Historia Civil y Eclesiástica de Salvatierra, Gto., por Vicente Ruiz Arias
por la transcripción Pascual Zárate Avila
La Virgen de la Luz
Patrona de Salvatierra
1. - La Virgen se queda en Salvatierra.
2. - El Patronato de la Virgen de Guadalupe.
3. - Las informaciones de 1766.
4. - Testimonios que se presentaron.
5. - El Patronato.
1. - Pues del año de 1733 cuando el señor obispo, don Juan José de Escalona decretó que la imagen de la Virgen de las Luces se depositara en la iglesia parroquial de Salvatierra. Había la costumbre que, para rogar y aliviar las necesidades públicas, pestes y escasez de agua para el temporal, iba todo el clero, el ilustre Cabildo, nobles y plebeyos con todo el vecindario, para traerla en procesión de su capilla en la hacienda de San Buenaventura, para hacerle su novenario de misas cantadas en la parroquia y otro por la comunidad de Carmelitas en su iglesia. Para su efecto se mandaba que por público pregón diera cuenta al vecindario para que tomara providencias en adornar los frentes de las calles el día que procesionalmente se había de sacar.
Debido a un motín que sucedió el año de 1733, la Virgen quedó depositada en la parroquia mientras se edificaba su capilla. La narración de este sucedido que resulta la más autorizada es la memoria de un testigo que tuvo participación directa en aquella ocasión y fue el licenciado don José Xavier de Rivera, que fungía como juez eclesiástico, refiere en su memorial: "y habiendo pasado la hacienda de San Buenaventura el capitán Francisco de Ávila y traído la Señora de dicha hacienda a esta ciudad el año de 1733. Hechos sus novedades novenarios y pedido por dicho capitán Ávila, el regreso de la Señora a la capilla de su hacienda según la costumbre y posesión inmemorial, mandé como juez eclesiástico que era en aquel tiempo, se volviese la sagrada imagen a la hacienda de San Buenaventura, y no faltando cavilosos que sugirieran a los indios y. falsamente clamoreaban que el dicho capitán Ávila, mancomunado con los reverendos padres de San Agustín, querían llevarse la sagrada imagen a Querétaro formando un alboroto en la calle donde la imagen de Nuestra Señora que procesionalmente se conducía a San Buenaventura, lo que dio motivo para sosegar los indios a que se depositase la sagrada imagen por decreto del excelentísimo señor obispo don Juan José de Escalona en la iglesia parroquial y que los contensores, el capitán Francisco de Ávila y los indios por el derecho de propiedad a unos y otros,, no probando ni justificando, dicha parte la propiedad con vista de los autos, mandó al señor gobernador y provisor don Miguel Romero de Arvizu, el que así la imagen de Nuestra Señora de la Luz como la del Santo Cristo del Buen Suceso, para que estuviesen a la pública veneración de todos se pusiese en la iglesia parroquial de esta ciudad de depósito interino se le fabricara capilla como se pretendía por el vecindario de esta ciudad lo que lo ejecuté como juez eclesiástico haciendo que el reverendo padre cura de la parroquia otorgase depósito en forma de dichas sagradas imágenes.
(2). - Antes de la jura del Patronato de la Virgen de la Luz se presentaron nuevos acontecimientos que tardaron esta iniciativa. El 6 de agosto de 1737 los señores capitulares Justicia y Regimiento de esta ciudad, estando reunido en las casas de su ayuntamiento, dijeron que el día anterior habían acordado que se celebrara jurar con toda su solemnidad por patrona y especial abogada de la ciudad de Salvatierra a la soberana reina del cielo y la tierra María Santísima Nuestra Señora de Guadalupe como lo había hecho la muy noble e imperial Ciudad de México, por venerarse en el distrito de dicha ciudad su Sagrado Santuario la memoria de su milagrosa aparición y para templar con tan devotos medios la ira de Dios, la epidemia y mortal contagio que habían experimentado en todas las ciudades y lugares del reino, y en vista de una carta que escribió aquel ilustre Cabildo al de esta ciudad en cuya vista habían determinado secundar aquella acción. Proclamando el juramento con las solemnidades necesarias por lo que en hombre de la ciudad de Valladolid para que solicitara la licencia para proceder y hacer dicho voto y juramento. Sí los señores del venerable Cabildo de la Iglesia Catedral de Valladolid.
