domingo, 21 de diciembre de 2008

Análisis del "Primero Sueño" de sor Juana Inés de la Cruz: aristotélica-tomista

Sor Juana al llegar a este punto nos da un viraje, la intuición como principio de conocimiento le ha dado la conformación de un mundo, pero al intentar conocerlo la intuición se ha hecho insuficiente para definir conceptos claros y distintos, a la manera cartesiana, por ello, ahora servirá del método discursivo de santo Tomás de Aquino, procederá definiendo conceptos conforme a las nueva categorías y la substancia, de acuerdo a la lógica aristotélica.

En cuanto a las categorías, difiriendo con Aristóteles, las considera artificiales, es decir, construidas por la mente humana, no las considera como santo Tomás, quien admite que las categorías no son sólo formas de predicación, sino al mismo tiempo y aún antes que todo, modos del ser o grados del ser. Los predicables (género, especie, diferencia, propio, accidente), en oposición a los predicamentos (categorías), son puras segundas intenciones o formas del entendimiento y pertenecen como tales a la lógica.

Pero es necesario hacer más explícito y claro en lo que consisten las categorías. Los predicamentos o categorías, los predicables constituyen los modos o títulos conforme a los cuales se afirma o se niega un predicado de un sujeto, es decir, se hace la predicación. El predicado, lo que se afirma o se niega de un sujeto, puede ser algo que existe en si mismo, o que necesita de otro ser para existir, esto es, existe en otro. En ambos casos es algo que se puede negar o afirmar.

Cuando el predicado se expresa mediante algo que existe en si mismo, se llama substancia, cuando en cambio necesita de otro ser para existir recibe el nombre de accidente.

Las distintas ideas universales que constituyen los predicados, sean substancias o accidentes, reciben el nombre de predicamentos, categorías o universales directos.

Los predicables se pueden definir como los distintos modos de realizar la predicación. Las categorías, en cambio, se definen como: los diez supremos géneros de las cosas a que se pueden reducir todo cuanto existe.

Las categorías o predicamentos se clasifican en substancia y accidente; nueve categorías accidente y una categoría substancia. La categoría sustancia es independiente; existe en si misma y es la base en la que se dan las nueve categorías accidente. La substancia, juntamente con los nueve accidentes, constituyen las diez únicas clases de seres, de tal manera que todo lo que existe o en substancia o en accidente, no hay término medio, todo lo que existe debe clasificarse dentro de los diez predicamentos.

Las categorías son:

Substancia.- El accidente cuya esencia debe existir en si mismo y no en otro como en un sujeto.

Cantidad.- El accidente que hace extensiva en partes a la substancia material.

Cualidad.- El accidente que sirve para expresar lo que son las cosas.

Relación.- El accidente cuya esencia consiste en decir orden a otra cosa, de cierta manera o, también, el vínculo o lazo de unión por el que dos o más seres se presuponen mutuamente.

Acción.- La operación de un sujeto como realizada por él mismo.

Pasión.- La operación de un sujeto como recibido en él mismo.

Tiempo.- Medida de movimiento tomando en cuenta un principio y un fin.

Lugar.- La extrema y primera superficie inmóvil para el cuerpo en el ambiente.

Sitio.- Disposición u orden de las partes en el lugar.

Estado o Hábito.- Lo que sobre pone al cuerpo o a lo que dice referencia al cuerpo.
La substancia puede ser primera o segunda. La substancia primera es lo mismo que la substancia singular, perfectamente individualizada, existente en la realidad de las cosas. Según Aristóteles, es la que ni se predica del sujeto ni existe en el sujeto, es decir, es el mismo sujeto. Por ejemplo, Pedro, mesa, árbol: La substancia segunda, en cambio, es la noción genérica o especifica que se afirma de los distintos singulares, substancia segunda es la substancia predicamental, es decir, un universal directo. Aristóteles la define como la que no está en el sujeto pero se predica de eél. Por ejemplo: hombre, bestia, etc. La substancia se puede considerar en tres sentidos:
a.-) Amplísimo.- Es lo mismo que la esencia de una cosa y en este sentido no se opone al accidente, que también tiene su esencia.
b.-) Amplio.- En cuanto se opone al accidente, significando todo lo que es distinto a las modalidades accidentales o secundarias.
c.-) Estricto.- Es decir, el primer predicamento, que es la base de los demás. Es decir, el ser que existe en si mismo y no en otro como en su sujeto. Aquí nos referimos a la subtancia predicamental.
El accidente, o sea la forma de estar en otro, puede tomarse en distintos sentidos. Ser em otro, puede decirse, por ejemplo: del cautivo en la cárcel o el marino en la nave o, también, el alma en el cuerpo, o finalmente como la virtud en el alma. El cautivo y el marino esntán en la cárcel o en la nave, como una substancia completa en un lugar determinado; el alma está en el cuerpo, como las partes en el compuesto, o como la forma substancial en su materia, ocomo la fusión de potencia y acto, en el ser.
La substancia es inteligible, es decir, no se percibe con los sentidos, tan solo se entiende. El accidente, en cambio, es perceptible con los sentidos. Por ejemplo la substancia árbol lo que percibimos con los sentidos es el tamaño, el color, la forma, etc. La mente, por el contrario, es la que percibe la substancia.
Sor Juana considera a las categorías más que seres reales que dicen orden a la substancia, las considera más bien artificiales, es decir, ideas contruídas, de esta manera se aproxima a la filosofía cartesiana de l Res Cogitans, como un mundo con leyes independientes de la Res Extensa. Pero sólo apunta hacia allá, no lo afirma categóricamente, y aún lo mezcla con el lenguaje aristotélico.
Buscando ideas claras y dsitintas, va adiscurrir de una en una las cosas, utilizando las categorías como instrumentos de conocimiento, su discurrir le proporcionará la forma. En el sentido anterior, el discurso alude al hecho del curso de un término a otro (o de una proposición a otra), en el proceso de un razonamiento de tal suerte que el discurso se detiene cuando se pasa a una proposición considerada como evidente, para nosotros.
En la escolástica es frecuente antender tal razonamiento como paso de la causa a lo causado.
La intuición le ha reportado el contenido de las cosas, ahora ésta no le ha dado la forma de las cosas, sor Juana expresa este descalabro asociandolo a aquellas naves que en los versos anteriores, navegaban en total transparencia. Sor Juana establece que la Res Extensa tiene leyes propias, que son una oscuridad que no deja ver la verdad evidente.
"Las velas, en efecto, recogidas,
que fío inadvertidas
traidor al mar, al viento ventilante
--buscando, desatento,
al mar fidelidad, constancia al viento--,
mal le hizo de su grado
en la mental orilla
dar fondo, destrozado,
al timón roto, a la quebrada entena,
besando arena a arena
de la playa el bajel, astilla a astilla,
donde --ya recobrado--
el lugar usurpó de la carena
cuerda refleja, reportado aviso
de dictamen remiso;
que, en su operación misma reportando,
más juzgó conveniente
a singular asunto reducirse,
o separadamente
una por una discurrir las cosas
que vienen a ceñirse
en las que artificiosas
dos veces cinco son Categorías".
La búsqueda de verdades evidentes es el síntoma del siglo de la ciencia, representado por Descartes, y sor Juana expresa ese mismo propósito filosófico, y para ello empleará ahora el método lógico categorial, para sujetar a la Res Extensa en una comprensión de la Res Cógitans, sin el radicalismo de los racioanalistas del siglo.

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