Un cambio de época en el Festival de las Almas en Salvatierra
Por Pascual Zárate Avila
El Ayuntamiento de Salvatierra visitando el altar de muertos dedicado "In Memoriam
" a los caídos en la antigua hacienda de San José del Carmen.
La pintura de la Gioconda de Leonardo da Vinci es el símbolo del fin de la Edad Media, toda una época de terminación del oscurantismo en las expresiones culturales libres está representado por la pintura del sabio renacentista.
Las pinturas de mujeres, en la era medieval, eran representadas con vestidos característicos de las túnicas de vírgenes sagradas, y con la mirada de humildad, una vista baja, sus ojos mirando el suelo.
Con el Renacimiento nace la ciencia, el conocimiento surge de la observación y, entonces, la pintura refleja la mirada de una mujer viendo de frente, con la mirada dirigida al contemplador del cuadro de la Gioconda.
Así es el cambio cultural en Salvatierra, con la elaboración del altar monumental fabricado con amor en el kiosco del jardín principal, dedicado a los caídos de la absurda violencia de Salvatierra. Ver de frente y observando para cambiar en comunidad hacia la cultura de la paz.
La época anterior, el medievo salvaterrense del PRIAN, fue de silencio, de olvido, de indiferencia con los caídos.
En el último informe de gobierno municipal, las palabras fueron la de señalar la tragedia de la violencia de los jóvenes con condolencia e, inmediatamente después, decir, el político rindiendo el informe: “hay que dejar atrás lo pasado y seguir con las obras y construir un futuro mejor para nuestros hijos”, dicho aquí como una paráfrasis de la forma usada para indicar su intención de olvidar lo triste de su periodo de gobierno.
En esta temporada de Festival de las Almas, con solemnidad se recordaron a los once salvaterrenses absurdamente abatidos por el crimen organizado. Un gesto de valentía ante los enemigos de la paz y el orden institucional.
Un cambio indicativo del renacimiento de una anterior época humanista de Salvatierra, la valentía de los tiempos cuando los malhechores se refugiaban en los cerros del sur del municipio, cercanos a las comunidades de La Huerta, La Lagunilla, La Virgen y la Estancia de San José del Carmen.
El actual Ayuntamiento, especialmente el presidente municipal José Daniel Sámano Jiménez no tiene derecho a callar el absurdo de la violencia diezmando a las familias de Salvatierra.
Nunca más fiestas del gobierno municipal hechas con la finalidad de olvidar las tragedias desoladoras del alma de la comunidad familiar de la ciudad.
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