Hoy las fachadas nos muestran esa dicotomía de la cultura mexicana, fachadas modernas de quienes quieren ser mejores con el progreso constructivo y fachadas señoriales de quienes quieren conservar la grandeza de los primeros siglos de historia.
Acámbaro inspira y corta la inspiración con sólo caminar dos cuadras de la ciudad.
Y las tradiciones indígenas del mercado como tianguis al aire libre permanece con fuerza en la calle principal, entre el centro histórico y el mercado con los vestigios de la fuente del acueducto.
Les comparto los espacios de la urbe que son el orgullo acambarense.
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