sábado, 27 de febrero de 2010

El ir y venir de la alternancia partidista en Salvatierra por Pascual Zárate

La alternancia partidista en el gobierno municipal de Salvatierra, lleva 18 años de vida, de 1992 a 2010, donde el PAN a gobernado cuatro trienios, el PRI está hoy en su segundo periódo y el PRD ya tuvo la oportunidad en un trienio.
¿Qué acciones se han conseguido con la instauración del sistema de partidos políticos en la vida pública municipal?
Lo primero que salta a la vista es que durante estos 18 años los actores políticos municipales fueron los mismos: Daniel Sámano Arreguín, Raúl Ulises Cardiel Gutiérrez, José Antonio Cruz Rodríguez, Enrique Ortiz Jiménez, Miguel Lanuza Gracía, Moisés Ramírez Patiño, Gerardo Sánchez García, José Antonio Rivera, Francisco Escobar Osornio, María de la Luz Flores Saavedra, Erasto Patiño y Rigoberto Paredes Villagómez.
En este periodo podemos encontrar que se llevaron a cabo las siguientes innovaciones: el boulevard Juan Jesús Posadas Ocampo del entronque de Yuriria al de Celaya, con la construcción de un nuevo puente; la remodelación del edificio municipal con la introducción de un sistema informático; nuevos edificios para el predial, agua potable, seguridad pública, parque ecológico, biblioteca pública, auditoro de usos múltiples, centro regional de capacitación ambiental, terrenos para la feria, archivo y museo de la ciudad, cuerpo de bomberos, cámaras de vigilancia callejeras, denuncia del sistema 066, oficinas para la administración de justicia estatal, escuela de música popular, incremento de dependencias municipales (turismo, migrantes, desarrollo económico, desarrollo social, educación, de la mujer, comunicación social, protección civil, atención ciudadana, contraloría, acceso a la información).
En lo relativo a las restauraciones del patrimonio cultural edificado se han intervenido los portales del Carmen, las Brisas, la Luz, el Mayorazgo, el puente de Batanes, el templo de la parroquia de la Luz, el Carmen, San Juan Bautista, San Antonio de Padua, Santo Domingo, Mercado Hidalgo, los jardines de Capuchinas, Zaragoza, Principal y Álvaro Obregón.
Están inconclusas las obras para las oficinas del Centro de Desarrollo de Maestros, el Hospital Regional, la Universidad a Distancia del Estado de Guanajuato,la planta tratadora de aguas residuales, la extención universitaria del Mayorazgo, el templo del Carmen, el Mercado Hidalgo, Instituto de Estudios Superiores de Salvatierra y el Campus Salvatierra de la Universidad de Guanajuato.
En las políticas públicas municipales se han implementado los programas de Oportunidades, Becas, Escuela Digna, Setenta y Más, Tres por Uno, Polos de Desarrollo Rural, Micro-regiones de Desarrollo Social, Microcréditos a Negocios, Capacitación Empresarial, Seguro Popular, Perspectiva de Género, Mi Comunidad Diferente, Encuentro Internacional de Escritores y Transparencia de la Gestión Pública.
En la medición del Índice de Desarrollo Humano Municipal de la ONU de 2007, el Municipio de Salvatierra subió dos puestos en la tabla de los municipios del país.
En lo relativo a las iniciativas de la sociedad civil organizada y de los empresarios tenemos que la fábrica La Reforma se modernizó abatiendo las plazas de trabajo, se instaló muy cerca del municipio la fábrica de refrigeradores Mabe, se crearon tres escuelas de educación normalista, tres preparatorias abiertas o semiabiertas, una fábrica de confección de ropa, dos nuevos jardínes de niños, dos supermercados trasnacionales empezaron a operar, abrieron sus puertas dos nuevos hoteles, tres restaurantes, se organizó una torre médica con todas las especialidades modernas, abrieron no menos de diez negocios de ciber-cafés y de servicios de telefonía móvil.
La perspectiva de desarrollo local esta trazada con mucha claridad, las carreteras a Acámbaro y Celaya serán de dos carriles favorables para un corredor industrial, el tráfico de la vía de Altamira-Lázaro Cardenas se intensificará por el ferrocarril y la super carretera a Maravatío, Mich. La industria textil de Moroleón crecerá, la agricultura está en proceso de modernizarse para los agronegocios y, en lo relativo al turismo local, el fenómeno de una segmentación dirigida a una población objetivo más interesada en visitar poblaciones tradicionales y de nostalgia, ahora son más efectivas las nuevas tecnologías de la información para la difusión personalizada de grupos y familias.
Sin embargo, el municipio atraviesa por un endeudamiento público agobiante, desempleo y alta migración, inseguridad por narcotráfico, escaza participación ciudadana, formación de grupos facciosos en la política local, percepción del ciudadano de un comportamiento escandalozamente corrupto entre los actores políticos municipales, falta de iniciativa en las administración municipal, falta de órganos informativos de deliberación ciudadana y sobre todo una notoria ausencia de una visión de futuro aceptada por los agentes del desarrollo municipal de manera identitaria.
En esta coyontura histórica, la propuesta de crear el sistema de Ciudad Educadora es una propuesta totalmente viable, pues se lograría con ello: abatir la obesidad infantil, promover las prácticas saludables de caminar, reducir el empleo del automóvil, cuidar el patrimonio cultural tangible e intangible, combatir los grafitis, integrar a las generaciones de adultos con las juveniles, reducir las adicciones y convertir a Salvatierra en un municipio para ser caminado en todas sus colonias y comunidades.

