sábado, 13 de marzo de 2010

De cómo introducir la educación intercultural en Salvatierra por Pascual Zárate






Fundamento pedagógico de la ciudad educadora

Introducción
La iniciativa de promover la teoría de la Ciudad Educadora en Salvatierra surgió, en el año 2006, con la lectura de la Carta de Ciudades Educadoras de la Asociación Internacional de Ciudades Educadoras con sede en Barcelona, España. Una comprensión difícil por lo inusual de sus planteamientos. La idea central recae en la propuesta de hacer del gobierno municipal el principal promotor de la ciudad educadora. Esa propuesta parecía repetitiva con la Ley Orgánica Municipal del Estado de Guanajuato, pues ahí se señala la responsabilidad del municipio en la realización, gestión y planeación de las escuelas establecidas dentro de su jurisdicción. ¿Cuál es entonces la innovación con la Carta de Ciudades Educadoras? La respuesta es muy sencilla: que el gobierno municipal mismo, preste servicios educativos a la población, que sus direcciones y proyectos de desarrollo municipal tengan siempre una perspectiva educadora y, cada dependencia municipal, una tarea continuada de educación a la población, con especial énfasis a niños y jóvenes.
Ante esta propuesta surgen dos interrogantes con planteamientos conceptuales diferentes: la pregunta del sector educativo es ¿Cuál es le fundamento filosófico, pedagógico y legal del proceso de enseñanza-aprendizaje de la ciudad educadora?; y por otro lado, los representantes populares integrantes del ayuntamiento preguntan ¿Cuáles son los beneficios que se alcanzan y qué problemas se solucionan con el proyecto de ciudad educadora? Son dos formas de manifestar intereses diferentes que, sin embargo, se resuelven positivamente con la teoría de la pedagogía social en la que se sustenta la Carta de Ciudades Educadoras.

Fundamentos de la Carta de Ciudades Educadoras
Una de las principales funciones de una ciudad educadora es llevar a los niños a realizar aprendizajes fuera del salón de clase, y darles el papel educador a diversos agentes sociales. La tarea de salir a visitar los espacios públicos, centros comerciales, bibliotecas, parques, clubes, fábricas y demás componentes de la ciudad 
es hacer que el papel educador sea realizado de manera social y de manera coordinada por las dependencias del gobierno municipal, de manera libre e igualitaria, para toda la población; realizando un ejercicio constante, permanente, continuo y sistemático.
El diagnóstico de esta posibilidad fue señalado por primera vez en 1972 por Edgar Faure, en la obra “Aprendiendo a Ser”, donde exponía: “… los términos de la relación entre sociedad y educación cambian de naturaleza: hay un proceso de compenetración íntima de la educación y el tejido social, político y económico, en las células familiares y en la vida cívica”. Faure concebía dos cosas principales, una como principio básico: “todo individuo debe tener la posibilidad de aprender durante toda su vida”; y la otra, manifestada en la obra como un como necesidad imperiosa: sacar a la educación de los espacios cerrados en donde se halla confinada, para trasladarla a los espacios públicos urbanos y rurales.
Al concebir el aprendizaje como una actividad fundamental en la vida, J. Delors plantea --en el Informe a la UNESCO de la Comisión Internacional sobre la Educación del Siglo XXI, denominado: “La educación encierra un tesoro"--, tres momentos constantes de la educación durante toda la vida: “…para cumplir el conjunto de misiones que le son propias, la educación debe estructurarse en torno a cuatro aprendizajes fundamentales, que en el transcurso de la vida serán, para cada persona, en cierto sentido, pilares del conocimiento: Aprender a conocer, es decir, adquirir los instrumentos de la comprensión; Aprender a hacer, para poder influir en el propio entorno; Aprender a vivir juntos, para participar y cooperar con los demás en todas las actividades humanas; Aprender a ser, un proceso fundamental que recoge elementos de los tres anteriores…”
Luego de 17 años de promoción de los aprendizajes durante toda la vida promovidos desde la UNESCO, el Ayuntamiento de Barcelona acuñó y asumió el concepto de ciudad educadora: “como el significante de una propuesta integradora de la educación formal, no formal e informal que se genera en la ciudad, para todos los que la habitan; y también, reveladora de un compromiso político, público y activo, que concierne además de a las familias y las escuelas, a los ayuntamientos, las asociaciones, las industrias culturales, las empresas y otras instituciones y colectivos”.
Con este proceso de innovación en la educación, Barcelona sigue haciendo un llamado a los ayuntamientos de todo el mundo para que adopten esta idea, y se sumen a enriquecer, compartir, aplicar y redefinir. Idea que de manera ciudadana y en lo que fue el periodo del Consejo Municipal para la Participación Social en la Educación de 2006-2009, realizamos una aplicación de esta idea educativa de Barcelona, llevando a los jóvenes a realizar un aprendizaje en los monumentos históricos de Salvatierra durante dos periodos, época en la que recibimos para llevar los aprendizajes guiados por la ciudad a de cuatro mil niños y jóvenes. Y de esa experiencia surgió otra pregunta: ¿Qué efectos tuvo esa enseñanza en los jóvenes? 

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