jueves, 2 de diciembre de 2010

Fiesta de San Nicolás de Bari, templo de Santo Domingo, 6 de diciembre


La caminata de los tres lunes del templo de Santo Domingo.
Por Pascual Zárate Avila
La tradición de san Nicolás de Bari en Salvatierra, es parte de un culto universal, donde sus devotos tienen la ocasión de acudir ante la imagen del Santo, a quien al hacerle peticiones las deben de repetir durante tres lunes seguidos, por lo que la caminata se realiza todos los lunes del año.
A San Nicolás de Bari en Alemania se le reconoce como Santa Claus, dado que su nombre en alemán se pronuncia "Sankt Nikolaus", y su fiesta es el 6 de diciembre. Nació en Licia (que se localiza en la actual Turquía) y fue obispo de Mira en el año 465 d.c.. En los templos dedicados a su carisma, lo pintan con unos niños, porque los antiguos contaban que un criminal hirió a cuchillo a varios niñitos, y el santo al rezar por ellos obtuvo su curación instantánea. También pintan junto a él a una señorita, porque en su ciudad había un anciano muy pobre con tres hijas y no lograba que se casaran ya que no tenía para dar dote. Desesperado, el viejo concibió el terrible plan de prostituirlas para sobrevivir. Al enterarse el santo, por tres días seguidos, cada noche le echó por la ventana una bolsa con monedas de oro, y así el anciano logró casar a sus hijas muy bien.
La caminata es un ritual popular, que se hace en Salvatierra desde hace más de un siglo. Cuando se encomiendan peticiones al Santo, se debe acudir tres lunes seguidos, y realizar oraciones diferentes para cada una de las tres ocasiones.
Cada caminata empieza con una misa a las once de la mañana, para darle tiempo a que puedan llegar los devotos que vienen de los ranchos cercanos. Aunque, desde las diez de la mañana, ya empiezan a reunirse en el atrio, pues muchos llegan temprano. Un matrimonio, de los que afirmaron llevar asistiendo a la caminata desde los años cuarenta, nos refirió que ellos eran de Urireo, y que visitan el templo todos los lunes, siempre y cuando no tuvieran ocupaciones, como ese día de la entrevista, que era una mañana con llovizna ligera. Otro devoto, nos informó que él era obrero jubilado de la fábrica "La Reforma", y que asistía desde niño a la misa del lunes e, incluso, nos dijo que fue alumno, hasta el tercer año, de la escuela parroquial que impartía clases en los claustros, de lo que fue el hospicio y hospital en los siglos anteriores y, que, ahora, están demolidos.
Los feligreses de la misa de los lunes no son escasos y, hoy, en el año 2010, hay un gran aumento debido a que el oficio litúrgico lo atiende el Vicario episcopal. La misa se realiza con normalidad, al término de ella, se rezan las oraciones del devocionario de san Nicolás de Bari, que es una pequeña cartilla que data de 1925, y del que sólo conservan ejemplares en foto copia.
Al terminar de orar y, luego de haber realizado las peticiones personales en su interioridad, cada quien, comienzan a formarse para hacer dos filas y salir del templo, presidiendo la marcha un devoto que porta un asta del Espíritu Santo que tiene, como remate, a Cristo crucificado.
En el primer bloque, se forman las mujeres, siguiéndoles la imagen en andas de san Nicolás de Bari, para continuar con el contingente de los hombres y finaliza el contingente el Vicario episcopal.
Los devotos caminan cantando, y repitiendo jaculatorias, los salmos del glorioso san Nicolás. Salen al atrio, que ya está remodelado, lo recorren dando una vuelta, y regresan al Altar del templo. Hacen oraciones de despedida y, algunos devotos, se acercan a la estatuilla, tocan su ropa, se concentran y musitan para si algún rezo, se persignan y retiran.
Al terminar la caminata, depositan la imagen en un costado, dando la espalda a las gavetas, que están en uno de los cruceros actuales y, que fue la nave de la capilla principal del Señor de la Clemencia en el siglo (dieciocho) XVIII, ahí se contienen las urnas con las cenizas de los difuntos cremados.
Una de las más constantes devotas de san Nicolás de Bari, nos dijo: que "la caminata es como acompañar al Santo en su camino, de ir departiendo favores, porque sale uno a recorrer el
atrio, con la imagen en andas, va uno cantando "glorioso san Nicolás", y repitiendo el canto todo el recorrido y, como que ahí es cuando una hace más fuerte su petición", nos expresó Luz María Méndez.
En el barrio de Santo Domingo hay una gran proliferación de historias, muchas sobre los milagros realizados a los devotos, como la de un señor veracruzano, quien no conocía Salvatierra, y que llegó aquí, porque fue el único lugar del que tuvo conocimiento, de que era venerado san Nicolás de Bari. Contó a los vecinos del barrio, --luego que ellos lo vieron llegar de rodillas, desde la esquina de la calle Morelos, hasta el nicho donde está la imagen del Santo--, que estando en la cárcel, desde hacía varios años, por una falsa e injusta acusación, --y que no pudiendo defenderse por falta de recursos económicos,-- un compañero de prisión, que iba a salir, le regaló una estampita de san Nicolás de Bari, y le dijo: "Encomiéndate, pues es muy, muy milagrosa". Luego de dedicarle sus oraciones, si llegó san Nicolás de Bari, en la persona de un licenciado muy bondadoso, quien le tomó el caso sin cobrar nada. Le resolvió su juicio, y saliendo de la cárcel, él anduvo preguntando: ¿Dónde hay un templo dedicado a san Nicolás de Bari?, y así recorrió buena parte del país, hasta que, en la ciudad de México, un paisano le dijo que, en su barrio de Salvatierra, se le veneraba los lunes y, el ex convicto veracruzano, llegó en ese día de la semana, muy temprano, de rodillas, para asistir a la caminata.
Así como ésta anécdota, que se sigue contando, los vecinos dicen, que la caminata los identifica como oriundos del barrio de Santo Domingo y, aunque no es muy conocida en la ciudad, tienen un gran gusto y la valoran en mucho como una bonita tradición de su barrio.

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