miércoles, 24 de febrero de 2010

Una crónica municipal explicada como ciencia de la cruz por Pascual Zárate

    El periodo histórico de la Cristiada es un tema de referencia recurrente en los documentos producidos en Salvatierra. La forma en que son abordados los acontecimientos tienen un cariz de exhalación. Por ello, nos surge de manera inevitable una pregunta:
¿Por qué el conflicto nacional de 1926-1938 fue una oportunidad de desarrollo positivo para la ciudad de Salvatierra?.

    Encontramos que para 1925 corrían varias noticias de éxito para la vida cultural y social de las familias salvaterrenses: Federico Escobedo recien en ese año había publicado, en la Secretaría de Educación Pública, la traducción de la Rusticatio Mexicana de Rafael Landívar y era individuo de número, desde 1914, en la Academia Mexicana de la Lengua; Jesús Guisa y Azevedo estaba de regreso de Lovaina, Bélgica con un doctorado en Filosofía y una licenciatura en Ciencias Políticas y Sociales; desde 1924 operaba la Asociación Católica de la Juventud Mexicana como una organización de educación ciudadana y de participación política en la vida pública del municipio, el teatro Ideal llevaba a cabo funciones artísticas y actividades sociales. Las haciendas, como la de San José del Carmen, estaban modernizándose con maquinaria norteamericana. Las familias del centro histórico mantenían sus tradiciones de tertulias literario-musicales y, también, sus buenas relaciones con los grupos de laicos católicos del país. La energía eléctrica estaba difundiendose con fuerza, junto con la industria textil en las fábricas de los Argomedo en Batanes y de los Villafuerte en el barrio de Santo Domingo, a pesar del accidente de la fábrica "La Perla", que se incendió por la mala instalción de la nueva maquinaria de telares movidos por electricidad.


    El conflicto entre el gobierno de Plutarco Elías Calles con la jerarquía del clero católico que desató un levantamiento armado, si bien costernó a las familias y dirigentes municipales, por las noticias de los fusilamientos de jóvenes cristeros pertenecientes a familias emigradas de la ciudad y por el peligro latente de ser atacada, se mantuvo una paz basada en la tolerancia. Los grupos de laicos católicos continuaron promoviendo que la población recibiera los servicios religiosos y cooperando para la manutención de los sacerdotes. La imagen de la Virgen de la Luz fue retomada en su significado colonial de ser un estandarte de paz, por la rama de olivo que le impuso el cabildo salvaterrense en 1667, para significar el espíritu pacifico de la ciudad con el valle indígena.


    El antecedente de haber vivido en un clima cultural de tolerancia y convivencia pacífica ensanchado la vida familiar salvaterrense en un rico tejido social, incrementando la unión ciudadana durante los cruentos años del levantamiento armado de la Cristiada, además de la existencia de naves industriales abandonadas por la incendiada fábrica textil "La Perla", que visionariamente planeaba abastecerse de energía eléctrica de la caida de agua del río Lerma, en el paraje de la cascada denominada "El Salto", atrajo la inversión de la Compañía Noriega y Asociados, propiedad de empresario españoles de la rama textil, en 1930.


