miércoles, 1 de noviembre de 2023

Breve Resumen Histórico de Salvatierra por Vicente Ruiz Arias. (Transcripción, Capítulo # 1)

 Breve Resumen Histórico de Salvatierra por Vicente Ruiz Arias.

Transcripción por Pascual Zárate Avila



Nota preliminar

Hablar de la fundación de Salvatierra, de su historia y de sus orígenes, siempre será de interés para todo lector que pretenda conocer México, su Estado y sobre todo los salvaterrenses que amamos nuestro terruño. Y bien puede ser nuestra historia tenga, también, un justo valor para el extranjero culto. 

Mencionar a Vicente Ruiz Arias, "Cronista de la Ciudad de Salvatierra, Gto.", es situarnos frente a un verdadero e incansable investigador de los aspectos históricos en general; por que Ruiz Arias no se ha concentrado únicamente en lo que se refiere a su tierra natal, porque su tiempo lo ha distribuido para abarcar no solo el Estado de Guanajuato, sino toda la República Mexicana.

El acervo histórico que él conserva gracias a su tenaz dedicación que data de hace más de dos décadas, encierra una realidad inconcebible. La eficiencia de Ruíz Arias ha quedado de manifiesto en todos los ámbitos en los que ha descollado no solo como investigador, sino como escritor, conferencista y periodista. Sus publicaciones que hemos tenido el agrado de conocer y leer no solo son amenas, sino auténticos testimonios de nuestra historia, que nos ilustran y transportan al pasado que siempre deseamos conocer.

Ante nuestra vista uno más de los trabajos de Vicente Ruiz Arias este "Breve Resumen Histórico de Salvatierra, Gto." como él mismo lo ha denominado; es una condensación de los acontecimientos de mayor relevancia acaecidos en este bello y pintoresco que por fortuna denominaron ¡Salvatierra!

En él se nos habla de nuestros orígenes, dejando con ello muy claro que Salvatierra tuvo especial importancia desde su fundación. Aborda también el tema que se refiere a nuestro Escudo de Armas. De Nuestra Señora de las Luces. De las obras del insigne fraile carmelita Andrés de San Miguel que nos legó obras de la magnitud del Puente de Batanes.

En uno de los capítulos se habla de la presencia de Agustín de Iturbide en Salvatierra y por medio de este trabajo de Ruiz Arias, se advierte como una parte muy importante de la intervención de Iturbide en la Independencia de México, transcurrió y se ligó a Salvatierra, demostrando que nuestra ciudad tuvo renombre nacional, no solo por el aspecto histórico, ni únicamente por Agustín de Iturbide, sino por otros personajes de la época que fueron varios y además por su agricultura y su comercio.

La relación quw tuvo Salvatierra con la Revolución también fue de cierta consideración y los acontecimientos que registra la historia ocurridos precisamente en este Municipio, los refiere fielmente Ruiz Arias, lo que tal vez no registren otros investigadores que se han dedicado a ello, eclipsando a Salvatierra en las páginas de la historia de México.

Recibamos con beneplácito una más de las aportaciones culturales e históricas de Vicente Ruiz Arias, como un testimonio de la ardua tarea que él mismo se ha impuesto por su afán desmesurado de servir a su Patria y su amor inquebrantable por su Salvatierra.

Can afecto sincero y profunda admiración.
Aída Guerrero T. de Elizondo.

San Andrés de Salvatierra   

fue la primera ciudad que se fundó en la provincia de Guanajuato el 1 de abril de 16644 en virtud del título expedido en 9 de febrero del mismo año por el virrey Dn. García Sarmiento de Sotomayor, Conde de Salvatierra y Marqués de Sobroso. Esta licencia se otorgó conforme a lo dispuesto por Felipe IV, Rey de España en su real cédula dada en Cuenca el 12 de junio de 1642. Se señaló su jurisdicción en las diligencias que practicaron Dn. Pedro de Navia, Fiscal de su Majestad y Justicia Mayor de dicha ciudad el 19 de febrero de 1646 y se confirmó el 26 de noviembre de 1705 la jurisdicción del Cabildo, Justicia y Regimiento en diversos ramos de la administración.

Tiene por escudo de armas un campo acuartelado en cruz: en el 1ro. de púrpura, la Cruz de San Andrés; en el 2do. de plata, tres ases de trigo; en el 3er. de oro, el puente grande; en el 4to. la Cruz de San Andrés. Se atribuye su diseño a Dn. Francisco Eduardo Tresguerras y adoptado por los vecinos de la ciudad conforme al acuerdo del Congreso Local de enero de 1828 y lo dispuesto por el Congreso de la Unión según la circular del 21 de enero de 1825. 

