lunes, 29 de marzo de 2010

Una breve recapitulación en la comprehensión de la ciudad educadora.

En la construcción de la ciudad educadora, el primer punto reside en la investigación de las identidades que coexisten en el municipio. Entendiendo que la identidad surge con la conformación de la personalidad individual. La identidad personal se integra a las identidades comunitarias de familia, escuela, barrio urbano o rural, grupos asociativos voluntarios, equipos deportivos, religión, tradiciones, posición política, autoridades municipales, producción artística, sector económico, empresas, trabajo.
El proceso social de educación, entonces, se coordina para efectuarse bajo el principio de intercambio recíproco. La tarea es definir las identidades a partir de la visión de futuro de las personas morales y físicas, misión, valores, normas e integrantes. Se realiza un inventario y una estrategia de difusión de los registros. Un ejercicio de fortalezas, debilidades, oportunidades y amenazas del conjunto de organizaciones en relación al objetivo de construir una ciudad educadora, determinando la finalidad trascendente y el procedimiento para lograr realizarla.
El resultado es coordinar, promover, preservar e innovar acciones en el tejido social para aprovechar la energía de las potencialidades educadoras de la ciudad y abatir las situaciones deseducadoras existentes.
El espacio rector de la planeación y acciones de la ciudad educadora recaría sobre el Consejo Municipal para la Participación Social en la Educación, ampliando la definición de educación.
Existe ya una rica bibliografía producida por los cronistas de la ciudad: Melchor Vera, José Espinosa, Eliseo Rangel, Remigio Villafuerte, Rodolfo Mújica, José Castro Barragán, Vicente Ruiz Arias, Francisco Vera, J.Jesús García y García, Rosario Mosqueda, Armando Escobar, Alfonso García, Miguel Alejo, J. Luz Ojeda, Jesús Guisa, Federico Escobedo, Ana María de López Tena, Mario Carreño y Luis Castillo, por citar a los más relevantes.
El principio epistemológico se plantea sobre el historicismo, que sostiene que la verdad como conocimiento de la historia radica en la explicación que los protagonistas revelan sobre sus motivaciones, objetivos y los recursos a su alcance para emprender sus acciones que influyen en el derrotero de la historia municipal.
La finalidad es, entonces, disminuir las situaciones deseducadoras y aumentar la vivencia de los valores positivos entre toda la población de manera equitativa, abierta, plural y universalizanda.
Los valores son la solidaridad, la verdad, el diálogo, la identidad y la comunidad.
La misión es promover el intercambio plural de asociaciones, intergeneracional enfatizando la transmisión de manera amorosa de valores y conocimientos de forma transversal, enfatizando la participación de niños y jóvenes, pero incluyendo a toda las edades de la población.

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