Imagen y texto para la memoria histórica de la industria de Salvatierra
Por Pascual Zárate Avila
Mirando a lo lejos, la calle Hidalgo termina en una sobria fachada con reloj, y un triángulo de mampostería que rememora los templos griegos, sin cantera que la revista y le de un aire de elegancia, es la actual puerta principal de la fábrica textil "La Reforma".
El espacio que ocupan los salones industriales actuales, formaba parte de la hacienda de "La Esperanza", que en la época colonial fue propiedad de Gabriel López de Peralta, quien recibió licencia del Virrey para utilizar el agua de un canal, en 1618, para fundar un molino.
La Independencia de México trajo consigo a hombres convencidos en la posibilidad de construir una nación soberana, como Lucas Alamán, quien propuso impulsar la industrialización del país como una riqueza mayor a la agricultura e impulso la industria de hilados y tejidos.
Patricio Valencia se hizo acreedor de una leyenda sobre la riqueza que llegó a poseer, pues él era analfabeta. El origen de su riqueza se explica, según la leyenda, por su afortunado hallazgo de un tesoro en las barrancas del Pico de Orizaba.A Tecla Valencia le atribuyen la iniciativa de montar, en 1842, una fábrica de hilados en su casa de Salamanca, con maquinaria automática que le compró a una casa de Inglaterra.
Patricio Valencia en sus viajes a Orizaba conoció a un inteligente joven español, Eusebio González, a quien contrato para que trabajara en su comercio y en la fábrica de hilados.
La exitosa integración de Eusebio al negocio de los hermanos Valencia, lo llevaron a proponer construir una fábrica textil en Salvatierra, para aprovechar la energía hidráulica.
En informes al emperador Maximiliano en 1865, se consigna que el edificio del molino de la hacienda La Esperanza lo compró Patricio Valencia el 19 de noviembre de 1845, para instalar la fábrica de hilados "La Perla", en sociedad con Eusebio González.
Patricio Valencia dicta su testamento a un escribano de Salvatierra, en 1854, donde le hereda a sus cuatro hijas las propiedades de la villa de Salamanca y la fábrica de hilados de la ciudad.
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