    Los hermanos Arrechederra Corral venían con el propósito de extender su empresa textil radicada en la provincia vasca, donde promovieron una vida sindical y empresarial fundada en la filosofía de los documentos sociales de la Iglesia Católica, con el apoyo de la Compañía de Jesús.


    Hacia 1934 la fábrica de hilados "La Reforma" era pujante y numerosa en su planta de obreros y empleados, además de contar con técnicos españoles. Los obreros estaban debidamente organizados en equipos de beisbol, futbol, orquestas musicales, mariachis, cajas de ahorro, servicios médicos, salarios dignos y para la adquisición de viviendas.


    Los obreros y patrones cooperaban con generocidad para las festividades parroquiales de los templos de Capuchinas, San Juan, el Carmen, La Sagrada Familia y la Feria de la Candelaria. Las tradiciones vivían una época de reactivación, a pesar de no permitirse el culto público.


    La coronación pontificia de la imagen de la Virgen de la Luz en 1939 aumentó la confianza en el futuro desarrollo de la ciudad, que anhelaba en convertirse en un centro regional de visita religioso, pues se imprimió el primer poster de una imagen religiosa para su venta en todo México. Por esta década se sentaron las bases para impulsar una educación de calidad: la escuela primaria Articulo 123, "La Reforma" se fundo en 1940 y la escuela parroquial recibió su incorporación a la SEP en 1942 y, ya para 1946, la escuela "LA Reforma" fue visitada por el presidente Miguel Alemán Valdés, como la mejor escuela primaria del país. La escuela secundaria técnica se fundó en 1946 con el nombre de ETIC N 18. En ese mismo año se construyo un edificio nuevo para el hospital civil y salubridad. Florecieron los clubes de fotografía y los sociales. El reparto agrario y la formación de ejidos aumentó la producción de maíz. Se publicaban periódicos y revistas culturales, religiosas y de vacilada. La celebración del Tercer Centenario de la Fundación de la ciudad fue un acontecimiento de fuertes lazos de identidad cultural en torno de la imagen de la Virgen de la Luz. El comercio citadino era muy influyente en la región, sobre todo el del vestido, las telas y los aparejos de talabartería para el trabajo rural.


    En este contexto, la crisis política de la Cristiada fue tomada por los salvaterrenses como una prueba, como parte de un sufrimiento nacional y local donde la esperanza y la fe en que el resurgimiento de la ciudad debería de salir triunfante.


    Hoy, los males de la migración, el narcotráfico, la inseguridad pública y el desempleo están minando la visión de futuro de los salvaterrenses, cuya riqueza sigue ahí, en sus valores, en las obras pictóricas, arquitectónicas, literarias y musicales. Lo mismo que la agricultura modernizada y la sobrevivencia de la industria textil, además de nuevas instituciones de educación superior.


    Finalmente será el tejido social y el capital humano los más creativos agentes del desarrollo local, pero que deberan ser empujados por la locomotora que es ahora la administración municipal, con sus mas de 36 dependencias que cubren todas las actividades posibles en el municipio para ofrecerles el apoyo, sólo requerimos liderazgo y sensibilidad política de ciudadanos y representantes populares.

martes, 23 de febrero de 2010

Ensayo para comprender la identidad cultural de Salvatierra desde una perspectiva global