El Marquesado de Salvatierra fue un título creado por Felipe V el 18 de marzo de 1708 a favor de Dn. Juan Bautista de Luyendo y Bermeo, descendiente de uno de los fundadores de la ciudad. Recibió como escudo de armas: de azur, cruz floreteada de oro, cantonado en dos medias lunas y dos estrellas de plata alternadas; partida de gules, banda de oro, engargolada de dos cabezas de león de los mismo. Acolado el escudo con la Cruz de Alcántara y timbrado con corona antigua.

El título nobiliario de Conde de Salvatierra fue creado en 1613 de cuya estirpe fue el virrey de la nueva España quien firmó el ordenamiento para la fundación de la ciudad y fue su voluntad conforme a lo solicitud que llevara el nombre de San Andrés de Salvatierra.

Mediante recíprocas gestiones entre el H. Concilio de la ciudad de Irwindale, Cal., se hizo la declaratoria de la hermandad de las dos ciudades en 1965.




Capítulo 1.- LOS PRIMEROS POBLADORES. LA CONQUISTA. LA COLONIZACIÓN ESPAÑOLA, FUNDACIÓN DE LA CIUDAD. LA INDEPENDENCIA.


Los primeros pobladores


Muy antiguos fueron los pobladores del valle de Guatzindeo según lo corroboran los testimonios arqueológicos reunidos en los últimos años. En algunos entierros se encontraron piezas de cerámica del horizonte Preclásico Superior con influencia de Chupícuaro; una cultura que floreció en la cuenca del Río Lerma hacia 1500-200 años A.C.

A partir del siglo XII de nuestra era los chichimecas procedentes del norte ocuparon la región y fundaron las primitivas comunidades de Yuriria y los pueblos de Culiacán. En este último lugar los viejos documentos registran el pueblo de Tequitlán cuyos vestigios arqueológicos se encuentran en terrenos del ejido de la Quemada.

En el primer tercio del siglo XV fueron conquistados por el cacique tarasco Utucuma los pueblos de Yuriria, Tiristarán y Eménguaro. Tangaxoan II realizó ralizó la conquista de Caménbaro separándose una avanzada al mando de Curuxan para fundar S Maravatío en la Mesa Grande.

La conquista por los españoles se verificó con las expediciones que se hicieron por encargo de Hernán Cortés para reducir a la Provincia de Michoacán en 1522 y quedó consumada en 1524 por Francisco Cortés de San Buenaventura, conquistador de Colima. Cortés procedió a repartir las encomiendas en 1523, pero fue hasta mayo de 1528 cuando en la tasación de Ortega se menciona al Br. Dn. Pedro de Sotomayor como encomendero de Acámbaro y a Juan de Tovar de Yuriria: señalándose este pueblo en beneficio y dominio directo de la Corona.

El cacique de Xilotepec Dn. Nicolás de San Luis de Montañez estando en el llano del Ramadero el 19 de septiembre de 1526 señaló el sitio donde se había de fundar el pueblo de San Francisco de Acámbaro. Después de haber hecho el trazo de la fundación se levantó una ermita celebrándose una misa al Espíritu Santo. El domingo 28 de septiembre procedieron a la elección de Gobernador y demás autoridades.

Hasta esta época la cabecera política se reconocía a Tzintzuntzan capital decadente del antiguo imperio tarasco. Se traslado la sede del obispado a Pátzcuaro en 1540, circunstancia que favoreció para que se reconociera como capital de la Provincia de Michoacán. Los pueblos del Bajío quedaron sujetos a esta jurisdicción civil hasta la erección de la Alcaldía Mayor de Celaya.

El visitador Dn. Pedro Meléndez Gora se presentó el 12 de enero de 1540 para la congregación del pueblo de Yuriria con la asistencia del P. Fr. Pedro de Olmos. Se repartieron solares a los caciques quienes procedentes de Tzintzuntzan se presentaron en calidad de fundadores, señalándose siete sitios de ganado mayor y la cabecera se dividió en tres barrios dejando libre el sitio para la iglesia. Se hizo el traslado del pueblo de Santiago Maravatío el 25 de julio de 1540 y a partir de esa época se sancionan los pueblos de San Juan Guatzindeo, San Pedro Tecaporo y San Felipe Tiristarán.

