El templo de la Virgen de la Luz es un patrimonio cultural simbólico edificado con la historia de Salvatierra
por Pascual Zárate Avila
La imagen de la Virgen de la Luz refleja de manera amplia a la organización social de Salvatierra a lo largo de la historia.
Fue elaborada por los artesanos de Pátzcuaro durante el obispado de Vasco de Quiroga, con pulpa de maíz y venerada como la Virgen de la Purificación. Con esa advocación la trajeron los frailes franciscanos al Hospitalillo del Valle de Guatzindeo. Los hospitales son lugares de enseñanza de oficios, trabajo, albergue y curación especialmente para los indígenas. El hospitalillo se extinguió por la muerte de fray Juan Lozano, último franciscano que lo atendía, por la enorme mortandad de finales del siglo XVI y porque los servicios religiosos de los franciscanos se pasaron al otro lado del Río Grande, donde construyeron una capilla bajo el patronato de San Andrés de Guatzindeo.
La Virgen de la Purificación quedo olvidada en las ruinas del viejo hospitalillo, donde vivió una familia de indígenas.
Se realiza el Tercer Concilio Mexicano por el obispo Montúfar y se acuerda asumir las normas del Concilio de Trento. Uno de los puntos es la glorificación de María. Este concilio mexicano se realiza hacia 1590.
En 1645 llega la Orden de los Carmelitas Descalzos a Salvatierra y proceden a la construcción del convento de San Ángelo Mártir; de un sistema de canales, para el riego y la industria; compran una hacienda agrícola y levantan el puente conocido de Batanes. En estas construcciones tiene que ver fray Andrés de San Miguel, que fue el máximo maestro de obras de la Colonia. Con estas edificaciones los carmelitas se ven invadidos por la riqueza económica. La ciencia del mayor hidrógrafo y arquitecto del siglo XVII es incontenible y toma desprevenidos a los padres carmelitas, que de buenas a primeras hacen la acumulación de un capital enorme y que no proviene de la explotación del trabajo de los indígenas, sino de un uso racional de las nuevas tecnologías del agua para el cultivo y para las ruedas hidráulicas de la industria de la molienda. La ciencia colma de riquezas a una orden que tiene votos de pobreza, obediencia, oración y contemplación. Aquí ocurre un primer conflicto de conciencia para la que no estaban preparados los frailes carmelitas. Hay relatos y leyendas donde los indígenas consideran a fray Andrés de San Miguel como la encarnación de un diablo que puede hacer todo con enorme facilidad. La ciencia asaltó a la orden carmelita, los puso en ocasión de caer en pecados como los de la soberbia y el egoísmo.
Sin embargo, a su templo y convento, fray Andrés se limitó a darle dimensiones de humildad. No lo construyeron con grandes dimensiones. Incluso no hicieron torres por ser ostentosas, construyeron espadañas, como expresión de modestia.
El periodo conocido como el Renacimiento estuvo en Salvatierra desde su fundación. En la ciencia se fundó la riqueza de la ciudad, y no en la esclavitud de los indígenas. El agua fue el factor de energía principal. Por ello podemos decir que desde su fundación los salvaterrenses están maravillados con el agua, su poder, su utilidad, su problematicidad, pues la pérdida de vidas en el Río Lerma tiene también temerosos a los salvaterrenses. El agua representa la belleza y el dolor. Para los carmelitas es el agua la que representa la palabra de los Evangelios de Jesucristo, como lo describe santa Teresa de Jesús en su libro "El Castillo Interior", y el Templo Carmelita de Salvatierra figura un castillo, y al convento llegaba agua en un acueducto y tenía multiples pilas de agua en sus atrios, jardines y huertas; pero es el agua, también, tomada por los mismos carmelitas para introducir el saber moderno mediante el uso de las matemáticas para el conocimiento de la naturaleza. Para calcular los flujos de agua y los planos de los canales y drenajes de Salvatierra.
Salvatierra fue una ciudad que nació por medio de esa cosmovisión barroca de formular una ética religiosa, mística, unida con las conquistas del conocimiento objetivo que despierta impactos no previstos. Por ello el humanismo fue muy patente en Salvatierra. La ciudad no requería del trabajo de esclavos. La ciencia hacía producir lo suficiente para pagar las servidumbres. El conocimiento del agua hace a Salvatierra una ciudad prospera y humanista. Aunque la economía permitió una acumulación de capital excesivo, dejó en el desempleo a muchas personas que tuvieron que vivir de la caridad.
Con estos aportes de la industria de la molienda de trigo el capitalismo incipiente llegó a la ciudad novohispana.
La estatuilla de la que será llamada Virgen de la Luz es reencontrada en 1664 por el dueño de la hacienda de San Buenaventura y por un fraile franciscano. Ellos la encuentran y la ven como un resplandor, como emitiendo luces. La luz es una forma de hacer inteligibles los misterios del ser. San Agustín considera a la luz como conocimiento. San Buenaventura, un franciscano doctor de la Iglesia, asume a la luz también como conocimiento. La Virgen de la Purificación es asociada como de las luces. Se queda en la capilla que le levantan en la hacienda de San Buenaventura y recibe el nombre de la Señora del Valle. Para los salvaterrenses cuando es traída al templo parroquial de San Francisco la llaman la señora de la Otra Banda. También, como inicialmente se le conoce como Señora de la Purificación, es llevada al templo del Carmen cuándo se celebra el dos de febrero por petición de un benefactor de la orden. La ciudad inicia las festividades del dos de febrero con los carmelitas.
La Señora del Valle recibe el agregado de un Niño Dios, para simbolizar la imagen materna con la que los carmelitas representan a la Virgen María del Monte Carmelo.
Tiene la rama de olivo como símbolo de la paz. Con ella se significa la vocación de la ciudad, su nacimiento pacífico y civilizador como unión del valle indígena con la ciudad castellana. Para la construcción de la parroquia secular, se dedicará el templo a la Virgen que ya lleva la advocación de las Luces. Con esos símbolos logra ser una representación que incluye las doctrinas de los agustinos y franciscano mediante su advocación de las Luces, y a los carmelitas con su niño Jesús. Y al cabildo con la hoja de olivo. A los indígenas los representa con su material de pulpa de maíz. Con estos elementos ella logra unificar una diversidad de lecturas culturales. Ella atrae la colaboración con su fuerza de unificación y se empieza a construir su templo como Patrona de la Noble y Leal Ciudad de San Andrés de Salvatierra.
Con el bastón de mando de Agustín Iturbide se le hará representar los ideales de Independencia, Religión y Unión. Que son los valores del Ejercito Trigarante y que serán los principios de movimientos sociales con inspiración en los documentos de la filosofía social cristiana.
Con la coronación pontificia en 1939, se le dará la representación de pacificadora de la Iglesia mexicana pues, en la cabeza lleva una corona labrada, símbolo del premio dado por su intercesión para darle paz a la Iglesia mexicana en su conflicto con el gobierno en 1926, y que fue súplica encarecida por los salvaterrenses.
3 comentarios:
Muy interesante Pascual "congratulations", gracias por compartir. Saludos 🤗
Excelente documento histórico de nuestra ciudad de Salvatierra
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