sábado, 1 de mayo de 2010

La puerta de la humildad en el oratorio carmelita del santo Niño de Praga, en Salvatierra, Gto.

El alma de la persona humana es como un castillo interior, dice santa Teresa de Jesús. Sin embargo, no lo sentimos con toda la inmensidad espiritual que contiene porque estamos vueltos hacia el mundo mediante intereses y sensaciones. Somos en nuestro interior un castillo, al que debemos entrar tocando en la puerta mediante la oración.
El sentido espiritual contenido en el libro de santa Teresa de Jesús: "El Castillo Interior", escrito hacia la mitad del siglo XVI, es la clave para comprender los símbolos y diseño arquitectónico del templo de la Virgen del Carmen de Salvatierra, Gto., cuya construcción original se mantiene sin modificaciones sustanciales.
La puerta de la humildad es la entrada al oratorio del santo Niño de Praga, y en el pasado era la puerta de acceso al cementario del convento de San Ángelo.
En la parte alta está el nicho patronal con la escultura de santa Teresa de Jesús sosteniendo el libro de "Las Moradas", como una guía mística de oración para llegar a vislumbrar a Dios, y considera, en el capítulo dos, que la primera puerta es la humildad: "pues mientras estamos en esta tierra no hay cosa que más nos importe que la humildad. Y así torno a decir que es muy bueno y muy rebueno tratar de entrar primero en el aposento adonde se trata de esto".
Las columnas que enmarcan la puerta de madera, tienen labradas las figuras de los capiteles jónicos de la arquitectura griega, pero están hechos de ladrillo rojo expuesto.
Con todo y los cambios de la mampostería antigua, la apariencia actual si concuerda con la idea de santa Teresa de que el alma debe iniciar el camino de la oración por la humildad, abandonando las ambiciones de riqueza material, pues mediante el camino de la oración se posee todo lo que el alma necesita, como lo decía en sus poemas: "Sólo Dios Basta".

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