miércoles, 31 de octubre de 2012

Roberto Sierra García, "Mi Sactun Santorun", una melodía ribereña del Lerma


Roberto Sierra García,
también autor de la canción "El Viajero", oriundo de San José del Carmen, Salvatierra, Gto.

Sobre el viento quieto
modorra la huerta
la prisa del tiempo
se adormece inquieta
y una fresca brisa
llega desde el río
va tras la ribera
sobre el caserío
retoza curiosa
y tirita de frío.

En los templos añejos
se orea Salvatierra
por los barrios viejos
el viento se añeja
y bosteza de rezos
Por las tardes quietas
modorra se aquieta
trae dulces aromas
embriaga las huertas
y empacha las tejas
Sobre pedrerías
se adormece el río
y entre sembradíos
nutre regadíos
tibio se evapora
y en velos discretos
del tiempo que añora
se embebe en secretos
y en místicos rezos
arrastra silencios
cual recios diamantes
que irradian facetas
brillos de cristales
destellan en prismas
tintinean hirientes
prístinas las hojas
los tallos turgentes
se orean en macetas
lamen sed del río
que impregna el roció
languidas tizules
cual si fueran venas
se nutren las flores
tejen entre urdimbres
somnolientas trenzas
y entre enredaderas
guias multicolores
trepan tras laderas
reptan se entretejen
crecen y enternecen
igual que rosarios
trenzados cual rezos
se anudan en los tallos
cual ritos paganos
y en milagrerías
tiernas florecitas
tibias campanitas
flores de frijol
trepan por las guias
entre el girasol
semejante a gurbias
pétreos contrafuertes
lo mismo que rejas
hienden las corrientes
Arcos cual compuertas
batientes silentes
rastras entre surcos
cual rejas de yuntas
incan los cimientos
en las aguas broncas
batanes y el puente
se cubren de gloria
gestas insurgentes
capturó la historia
y el Salto en faldones
tras cortinas de agua
hilan en chaquiras
velos cual mantillas
rosarios en prismas
cual bisuterías
urgidas y en prisas
tibias mariposas
sobre frescas brisas
extienden sus alas
tras de un pensamiento
repapalotéan
y en ansia febril
hojean sobre el viento
se desencuadernan
planean cual perfil
surcando entre estrías
encaje de espumas
igual que barquitas
van las hojas secas
del Salto hasta el puente
se alfombran las olas
van tras las corrientes
y entre el pedrerío
tras recias pendientes
se tropieza el río
y entre lencerías
de mimbre en colores
cual cesta de guías
lienzos en primores
bordan tibias flores
canastas trenzadas
frente al seminario
traza cauda el río
luce cual santuario
frente al caserío
las ristras de garzas
aletean cual velos
vuelan en parvadas
cual níveos pañuelos
sobre esbeltas alas
trinos en graznidos
y en místicas arias
y arrullos en rezos
van rasgando el cielo
solfeando traviesos
cantos gregorianos
y arrullos paganos
y entre tenues preces
tras ecos lejanos
cual ruegos silentes
llegan sus reclamos
los sabinos recios
se alargan sus brazos
y apuntando al cielo
cual ritos secretos
rasgan tibios velos
con flechas de fuego:
saetas silentes
mudos pensamientos
flechazos ardientes
quejidos traviesos
y las golondrinas
tras del infinito
frágiles graciosas
y en libre albedrío
lánguidas ociosas
surcan sobre el río
lacias cabelleras
cual ramas turgentes
se orean en retamas
lamen en sus ramas
las turbias corrientes
y preso el silencio en rincón de olvidos
tras playas de astíos
la sed de los sauces
se asolea en remansos
cristalino espejo
circunda el islote
donde duerme el tiempo
se inca cual chipote
jolgorio de graznidos
trinan níveas aves
desafinan tiempos
solfean cual mitotes
trinan graves tonos
y fresean acordes
respiran su aliento
y en tono bemol
rasgan los silencios
en clave de sol
las ramas de los sauces
se estiran y lamen
raíces turgentes
se empachan y embeben
las tibias corrientes
brazos de sabinos
se enjuagan ociosos
y encajes traviesos
olas en bostezos
hilan entre dedos
y en lúdicos velos
juguetean traviesos
brillos en desvelos
se tibia indolente
la quietud del río
y enhiesto se yergue
el recio edificio
entre el caserío
sobre el seminario
cual místico hospicio
soberbio al alcázar
comulga en su oficio
cual terrón de azúcar
las huertas incienzan
jugosas guayabas
cual atril de ramas
peras y manzanas
penden cual campanas
tiernos chabacanos
frutas perfumadas
duraznos jugosos
membrillos granadas
piél de terciopelo
el Sabinal tiene dotes
de ecológicos remansos
después de vadear el Salto
viene serpenteando el río
sobre el claustro soleado
alfombrado como atrio
tras los añosos sabinos
que circundan el baldío
y bardean a cal y canto
en pedrerío revolcado
cual chispitas de amaranto
se revuelca sin recato
viene bordando ropones
en tenue vapor de prisas
y en refajos y faldones
trae crinolinas de brisas
cual encajes entre espumas
y olanes con luz de Luna
ondula igual que un cometa
y en larga cauda traviesa
salpica por las riberas
cual rimas en serenata
y en hipnóticos destellos
canutillos de chaquiras
hilados con los reflejos
en brillos de predería
entreteje lentejuelas
por las riberas del atrio
la arena en tibio remanso
retoza en las frescas playas
y salta hilando corinas
por la ribera del atrio
y andula hasta el seminario
en lirio cual aceitunas
va sobre alfombras de ramos
con sus raíces curidas
se adormece en troncos viejos
va hasta un recodo del río
donde tropiezan las olas
tras turgente pedrerío
serpentea cauda en espumas
después se hunde en remolinos
porque se queja de sus reumas

En las tibias tardes
Salvatierra inquieta
tras sierras agrestes
suspira y bosteza
y en brisa traviesa
se arrulla entre nubes
y cual cubilete
recio en caballete
se cubre de aretes
pétreo el Culiacán
se van acurrucando
San José y San Juan
suspira modorro
el río sobre plano
y se va arropando
el valle de Aztlan.

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