Las minas de Guanajuato descubiertas por Juan de Jasso "el viejo" se iniciaron los trabajos en 1552 y se nombra el primer Juez de Minas en 1557. Los mineros edificaron los fuertes necesarios para defensa de la población y poco tiempo después llegó a ser la capital de la Provincia.

La colonización española

Para defender la travesía de los caminos hacia la Nueva Galicia el virrey Dn. Luis de Velasco ordenó establecer colonias en toda la extensión de la línea. En Celaya se estableció la primera guarnición por solicitud de los encomenderos desde 1551. El 1 de enero de 1571 se fundó la Villa de Nuestra Señora de la Concepción de Celaya en virtud el título expedido el 12 de octubre de 1570 por el virrey Dn. Martín Enríquez y en esta forma se crea la Alcaldía Mayor separándose de Pátzcuaro la jurisdicción de Yuriria y Acámbaro las poblaciones más antiguas de la Provincia de Guanajuato.

Los primeros colonizadores que se establecieron por estos lugares llegaron a partir del gobierno de Dn. Antonio de Mendoza.  En primer término, encuentro a Diego de Turicanti quien recibió una merced en un sitio que llamaron el Jaral. Por estos tiempos llegó, Dn. Gonzalo Gómez quien recibió una estancia de ganado mayor nombrada Capitiro y que hoy nombran Santiago entre el río Lerma y el cerro de Culiacán fue adquirido el mencionado sitio por Dn. Antonio y Francisco de Arizmendi Gugurrón quiénes vendieron en 400 pesos oro común en reales a Dn. Juan Villaseñor. Estos Arizmendi Gugurrón fueron dueños de los terrenos de la Cañada de Caracheo, La Magdalena y la parte del sitio del Sabino. 

Las mejores tierras del Valle de Guatzindeo las adquirió Dn. Juan de Ibáñez con las cuales formó las haciendas del Santo Tomás, La Concepción y San Buenaventura y los padres agustinos de Yuriria recibieron del cacique del mencionado pueblo los terrenos qué más tarde fueron de la hacienda de San Nicolás.

El Valle de Tarimoro y Chichimecas lo colonizaron los hijos de Dn. Hernán. Pérez Bocanegra cuyos bienes los adquirió el conquistador Dn. Jerónimo López reuniendo una cuantiosa fortuna que heredó Dn. Jerónimo López "el mozo" quien en compañía de su segunda esposa doña Ana Carrillo de Peralta fundaron 3 ricos mayorazgos el 26 de enero de 1603 en virtud de la licencia que para el efecto les concedió Felipe II el 9 de febrero de 1586. El primer mayorazgo de Tarimoro se le agregó al marquesado de Salvatierra por cédula dada por el rey Felipe V en Madrid, el 18 de marzo de 1708. 

Dn. Martín Hernández y Juan de Ibáñez su pariente solicitó en 1564, la licencia para la fundación de un convento con destino de recolección que se encomendó a los religiosos franciscanos en el Valle de Guatzindeo. Los vecinos labradores solicitaron congregarse en el puesto de Chochones presentándose las contradicciones por parte de Dn. Gabriel López de Peralta, Antonio Arizmendi Gugurrón y los religiosos del convento de San Nicolás. Mientras tanto, el puesto de Chochones iba en aumento los religiosos franciscanos cambiaron a la otra banda del río el convento. Encontrándose en estos tiempos fundada la venerable orden tercera de San Francisco. Además, funcionaban tres molinos de harina: el de la Ciudad desde 1618, el molino de la Esperanza que se edificó en tierras que actualmente ocupa la fábrica La Reforma y el Mayorazgo en 1631.

Por encontrarse en ruinas la iglesia se decidió reedificarla comparecieron el P. Fr Cristóbal Vaz, ministro provincial y el síndico Dn. Andrés Pacheco de Toledo, alcalde mayor de la Villa de Celaya para entregar el solar donde se encontraba la iglesia y el cementerio viejo a Dn. Juan Gómez Bermejo a cambio de una sala nueva en frente del templo. Con lo anterior. es fácil apreciar que la iglesia vieja que recibió don Juan Gómez se trataba nada menos que la primera que se edificó en el pueblo de Chochones. Esta primera y segunda iglesia que edificaron los padres franciscanos ocupa ocuparon el solar donde se edificó el templo de San Antonio hasta el margen derecho del río.  Éste último convento con las ruinas que están junto al pocito de la calle Mariano Jiménez.

