martes, 30 de marzo de 2010

La diversidad cultural en la educación social de la ciudad de Salvatierra, Gto. por Pascual Zárate

Antecedentes históricos

La diversidad cultural de Salvatiera

La muy noble y leal ciudad de San Andrés de Salvatierra posee una característica de diversidad cultural desde su fundación como ciudad novohispana en 1644.


En la crónica local se consigna el establecimiento de la Orden de San Agustín en Tiristarán hacia 1557; la llegada del hospitalillo de la Orden de los Hermanos Menores de san Francisco de Asis hacia 1546, el arrivo de la Orden de los Carmelitas Descalzos en 1645, la llegada de la Orden de los Predicadores de santo Domingo de Guzmán en 1765, la expansión del Clero Diocesano en 1720, la instalación de la Orden de las Madres Clarisas en 1766, el colegio de enseñanza católica de las madres de Guadalupe hacia 1909, la Congregación de las Hijas de la Caridad de la Virgen de Fátima a mediados del siglo XX, igual que el seminario Diocesano de los Operarios de Cristo Rey, la Congregación de las Hijas del Sagrado Corazón y la Congregación de la Orden de las Predicadoras de la Palabra.


Este tema es de suma importancia porque cada orden representa una visión especial de vivir la religión, con doctrina particular, normas conventuales distintas e ideas particulares de cómo realizar la evangelización de las poblaciones naturales del valle de Huatzindeo.


Los agustinos son una orden que legisla las reglas para la vida en comunidad religiosa y enseñan la doctrina a partir del corazón, de la vida interna de Dios en el corazón, con las implicaciones doctrinarias de penitencia y amor a la Cruz. La tarea de fundar escuelas y enseñar a los indígenas el arte de gobernar, además de su probada capacidad productiva en lo agrícola y construcción conventual, influyeron para la formación de tradiciones festivas en el municipio.


Los franciscanos con su visión de pobreza y su doctrina de acercarse a la fe católica a través de la Cruz, además de fomentar las ideas alegóricas de ver milagros sobrenaturales en objetos simbólicos de la religión, le dieron una concepción austera de vida a los barrios y comunidades rurales que evangelizaron el el valle.


Los carmelitas descalzos promovieron a la Virgen María como camino a la doctrina de la Cruz, enfatizando la naturaleza poética de la ciencia de la cruz de san Juan de la Cruz y santa Teresa de Jesús, imprimiéndole hasta nuestros días, una especial visión a los devotos del Carmelo que viven en la ciudad, fundado su doctrina en la noción del agua como símbolo del alimento espiritual y a la poesía como forma expresión de la oración sacra.


Los dominicos con su prédica de protección a los más desvalidos y de su derecho a recriminar a las autoridades seculares cuando se alejan de los valores cristianos, le forja un carácter social a los salvaterrenses que convivieron con ellos en el barrio de Santo Domingo por espacio de dos décadas.


El clero secular con la función de intensificar los servicios sociales de la administración de los sacramentos y dirigiendo políticamente la vida parroquial, conformó un tejido social de fiestas patronales de arraigada tradición popular.


La madres capuchinas con su presencia de vida enclaustrada, de múltiples signos de existencia mediante sus productos artesanales y la incontenible curiosidad infantil por su voluntario apartamiento de la vida del mundo, dibujó la imaginación de la población.


Cada orden religiosa conformó grupos de laicos para cuidar los servicios religiosos, los cuales intervienen de manera permanente en la vida social y festiva de la ciudad y de las comunidades rurales. Las reglas, valores, finalidades y miembros de la comunidad tienen particularidades que las hacen ser formas de vidas diversas, conformando, por tanto, una pluralidad cultural en la sociedad que a lo largo de la historia, con la diversidad de intereses y formas de vida de los grupos, ha provocado encuentros y desencuentros.


También, como grupos culturales se conformaron desde 1840, las logias masónicas en la ciudad, las cuales impulsaron importantes actividades económicas y posiciones políticas alejadas de las visiones de los grupos del clero y de la forma de vida de los laicos comprometidos con su doctrina religiosa.


En comunidades indígenas como Urireo, se reconoció la autoridad del calzóntzin en la república de las leyes de Indias en 1580, lo cual le dió una fisonomía propia a las relaciones entre la ciudad y las comunidades rurales.


Con estos señalamientos queremos afirmar la existencia de una diversidad cultural existente en el municipio de Salvatierra, que no siempre ha favorecido la unión de fuerzas para lograr los objetivos del desarrollo para satisfacer las necesidades de supervivencia y crecimiento de oportunidades al mayor número de personas posible.


Inclusive, las diferencias existentes entre la familia de los marqueses de Salvatierra con los carmelitas descalzos, retardaron la consolidación de la ciudad, luego de su fundación, que origino un largo litigio judicial en los tribunales de la Corona, por la marginación motivada por los carmeltas para no otorgar las prevendas acordadas para la familia López de Peralta, quienes ofrecieron las tierras para la edificación de la ciudad.


Sostenemos de manera provisional, que la diversidad cultural del municipio no se encuentra en términos de comunicación y diálogo armonioso, que requiere de un proyecto que fomente los valores de la tolerancia, la convivencia respetuosa, el diálogo intergeneracional y una visión amistosa de los grupos, incluyendo a las religiones Metodista y del Mormón, que están establecidas desde finales del siglo XIX, la primera, y desde mediados del siglo XX, la segunda.