No se conocen los documentos que nos permita conocer los detalles sobre los resultados obtenidos, pero se deduce por algunas referencias que las autoridades votaron y juraron el Patronato de la Santísima Virgen de Guadalupe por haberse declarado el Patronato en todo el Reino de la Nueva España. Y haberse agregado el calendario oficial la festividad con función de tabla el 12 de diciembre de cada año. Sin embargo, la Virgen de la Luz en estos tiempos su festividad anual no tenía aún este reconocimiento y fue hasta el año de 1766, cuando en definitiva se juró el Patronato de la misma. Por lo pronto el licenciado don José Xavier de Rivera practicó las diligencias quedando en suspenso la construcción de una nueva capilla. En una disposición testamentaria de doña María Bernarda de Larios y Contreras, que otorgó el 24 de julio de 1788 en una de sus cláusulas disponía que una alfombra y dos espejos dejaba para nuestra Señora de la Luz, más cien pesos para la obra de su iglesia y mencionaba una imagen de San Cristóbal para la capilla que se intentaba hacer a nuestra señora de Guadalupe.
Esto quiere decir que nunca se llegó a edificar y cuando se hizo el traslado de la Virgen de la Luz a la parroquia se dedicó el santuario para la veneración de la Virgen de Guadalupe.
(3). - Los trabajos relativos a la construcción de la primera capilla que fue el preámbulo para la construcción de la parroquia lo trataré en el capítulo correspondiente. Continuaremos con la información que se levantó a solicitud del Cabildo en vista que había una polémica sobre el origen de la imagen de la Virgen de la luz, sin tomar en cuenta el partido que algunos tomaron por el patronato de la Virgen de Guadalupe. En resumen, eran dos versiones que presentaron ante el juez eclesiástico y era consecuencia de la forma de vida que prevalecía en aquella época. Por una parte, eran los nativos quienes sostenían que la imagen había sido entregada a los naturales una Virgen de tez morena como la guadalupana, y que los arreglos que le hicieron cambiándole la cabeza era para no reconocerles la posesión que habían tenido desde tiempos inmemoriales. Como veremos más adelante en las informaciones que se levantaron, se trató de desvirtuar esta tradición presentando testimonios que la imagen había sido traída de España y se había rescatado de las ruinas y abandono en que se encontraba. El fondo de la situación era simplemente que los salvaterrenses indios y españoles no permitían que por ningún motivo se fuera a llevar la imagen y se logró unificar criterios sin importar la lucha de clases que prevalecía, y se pidió el reconocimiento episcopal para el patronato de la ciudad por parte del tribunal del Santo Oficio, también exigía una información de las imágenes que estaban expuestas a la veneración y culto público, por lo que el señor don Pedro Anselmo Sánchez de Tagle, obispo de Michoacán, inició el expediente con la solicitud que presentó el H. Ayuntamiento de la ciudad, literalmente dice el documento:
"Excelentísimo señor el Cabildo, Justicia y Regimiento de la ciudad de Salvatierra pone presente a vuestra superior ilustrísima que en esta ciudad se venera en su capilla una imagen de nuestra señora la Virgen María con el título de la Luz y que el pueblo ocurre en sus necesidades comunes y particulares a valerse de su patrocinio en la experiencia continua de hallarle propicia." "Está atención a deliberado para el mayor culto de la Santísima Señora y aumento de la devoción cristiana ocurrir como lo hace a vuestra ilustrísima para que en su grandeza se digne mandar a expedir despacho a su vicario juez eclesiástico de esta dicha ciudad para que de oficio o de parte haga información del origen y antigüedad de la soberana imagen de nuestra Señora de la Luz, como de origen de dónde vino tal título y advocación y así mismo de sus prodigios y milagros. Buscando dicho juez eclesiástico lo que le contestara por experiencia en su tiempo como por tradición o relación de instrumentos. Que todo cederá en servicio y honra de Dios, nuestro señor y culto de su Santísima madre rubricados Juan de Ascondo, Juan Gómez de Carandia, Carlos Esquivel y Vargas, Manuel González Arce, Francisco Sosaya Sorilla, Pedro Manuel de Peralta, Manuel Verdeja, Antonio José Esquivel y Vargas, Santiago Bermúdez, José Alexandro de Tagle, Antonio Estrada y Joaquín Cardoso.
El 20 de marzo de 1765 el señor obispo comisionó al licenciado don José Xavier de Rivera para que recibiera la información, las cláusulas del pedimento a los testigos que fueran mayores de edad, y que se consideraran capaces de declarar sobre el particular con toda claridad e individualidad correspondiente.
(4). - El 3 de abril de 1766 el licenciado don José Xavier de Rivera en virtud de la providencia que tenía dió principio a la información. Según el orden que tuvieron las diligencias se comentarán sus declaraciones.
Don Antonio de Estrada. - Alcalde ordinario de segundo voto después de hacer juramento declaró que por tradición antigua fue de su conocimiento que la sagrada imagen en los tiempos antepasados se hallaba en la otra banda del río, en una capilla de indios del pueblo y Valle de Guatzindeo y que su hermosura y repetidas maravillas granjearon el que los dueños de la hacienda de San Buenaventura lindante a dicho pueblo se la trajeren a ella, colocándola en una capilla decente que le fabricaron. Que don Agustín de Carranza y Salcedo uno de los principales fundadores, en una de las 44 condiciones que por razón de privilegio pactó con Su Majestad, una de ellas fue el permiso para que a esta imagen se le fundará una iglesia y monasterio de religiosas que entraran las hijas y descendientes de dichos fundadores, y que por aquellos tiempos la ciudad juró la fiesta y solemnidad con las circunstancias y licencias necesaria. Cuyo auto de cabildo tiene presente haber visto en uno de los libros antiguos del archivo de esta ciudad y que desde aquellos hasta los presentes tiempos en los días de Carnestolendas se celebran y ha celebrado la función de esta soberana princesa con danzas y regocijos, empleándose antiguamente el servir a tan Santa Señora en especie de mayordomo aun las personas de mayor carácter y autoridad, así del clero como secular. (Esta afirmación de don Agustín Carranza y la fiesta de la Candelaria no tiene ninguna base documental porque fue casi un siglo después de la fundación de la ciudad, cuando oficialmente se le reconoció en el calendario oficial de festividades y cuando la fundación ni siquiera se le conocía por los vecinos europeos, por lo que esta información se debe tomar con cierta reserva.) Después de mencionar cuando el señor obispo Ortega y Montañés le dio la advocación de Nuestra Señora de las Luces, refería que en los principios en que se comenzó a venerar en su primera capilla, sabe el declarante que aún que una noche un ladrón la trató de despojar de su corona y alhajas, confesó que el rostro de la imagen no se dejaba despojar de la corona y como no lo logró, al salir al otro día se dio cuenta uno de los alcaldes ordinarios que era un fulano Aguirre, quien hizo dar muerte de garrote y poner su cuerpo para ejemplo y escarmiento en la entrada del pueblo.
Don José Antonio Ramos. - Clérigo, presbítero, vecino de esta ciudad quien declaró lo que sabía conforme fue interrogado. Confirmó lo que se decía que había estado en San Buenaventura y que el título y advocación de Nuestra Señora de la Luz que hoy tiene fue porque estando en su primera capilla y en la iglesia del Carmen de esta ciudad, en donde muchas personas vieron la iglesia llena de luces por la noche, que llegaron a juzgar que ardía y habiendo ocurrido al dar aviso, siempre que iban a investigar no había más luz que la ordinaria que dejaba en dicha iglesia, también decía haber oído que en una ocasión que llevaban la imagen en procesión al tiempo de entrar en la iglesia por ser de cuerpo muy alto, los sujetos que llevaban en sus hombros a la Señora, se lastimó el rostro en el extremo de la puerta por lo que se vieron apurados los vecinos hasta apareció un mancebo que dijo ser escultor y se ofreció repararla sin el pago de sus servicios. Al día siguiente comenzó a trabajar sin tomar sus alimentos y después mediodía avisó que ya estaba compuesta y que sólo restaba que se dejara un tiempo en el sol, y sin más comentarios se retiró sin saber ni poder localizar aquel escultor. Concluye esta información refiriéndose haber conocido a don Roque Galván, vecino de esta ciudad que habría experimentado una parálisis en las piernas y que los médicos no aseguraban remedio, y que por el año de 1760 habiéndose encomendado a la Santísima Virgen, había recuperado su salud.