La necesidad de la nueva fundación iba en aumento por ser útil para resolver las causas civiles y criminales. Pero si de hecho existía una congregación, faltaba únicamente la autorización real para su existencia, la imposición de un nombre, así como desligarla de la jurisdicción de la Villa de Celaya. 


Fundación de la ciudad. 


Conforme lo dispuesto por la Real Cédula dada en Cuenca el 12 de junio de 1642 para conceder títulos y privilegios a varias poblaciones; la solicitud de don Agustín Carranza y Salcedo y el ofrecimiento de don Gabriel López de Peralta el 9 de febrero de 1644, el Virrey Conde de Salvatierra firmó el ordenamiento para la Fundación de la ciudad, declarando: "Por el presente, en nombre de Su Majestad y como su virrey y lugarteniente, concedo licencia y facultad para que en dicho puesto y congregación del antiguo pueblo de Chochones se funde y pueble una ciudad  de españoles, conforme a la traza que se diese con toda policía, que se intitule y llame la ciudad de San Andrés de Salvatierra..." 

El mismo documento señalaba un plazo de 30 días para ejecutar la primera diligencia, pero las contingencias de la vida política y las grandes distancias que se tenían que recorrer en la época para hacer notificaciones demoraron unos días aquel momento solemne. 

Don Gabriel, López de Peralta residente en la Ciudad de México al recibir el despacho donde se le nombró corregidor y teniente de capitán general y renta de alcabalas, giró un oficio el 22 de febrero de 1644 a don Gonzalo Tello de Sandoval, quien estaba comisionado por el Ayuntamiento de Celaya para gestionar la composición de tierras y aguas y por el dictamen pronunciado por la Real Audiencia por el cual se aprobó aquella solicitud, incluyendo las labores del Valle de Guatzindeo; para estos terratenientes representaba un gasto de 20,000 pesos de oro común. Dn. Gabriel solicitó quedara exento del pago correspondiente a la composición de sus tierras que tenía en el Valle de Tarimoro y Chichimecas por los servicios prestados para la fundación de la nueva ciudad. 

El 31 de marzo se presentó el título de fundación a don Lupe de Monsalve y Armendáriz, caballero de la orden de Santiago, alcalde mayor de la villa de Celaya quien obedeció el decreto, mandando se guardara y se cumpliera sacando testimonio para los autos del Cabildo. El día siguiente primero de abril de 1644, el escribano real, don Felipe de Santiago presentó la orden de fundación a don Juan Izquierdo que fungía como teniente de alcalde mayor de Guatzindeo quien de inmediato procedió a su ejecución, seguramente con el repique de las campanas de la antigua iglesia de San Francisco y el insistente pregón de un tambor que se acostumbraba a tener para promulgar en voz alta los asuntos de interés público se reunieron los vecinos en el sitio conocido por la plaza del Pueblito de Chochones ubicado entre el molino de Gugurrón que a partir de esta fecha fue nombrado de la Ciudad y la iglesia de San Francisco. El P. Fr. Diego Díaz, procurador y guardián del convento celebró una misa al Espíritu Santo pasando después todos los asistentes a la casa de don Juan Izquierdo que se encontraba en el sitio que ocupa actualmente el convento de San Francisco donde se celebró la primera sesión de Cabildo y elección de alcaldes ordinarios quedando integrado el Primer Justicia y Regimiento de la ciudad de Salvatierra en la siguiente forma: Gabriel López de Peralta alférez mayor; Juan de Melgar alguacil mayor; Agustín Carranza y Salcedo provincial de la hermandad; Baltazar López de Soria depositario general; Francisco Méndez Tovar escribano; Martín Lucio Negrete escribano de Cabildo; Antonio Guerra escribano público: regidores Felipe Jiménez Larios, Hernando Luis Saavedra, Cristóbal de Estrada Balbín, Miguel de Piña Molina, Rafael Baca, Francisco Bravo. Crisóforo Daza (Lozano). Jurisdicción Civil: Real Audiencia de México; Eclesiástica: Obispado de Michoacán. 

En esta memorable sesión se encontró ausente don Gabriel López de Peralta y se deduce porque el día siguiente don Juan Izquierdo, con el carácter de alcalde ordinario, recibió ante don Antonio Guerra, Escribano Público, una real provisión despachada por la Real Audiencia referente a un pleito sobre tierras que tenía pendiente, don Gabriel contra el licenciado Francisco de Raya. 

