entonces, cómo podrías amar aquellas viejas cosas en las que naciste.
Cómo podrías crear, filosofar, si tan sólo existes.
Desde el tiempo de mis bisabuelos e os vivido en Salvatierra, y conocemos cada rincón del mismo, incluyendo su historia. Si usted tiene algo que reclamar, hágalo con las personas que han venido de fuera y que no sólo han saqueado a la ciudad sino que también se han empezó ando por destruir. La magia del pueblo reside en sus habitantes no en los muros o piedras que existen. Si usted cambia y trata de mejorar día a día, Salvatierra será mejor para nuestros descendientes.
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