Retórica del espacio arquitectónico en el centro histórico de Salvatierra
La fundación de ciudades hipanoamericanas bajo la concepción civilizadora de la España del siglo XVII, proponía a las urbes como centros de enseñanzas ejemplares para la población nativa de la Nueva España.
Las ciudades españolas al fundarse tenían, como deber, el ser habitadas por familias españolas en el centro de la traza urbanística, vivir al lado del templo mayor, la alcaldía y la plaza de armas, a donde acudía toda la población de la región en los días de fiesta religiosa.
Por ello, la vida de las familias del centro tenían la obligación de convertirse en un visible ejemplo de vida familiar católica, pues era la manera de difundir los valores humanistas de la cultura occidental cristiana.
Las casas están trazadas de manera que la virtud sea la finalidad principal. Amplios patios, corredores con altos portales, habitaciones con puertas visibles en sus accesos para ser vigiladas por la mirada paternal. La vida de los hijos y las hijas transcurría durante la infancia casi sin salir de las casonas del centro, y las mujeres de la época salían menos tiempo a las calles y plazas.
Con este antecedente encontramos que el valor patrimonial de la casa con domicilio de Hidalgo 809, en Salvatierra, Gto. y que obtuvo el primer lugar en el Premio a la Conservación del Patrimonio Cultural Edificado, en la categoría de Casa Habitación, edición 2009, es de vital trascendencia para la identidad cultural no sólo de Salvatierra, sino del estado de Guanajuato.
El premio fue entregado en la ceremonia realizada el pasado 17 de noviembre en el teatro Juárez de la ciudad de Guanajuato.
El centro urbano de la traza novohispana tiene como finalidad principal difundir la cultura occidental de manera integral. Confluyen en su edificación el poder de las cuatro fuerzas constructoras de una población civilizada, y cristiana, enunciándolos aquí, tomando en cuenta el punto de vista virreinal, a saber: Templo, Alcaldía, Plaza y Naturaleza.
En el paisaje cultural de la casa de Hidalgo 809, podemos notar la composición urbana: una fachada impregnada de símbolos de la cultura griega en sus ventanas y puerta principal, un frente arbolado de la plaza mayor, una calle recta y transparente que conduce al valle fértil.
Las casas vecinas tienen, también, su estilo arquitectónico de grandiosidad que es un signo mediante el cual se avisa de la importancia social de quienes la habitaban en el pasado virreinal y aún durante el siglo XIX.
Una fachada suntuosa distingue a la casa de Hidalgo 809, caracterizada por una elegancia refinada que logra despertar, a manera de llamar poderosamente -mediente el arte arquitectónico-, la atención del transeúnte para que detenga la mirada en su colorido estilo porfirista.
Los árboles del jardín, ayudan a suavizar el conjunto espacial formado por la calle, las casas y la gran explanada de la plaza mayor, y a resaltar los dinteles de estilo afrancesado, sobre todo el medallón del altillo labrado en la puerta central, que contiene la inscripción de las iniciales del nombre de la propietaria que en el siglo XIX reconstruyó la fachada y los corredores interiores.
Si este paisaje cultural faltara en Salvatierra, mucho se perdería de la idea que sobre su ciudad tienen los habitantes. Y si este conjunto de bellas fachadas, árboles frondosos y calles limpias se mejorara mediante una diestra restauración, en mucho la auto estima de los salvaterrenses tendría motivos de satisfacción estética durante sus paseos dominicales en el centro histórico de la ciudad.
Esperamos confiados, que el premio recibido por la familia Ortiz Ramírez para darle mantenimiento y restauración a la casona donde nació don Federico Escobedo, sea para bien de la belleza de la ciudad, con lo cual ganamos todos en la muy noble y Leal ciudad de San Andrés de Salvatierra, Gto.
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