Don Antonio José García. - Presbítero de este obispado y vecino de esta ciudad (Abril 5), decía que esta Santísima Señora era de una India, aunque el declarante ha oído decir también, que vino de España y que los Hernández, dueños muy antiguos de la hacienda de San Buenaventura, le rogaron a la india que les diese la imagen para fabricarle una capilla, donde se decía veían salir varias luces, y que cuando era llevada a la parroquia de esta ciudad y convento del Carmen cuando tenían alguna necesidad de agua o peste, algunas personas vieron luces, Que tenía muy presente haber leído un cuaderno que tenían los reverendos padres Carmelitas, de varios casos entre ellos, el de una noche estando en dicho convento haciendo un novenario, don Juan Gómez de Carandia y otras personas vieron muchas luces. Que doña Nicolasa de Heredia dijo haber visto también la luz y que lo mismo había oído decir que antiguamente, estando la Santísima Virgen en dicho convento se iluminó y que un religioso de ejemplares virtudes nombrado fray Felipe, decía que había visto salir la luz debajo de la Señora. Según el testimonio de las dos primeras declaraciones corresponde la información referente al origen de la inclinación que tiene el rostro de la imagen. El señor Antonio menciona otra tradición que dice haber leído en un cuaderno perteneciente al convento del Carmen, que una señora doña Leonor Tamayo dio unas alhajas a Nuestra Señora de la Luz, y habiendo robado la imagen un malhechor se fue a Valladolid a vender las joyas a la misma casa de la señora que les había donado, quien las conoció, por lo que le avisó a su esposo don Manuel Uribe, quien mandó que lo aprendieran mientras se informaba en Salvatierra, confirmando la noticia del robo el ladrón confesó su fechoría y declaró que mientras la despojó había estado inmóvil la Santísima Virgen, y que al tiempo de llegar a las ponencias de su Santísimo Niño, bajo la señora la cabeza. Lo que le causó tanto pavor que se salió con solo lo que había quitado.
Lo anterior es un simple resumen de los informantes quienes además señalaron muchos testimonios de amor y gratitud de los feligreses por el alivio de enfermedades, pestes y calamidades. Sin embargo, los datos sobre su origen no son muy precisos, simplemente eran tradiciones populares. Teniendo en consideración el tiempo que llevó la preparación de esta información, justo un año desde la fecha que se otorgó el nombramiento al juez eclesiástico para que practicara las diligencias, sin embargo, las noticias no son muy precisas y además no se levantó información de los indios naturales vecinos de la ciudad quienes hubieran aportado otra versión.
(5). - El licenciado don José Xavier de Rivera en cumplimiento de lo mandado también rindió su testimonio que confirmó las declaraciones anteriores, pasando el expediente a don Joaquín de Cuevas, promotor fiscal quien presentó su dictamen el 13 de septiembre de 1766 aprobando las diligencias para que se confirmara el título de advocación de la Luz y merecía el patrocinio de la Soberana Reina de los Ángeles. En vista de lo anterior el 22 de septiembre del mismo año el señor obispo Sánchez de Tagle aprobó y confirmó el título de Nuestra Señora de la Luz, recomendando a los vecinos de Salvatierra la tuvieran siempre por su protectora. Por la importancia de este documento se copia literalmente.
"En la ciudad de Valladolid en veinte y dos días del mes de septiembre de 1766. El ilustrísimo señor don Pedro Anselmo Sánchez de Tagle, obispo de este obispado de Michoacán, del Consejo de Su Majestad y mi Señor, habiendo visto estas diligencias practicadas a pedimento de la muy noble ciudad de Salvatierra. En comprobación del hermoso nombre y título de la Luz, su origen y antigüedad con que ha venerado a la imagen de María Santísima colocada en su propia capilla de dicha ciudad, y de las especiales asistencias y maravillas que de su piedad soberana ha recibido en las comunes aflicciones, hambre y enfermedades, atendiendo a la veracidad de los testigos que sobre estos asuntos se han examinado, y al del informe y certificación del vicario juez eclesiástico de la misma ciudad. Con lo expuesto por el promotor fiscal de este obispado en su conformidad, su ilustrísima, dijo: Que aprobaba y aprobó en las enunciadas diligencias (aquí el original está roto y continúa así) en cuanto a juzgar porque aceptaba y confirmaba y confirmó la piadosa advocación y título de Nuestra Señora de la Luz con que la vecindad común de aquella ciudad y el vecindario de su distrito ha venerado la predicha imagen de María Santísima, invocándole y ofreciendo sus votos en sus mayores aflicciones y necesidades. Para que en mayor gloria de la Santísima Virgen desde ahora y en los de adelante la adoren y dirijan sus súplicas como a especial protectora, dando aquella racional esplendente y piadosa fe a la experiencia con que, según las referidas informaciones, han recibido de la Soberana intercesión repetidos favores y gracias, lo que en lo futuro deberán esperar si como corresponde a la gratitud de tantos beneficios las procuran merecer en el arreglamiento a las buenas costumbres, y con aquella devoción y fervor y limpieza de conciencias que los haga dignos de la beneficencia de la Soberana Reina de los Ángeles. Lo que su ilustrísima excesivamente encarga a todos los habitantes de aquella ciudad y su distrito y para que así lo observen y cumplan, y juntamente sirva de resguardo y conste auténticamente a la posteridad se dará por el infrascrito secretario. (El testimonio es tu último documento no está concluido en el original porque seguramente se destruyó con el maltrato, por lo que no está autorizado con las firmas correspondientes.)
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