El 15 de diciembre de 1644 se despachó un mandamiento al Corregidor para que señalara los sitios ofrecidos para el repartimiento. El primer juez comisionado por el superior gobierno para las medidas de la planta de la ciudad fue don Juan Riquelme de Quirós, quien ejecutó con la asistencia de Gerónimo de Escamilla y algunos capitulares. El 17 de marzo de 1645 colocaron la primera mojonera en la parte Oriente de la ciudad donde cruza la acequia de las ardillas la actual calle de Zaragoza en tierras que tenía sembradas, Don Gabriel. Y continuaba el cordón hacia la labor de. Natalia Ponce de León hasta donde cruzaban las dos acequias corriendo la medida para el sur 60 cordeles y dejando este lugar continuaron por la parte poniente hacia el Río Grande con 30 cordeles y de este paraje al norte otro 60 hasta el camino real viejo que iba de Salvatierra a Celaya.

La planta de la ciudad se hizo conforme al título en cual es un resumen de los ordenamientos y cédulas para el gobierno de Indias que se decretaron en San Lorenzo el 3 de julio de 1573 y contiene el libro IV título VII (de la población de ciudades y villas) de la recopilación de leyes de Indias.

Señalado el sitio para la Plaza Mayor que no debía ser menor de 200 pies de ancho y 300 de largo ni mayor de 800 pies de largo y 300 de ancho. Porque este tamaño era el recomendado para las fiestas de a caballo y otras necesidades de la población; sacando de ella las calles y caminos principales de tal forma que no detuvieran y continuara su desarrollo y había la disposición que las casas se construyeran en el margen derecho del río para que el sol de la mañana lo recibieran la población y no el agua.

Don Gabriel fue cesado del oficio de Corregidor y el 3 de enero de 1646 se comisionó al Fiscal, Pedro de Navia para que se presentara en el Valle de Guatzindeo para repartir solares a los capitulares y vecinos para lo cual se le señaló un término de 40 días con un sueldo de 10 pesos diarios que se pagarían de los propios de la ciudad. 

El 19 de febrero de 1646 quedó señalada la jurisdicción de la nueva ciudad, pero se hizo constar que no estaban señaladas las cuatro leguas concedidas por encontrar contradicciones en las jurisdicciones de la villa de Celaya, Salamanca y Corregimiento de Cuitzeo. Don Francisco Fernández de la Cueva Enríquez, Duque de Alburquerque, virrey de la Nueva España por solicitud del Cabildo y para que los alcaldes ordinarios no tuvieran obstáculo para el ejercicio de sus funciones el 26 de noviembre de 1705 confirió su jurisdicción.



Salvatierra 1644. 


En la jurisdicción del Corregimiento de la nueva ciudad quedaron sujetos los pueblos de Yuriria y Acámbaro; quedando agregado a la alcaldía mayor de Celaya por lo que fue nombrado en un teniente de alcalde mayor.

El pueblo de Urireo se fundó por cédula real el primero de julio de 1580 siendo virrey don Lorenzo Suárez de Mendoza, Conde de La Coruña por solicitud de los indios Juan Bautista y Juan Miguel. El 26 de septiembre de 1755 el Conde de Revillagigedo, ordenó la composición de las tierras mercedadas y se les reconoció las 600 varas que por razón de pueblo debía tener con sitio y cuarto de ganado mayor. Los religiosos franciscanos establecieron una doctrina y se fundó un hospital adoptando como imagen titular a la Virgen de la Asunción que tradicionalmente desde sus primeros tiempos celebraron su festividad el 15 de agosto de cada año. 

El 21 de marzo de 1574 el Virrey Conde de La Coruña hizo merced de un sitio para la fundación del pueblo de San Miguel Eménguaro, habiendo pagado los naturales 25 marcos de oro y 1000 pesos a la Real Cámara por solicitud de don Diego del Águila indio cacique y gobernador de la provincia de Acámbaro. 

El 20 de octubre de 1660 se fundó el pueblo de San Pablo Pejo por licencia que otorgó el virrey Conde de Baños en favor de don Diego Jacinto Serrano, gobernador de la provincia de Acámbaro. 

El justicia y regimiento de la ciudad concedió el 8 de marzo de 1659 una merced de 500 varas de tierra para la fundación de la comunidad de indios que formaron el virrey el barrio de San Juan Bautista en virtud de la solicitud presentada por Juan Miguel con el carácter de primer alcalde natural y principal del Valle de Guatzindeo; fungiendo don Andrés de Estrada Ramírez el empleo de alcalde mayor y teniente de capitán general de Celaya y Salvatierra. El mencionado título fue confirmado por don Juan Leiva y de Labrada, Conde de Baños, virrey de la Nueva España.