La Fundamento para la promoción de la diversidad cultural municipal

Tomando como fundamento las siguientes cláusulas de la Declaración Universal para la Diversidad Cultural de la ONU, y al primer Artículo de la misma declaración, consideramos pertinente presentar un proyecto de educación hacia la diversidad cultural:




"Reafirmando que la cultura debe ser considerada el conjunto de los rasgos distintivos espirituales y materiales, intelectuales y afectivos que caracterizan a una sociedad o a un grupo social y que abarca, además de las artes y las letras, los modos de vida, las maneras de vivir juntos, los sistemas de valores, las tradiciones y las creencias (2),


Comprobando que la cultura se encuentra en el centro de los debates contemporáneos sobre la identidad, la cohesión social y el desarrollo de una economía fundada en el saber, (...)




IDENTIDAD, DIVERSIDAD Y PLURALISMO




Artículo 1 – La diversidad cultural, patrimonio común de la humanidad


La cultura adquiere formas diversas a través del tiempo y del espacio. Esta diversidad se manifiesta en la originalidad y la pluralidad de las identidades que caracterizan a los grupos y las sociedades que componen la humanidad. Fuente de intercambios, de innovación y de creatividad, la diversidad cultural es tan necesaria para el género humano como la diversidad biológica para los organismos vivos. En este sentido, constituye el patrimonio común de la humanidad y debe ser reconocida y consolidada en beneficio de las generaciones presentes y futuras."




Contexto actual de la promoción de la diversidad cultural




En el momento actual el municipio de Salvatierra tiene los siguientes rasgos en la convivencia y preservación de la pluralidad cultural:


a.- Los grupos de laicos comprometidos de las diferentes asociaciones parroquiales del municipio tienen una vida social y catequética activa, influyendo de manera sobresaliente en sus tareas las incertidumbres existenciales y de distanciamiento familiar que provocados por una numerosa emigración que separa a las familias. Siendo la emigración una situación conflictiva para el núcleo familiar, para los grupos de la pastoral cristiana representa una oportunidad de acción espiritual y promoción de los valores de la convivencia familiares para auxiliar en la comprehensión del fenómeno social y las dificultades derivadas en la vida cotidiana. Sin embargo, las acciones requieren de una sistematización y apoyo mediante políticas públicas municipales de integración social y familiar, en el contexto de las familias con separadas por la emigración de uno o varios integrantes.


b.- La producción local sobre la crónica municipal están dispersos, además de que no están al alcance de quienes desean conocerlos y estudiarlos, debido a que las bibliotecas y archivos públicos carecen de ejemplares. Para fortalecer la identidad de la sociedad local, se requiere de un programa de acción que preserve la memoria documental de los grupos culturales del municipio.


c.- Los programas de educación de las escuelas de todos los niveles de estudio se encuentran desvinculados del medio social y cultural; la participación social en la educación está limitada a los formalismos de las sociedades de padres de familia, restándole potencialidad al crecimiento cohesionado de los grupos y redes ciudadanas para fortalecer la economía social.


En virtud de la riqueza multicultural y por la variada diversidad de los grupos de la sociedad municipal, es importante formular una política pública de la cultura municipal que esté apegada a los principio de la Declaración Universal sobre la Diversidad Cultural de la Organización de Naciones Unidas, y de los planes de desarrollo nacional, estatal y municipal.



Del programa de acción de la ONU podemos pensar algunas acciones de política cultural a apartir de los siguientes lineamientos:


3. Favorecer el intercambio de conocimientos y de las prácticas recomendables en materia de pluralismo cultural con miras a facilitar, en sociedades diversificadas, la integración y la participación de personas y grupos que procedan de horizontes culturales variados.


7. Alentar, a través de la educación, una toma de conciencia del valor positivo de la diversidad cultural y mejorar, a esos efectos, la formulación de los programas escolares y la formación de los docentes.


8. Incorporar al proceso educativo, tanto como sea necesario, métodos pedagógicos tradicionales, con el fin de preservar y optimizar métodos culturalmente adecuados para la comunicación y la transmisión del saber.


13. Elaborar políticas y estrategias de preservación y realce del patrimonio natural y cultural, en particular del patrimonio oral e inmaterial, y combatir el tráfico ilícito de bienes y servicios culturales.


18. Fomentar políticas culturales que promuevan los principios consagrados en la presente Declaración, entre otras cosas mediante modalidades prácticas de apoyo y/o marcos reglamentarios apropiados, respetando las obligaciones internacionales de cada Estado.


19. Lograr que los diferentes sectores de la sociedad civil colaboren estrechamente en la definición de políticas públicas de salvaguardia y promoción de la diversidad cultural.


20. Reconocer y fomentar la contribución que el sector privado puede aportar al realce de la diversidad cultural y facilitar, con este propósito, la creación de espacios de diálogo entre el sector público y el privado.
Conclusión: hacia un proyecto político de Ciudad Educadora
La propuesta de conformar una ciudad educadora es el proyecto político más cercano a la realización concertada con creadores, promotores e investigadores locales de la preservación y creación de una rica diversidad cultural, vinculados con fiestas patronales, testimonios orales priorizando lá oferta de educación a los estudiantes fuera del aula para motivarlos en el estudio de todas las áreas del conocimiento, a través de y para el municipio de Salvatierra.

No hay comentarios: