sábado, 20 de diciembre de 2008

Análisis del "Primero Sueño" de sor Juana Inés de la Cruz: la visión del águila de Patmos

Encontramos en esta parte del poema la referencia a la palabra "método", lo cual ha hecho pensar que ello la ubica dentro de las pensadoras moderna, y se ha debatido acerca del sentido y la significación que dentro del contexto y del pensamiento de sor Juana tiene la mención de "método".
Según el eje de reflexión que nuestro trabajo lleva, nos permite sostener que el sentido usado dentro del poema de la palabra método, es de acuerdo a la idea de un camino hacia, es decir, un camino que se propone vislumbrar a Dios, y este mundo, según la escolástica, nos refiere a Dios. Ahora bien este mundo requiere de ciertos instrumentos para conocerlo por la conciencia subjetiva, la Res Extensa.
Para este propósito, sor Juana, recorrerá las cosas reales por jerarquías, para llegar al estudio de los más elevado, y procederá para conocer cada objeto, de acuerdo a las operaciones descritas anteriormente y que sor Juana toma de santo Tomás de Aquino, las cuatro fases del conocimiento.
Lo que nos explica el poema es que utiliza las categorías aristotélicas que conducen al conocimiento de la substancia, la cual es grabada en el entendimiento posible, dándole un sentido y una significación. Nos refiere en el poema, que para ello procedió primero a estudiar lo más imperfecto, el grado mínimo dentro del orden de las cosas y refiriéndose a la materia inorgánica, para proceder a otro grado más complejo de cosas, donde se requiere conocer ya la manera como se alimenta de la tierra y crece, en el caso de los vegetales, que según sor Juana, que por tener vida están muy por encima de cualquier cosa inorgánica, así sean las estrellas y su inmensidad.
"De esta serie seguir mi entendimiento
el método quería,
o del ínfimo grado
del ser inanimado
(menos favorecido,
si no más desvalido,
de la segunda causa productiva),
pasar a la más noble jerarquía
que, en vegetal aliento,
primogénico es, aunque grosero,
de Thetis --el primero
que a sus fértiles pechos maternales,
con virtud atractiva,
los dulces apoyó manantiales
de humor terrestre, que a su nutrimento
natural es dulcísimo alimento--,
y de cuatro adornadas operaciones
de contrarias acciones,
ya atrae, ya segrega diligente
lo que no serle juzga conveniente,
ya lo superfluo expele, y de la copia
la substancia más útil hace propia;
y --ésta ya investigada
forma inculcar más bella
(de sentido adornada,
y aun más que de sentido, de aprehensiva
fuerza imaginativa),
que justa puede ocasionar querella
--cuando afrenta no sea--
de la que más lucida centellea
inanimada Estrella,
bien que soberbios brille resplandores
--que hasta a los Astros puede superiores,
aun la menor criatura, aun la más baja,
ocasionar envidia, hacer ventaja--;"
Al ir escalando en grados los diversos niveles de perfección de las cosas, que según la escolástica, son creados, sor Juana llega a encarar al concepto "hombre", y sobre él tiene una idea por demás medieval. Es decir, el hombre es el centro del universo, el hombre, entanto que creado, se encuentra en un nivel intermedio, es decir, por una lado participa de la naturaleza formal de los ángeles que no tienen materia, que son formas puras, que tienen un comienzo y que pueden participar del conocimiento de Dios, pueden unirse conscientemente a Dios.
El hombre, entonces, puede conocer y elegir, puede participar de Dios, con su pensamiento se acerca al mundo espiritual, tiene las potencias propias de los ángeles.
"Luego para la perfección del universo se requiere la existencia de algunas criaturas intelectuales. Más el entender no puede ser acto del cuerpo ni de facultad alguna corpórea, porque todo cuerpo está sometido al tiempo y al espacio. Por consiguiente, para que el universo sea perfecto, es necesario que exista alguna criatura incorpórea" (S.T. custión 50, artículo 1)
El alma del hombre tiene la capacidad de entender, es forma al igual que el ángel pero es forma de una materia.
