El P. Miguel Silva y el P. José Luz López Serrato expresaron dos piezas oratorias de una enorme fuerza de la palabra, el aquí y el ahora, con el sentido de la educación colegial católica recibida en la infancia.
La amistad que es perenne, cuando es aprendida de Jesucristo, y que nos mueve a ir al encuentro de los amigos. Una reflexión predicada por nuestro compañero de pupitre el P. Miguel Silva.
El P. José Luz López Serrato recordó al P. Ruperto Mendoza, y le dedicó unas palabras de agradecimiento al profesor Tarsicio Salgado.
El grupo de primaria convocado disfrutó la experiencia de reanimar el recuerdo de la malicia infantil y el compañerismo surgido con la ingenuidad familiar de dar la confianza sin menoscabos de clase social o de raza.
De esos años tenemos archivo cinematográfico de desfiles con el colegio participando con su contingente y un cumpleaños del P. Ruperto, por lo que anoto la liga al blog Arcadia Salvaterrense donde están cuatro cápsulas de cine doméstico del doctor Miguel Zárate Sánchez:
En lo personal la visita del P. José Luz López me permitió que platicáramos sobre el día en el que la camioneta del señor Navarrete nos llevó a Morelia al seminario menor, íbamos Gerardo Vera, ("el sabio"), él y un servidor, y evocamos la actitud de "el Sabio" que movía sus manos despidiéndose de todos los conocidos que encontramos en el paso del vehículo por las calles de Ocampo, Hidalgo y Guillermo Prieto, esa mañana fresca de 1967. La vivencias nostálgicas de los salvaterrenses son siempre positivas, por lo que estamos seguros que con la transformación de la ciudad muchos emigrados encontrarán sentido regresar a su patria chica como una experiencia de reencontrarse consigo mismos en lo familiar y escolar, las dos instituciones principales en la formación de la identidad humana.
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