En la descripción general del "Teatro Americano" de don José Antonio de Villaseñor y Sánchez que se editó en 1748 mencionando a la ciudad de Salvatierra refiere: "esta jurisdicción se haya agregada a la de Celaya de donde distan 12 leguas por el rumbo del Vest Noruest es su cabecera la ciudad de Salvatierra, situada en temperamento templado extendiéndose su ceñido distrito a otros barrios que la circundan en los que viven hasta 900 y cinco familias de indios que hablan el idioma otomí, pero por ser inteligentes en el castellano la mayor parte son administrados en el por los religiosos franciscanos del convento y doctrina de esta ciudad, en la que también otro de carmelitas descalzos e igualmente dan pasto espiritual a la feligresía, la que aumentan cerca de 300 familias de españoles, mestizos y mulatos que viven allí en ella, como en los ranchos y haciendas del recinto; es también República de Indios con gobernador y alcaldes y regidores que la componen." 

"Los frutos en que unos, y otros comercian son semillas y frutas regionales que produce el País y en la ribera o isleta del Rio Grande cultivan abundancia de melones y sandías que son de los mejores de esta provincia y obispado y aunque mucha parte del terreno es pedregoso. no carece de fertilidad por las huertas y granjas que la hacen divertible a la vista y en sus términos hay varias haciendas en las que viven muchas familias de españoles, mestizos y otras calidades dedicándose a las labores de trigo y maíz".

La base de la economía estuvo en la agricultura y la ganadería. Con las limosnas de los terratenientes de la región se mantenía al Colegio de la Santa Cruz de Querétaro, San Fernando de México y a muchos conventos descalzos de la provincia de San Diego de México y Zacatecas. 

Las antiguas haciendas fueron San Nicolás de los Agustinos, Maravatío, Santo Tomás, San Buenaventura, San José del Carmen, la Gavia y otros que fueron administradas por religiosos: Esperanza, Manríquez, Panales, La Magdalena, San Antonio, La Quemada, San José de los Molinos, Santa Rita de la Zanja, Los Negros, Obrajuelo y otros vecinos prominentes de la ciudad. 

El 4 de diciembre de 1786 se decretó la Real ordenanza para el establecimiento e instrucción de intendentes de ejército y provincia en la Nueva España, con arreglo a la anterior disposición se creó la intendencia de Santa Fe de Guanajuato y el Corregimiento de Salvatierra siguió dependiendo del subdelegado de Celaya. 


La independencia 1810 -1821 


Este periodo se inicia para la historia local con la ocupación de la ciudad de los insurgentes el viernes 12 de octubre de 1810. Procedentes del Jaral los independientes al mando del señor cura, don Miguel Hidalgo y Costilla ocuparon la Hacienda de San Nicolás de los Agustinos donde descansaron para después de tomar la plaza de Salvatierra. Con este motivo emigraron algunas familias de europeos depositando sus pertenencias de valor en el monasterio de Capuchinas. 

Los realistas Diego García Conde, Iturbide y Pedro Celestino Negrete iniciaron la ofensiva entre Valle de Santiago, Yuriria y Salvatierra para exterminar al guerrillero Alvino García quién fue aprendido en Valle de Santiago, el 5 de junio de 1812 y ejecutado en Celaya. Iturbide atacó el primero de noviembre de 1812, las fortificaciones de Liceaga en la Laguna de Yuriria y derrotó a don Ramón Rayón el Viernes Santo de 1813 en Salvatierra.

Para la seguridad del vecindario y en virtud de la circular del Gobierno del 28 de diciembre de 1814 se formó el Cuerpo del Realistas Fieles de Salvatierra y juraron por generala de sus armas a la imagen de la Virgen de la luz (1815).

Después de algunos años de tranquilidad el 17 de marzo de 1821 el teniente coronel don Luis Cortázar toma la plaza al frente de 100 dragones proclamando la Independencia con la guarnición de Salvatierra que secundó el Plan de Iguala, no obstante, la oposición del teniente coronel Reguera, el día siguiente se reunieron los destacamentos realistas de Pénjamo y Valle de Santiago, el 14 de abril del mismo año entró el Ejército Trigarante en los campos de Salvatierra al mando de don Agustín Iturbide, quien dio a conocer una proclama. El 21 de octubre, don Juan José Bermúdez jura la Independencia nacional en Salvatierra como alcalde primero en esta ciudad.






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