El hombre también participa de una naturaleza que tiene los defectos de la materia. Como animal posee sus potencias sensitivas que son las cinco facultades de: vista, oído, olfato, gusto y tacto. Un dejo de la influencia cartesiana, quien inauguro la consciencia de la "subjetividad" como una realidad con leyes propias, sor Juana también quiere conocer los modos y formas de la naturaleza interna del hombre, de los componentes de la subjetividad, por ello afirma la existencia de cuatro sentidos internos: sentido común, fantasía, estimativa y memoria sensitiva.
Y además posee las potencia vegetativas que corresponde a lo que se refiere a la vida en su ínfimo grado, lo cual es cuando el hombre duerme y el cuerpo continua con sus funciones orgánicas. Es este sentido se habla de ser el hombre compendio a estos tres diferentes modos de seres, y a la vez se encuentra en los extremos, es grado ínfimo de la vida espiritual y al mismo tiempo, el más alto grado de la vida material, por lo cual sor Juana nos dice del hombre que es el ente que une a lo que se refiere al cielo, en sentido cristiano de vida puramente espiritual, y a la tierra, en tanto es donde crecen las cosas materiales y perecederas.
El hombre es guiado o dirigido por sus potencias apetitivas que comprenden sus tendencias instintivas, por sus potencias locomotivas que comprenden el movimiento local espontáneo, y por sus potencias intelectivas que refieren el pensar y el querer libre.
En esta parte del del texto del poema, hay una referencia clara a un origen del mundo y de las cosas causado por un ser que las crea, de acuerdo a un proyecto pensado por él, y que nos refiere al hombre como punto culminante del universo que es imagen de su creador. Por ello el conocimiento del mundo que se encuentra hecho, conduce, según la escolástica, a intuir y a acercarse al conocimiento superior de un ser, del cual sólo se puede conocer lo que no es. Hasta aquí el poema nos ha traído a cuenta el saber medieval, nos ha conducido por el pensamiento tradicional propio de la Edad Media, y nos ha referido la experiencia metafísica de la razón que va en pos de la contemplación de Dios, pero sor Juana realiza este ejercicio intelectivo como una indagación de la posibilidad del conocimiento, y veremos cómo admite que no proporciona ningún conocimiento cierto, claro y distinto de las cosas.
"y de este corporal conocimiento
haciendo, bien que escaso, fundamento,
al supremo pasar maravillos
compuesto triplicado,
de tres acordes líneas ordenado
y de las formas todas inferiores
compendio milagroso;
bizagra engarzadora
de la que más se eleva entronizada
Naturaleza pura
y de la que, criatura
menos noble, se ve más abatida;
no de las cinco solas adornada
sensible facultades,
mas de las interiores
que tres rectrices son, ennoblecida
--que para ser señora
de las demás, no en vano
la adornó Sabia Poderosa Mano--;
fin de Sus obras, círculo que cierra
la Esfera con la tierra,
última perfección de los criado
y último de su Eterno Autor agrado,
en quien con satisfecha complacencia
Su inmensa descansó magnificiencia;
fábrica portentosa
que, cuando más altiva al Cielo toca,
sella el polvo la boca
--de quien ser pudo imagen misteriosa
la que Águila Evangélica, sagrada
visión en Patmos vió, que las Estrella
midió y el suelo con iguales huellas,
o la estatua eminente
que del metal mostraba más preciado
la rica altiva frente,
y en el más desechado
material, flaco fundamento hacía,
con que leve vaivén se deshacía--;
al Hombre, digo, en fin, amyor portento
que discurre el humano entendimiento;
compendio que absoluto
parece al Ángel, a la planta, al bruto;
cuya altiva bajeza
toda participó Naturaleza,
¿Por qué? Quizá porque más venturosa
que todas, encumbrada
a merced de amorosa
Unión seria ¡Oh, aunque repetida,
nunca bastantemente bien sabida
merced, pues ignorada
en lo poco aprecidad
parece, o en lo mal correspondida!"

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