Introducción
El historicismo vitalista como corriente de pensamiento filosófico nos dota de conceptos epistemológicos para comprender el proceso de enriquecimiento cultural de una sociedad local. La sociedad logra sobrevivir y reproducirse mediante un complejo sistema de funciones ideológicas, jurídicas y económicas: traza urbana, modos de producción, relaciones sociales de producción, leyes constitucionales, niveles de gobierno, religiones, escuelas, servicios comerciales y profesionales, industria y agricultura, medio físico, tradiciones populares, arte y literatura, valores y sentido de la vida.
El historicismo define a los productos culturales como determinados por contextos históricos, así todo cuanto está presente en una sociedad local tiene una explicación histórica, científica y es, a su vez, un documento histórico que explica otras manifestaciones culturales.
El vitalismo como corriente filosófica explica la existencia humana por el sentido de la vida guiada por los valores. El vitalismo construye la forma social del cómo se pasa de la conciencia de si, del conocimiento del yo, a una aceptación del otro concibiéndolo como un ser diferente, mediante el proceso del diálogo del tú y el yo, para ligar la convivencia del nosotros bajo una misma aspiración de humanización de las relaciones interpersonales, donde la identidad juega un papel determinante. Aceptar los mismos valores que nos identifican: la paz, la legalidad, la autoridad, la tolerancia, la educación, la ciencia , el arte, la familia y el trabajo.
Para el vitalismo los valores que nos identifican están presentes en todas las partes de la sociedad local, y es en el llamado arte público, el que está más visible, donde se condensa la pluralidad de los valores vitales con mayor simbolismo, y son un reto de explicación historicista local.
Conocer y comprender las instituciones de una ciudad desde una perspectiva histórica da como resultado el aprendizaje de los valores vitales y una experiencia del sentido de la vida comunitaria, además de una emoción personal, sentida como una situación existencial de proyección hacia la realización de aspiraciones de desarrollo del yo unido al nosotros.
Los nombres de las instituciones locales, como bibliotecas, escuelas, calles, tiendas, templos, barrios, hospitales, unidades deportivas y organizaciones de la sociedad civil son el rostro del historicismo vitalista. La instituciones son productos de la historia humana y los nombres específicos de ellas en las localidades nacen del sentido de la vida manifestada para fortalecer la identidad cultural local.
Que un niño conozca la biblioteca de su ciudad le conlleva una experiencia vital, que se llena de imaginación y sentido cuando recibe la explicación de por qué tiene el nombre de un miembro de la comunidad local, quienes la promovieron y en qué circunstancia. El relato historicista le va generando un interés por el estudio y la investigación y lo va haciendo vivir una experiencia formativa mediante un aprendizaje directo que le descubre una multipicidad de sentidos vividos por sus ancestros que se le presentan como opciones de vida, como conocimientos para desarrollar sus potencialidades humanas, como una forma de vivir en la ciudad, y entonces toma a la ciudad como aprendizaje, y a la educación como siendo plenamente su vida.
Historia y valores de Salvatierra
En este apartado recapitularemos todos los relatos anteriores publicados en el blog Arcadia Salvaterrense desde una perspectiva del desarrollo humano logrado por el proceso histórico de sus instituciones. 

sábado, 20 de febrero de 2010

El simbolismo de la Virgen de la Luz de Salvatierra por Pascual Zárate

El templo de la Virgen de la Luz es un patrimonio cultural simbólico edificado con la historia de Salvatierra

por Pascual Zárate Avila

    La imagen de la Virgen de la Luz refleja de manera amplia a la organización social de Salvatierra a lo largo de la historia.
Fue elaborada por los artesanos de Pátzcuaro durante el obispado de Vasco de Quiroga, con pulpa de maíz y venerada como la Virgen de la Purificación. Con esa advocación la trajeron los frailes franciscanos al Hospitalillo del Valle de Guatzindeo. 
Los hospitales de Vasco de Quiroga eran lugares de enseñanza de oficios, trabajo, albergue y curación especialmente para los indígenas. El convento se cambió de lugar por la muerte de fray Juan Lozano, último franciscano que lo atendía, por la enorme mortandad de finales del siglo XVI y ataques de los chichimecas, los servicios religiosos de los franciscanos se pasaron al otro lado del Río Grande, donde construyeron un convento modesto bajo el patronato de San Andrés de Guatzindeo.

    La Virgen de la Purificación quedo olvidada en las ruinas del viejo hospitalillo, donde vivió una familia de indígenas.

    Se realiza el Tercer Concilio Mexicano por el obispo Montúfar y se acuerda asumir las normas del Concilio de Trento. Uno de los puntos es la glorificación de María. Este concilio mexicano se realiza hacia 1590.

    En 1645 llega la Orden de los Carmelitas Descalzos a Salvatierra y proceden a la construcción del convento de San Ángelo Mártir; de un sistema de canales, para el riego y la industria; compran una hacienda agrícola y levantan el puente conocido de Batanes. En estas construcciones tiene que ver fray Andrés de San Miguel, que fue el máximo maestro de obras de la Colonia. Con estas edificaciones los carmelitas se ven invadidos por la riqueza económica. La ciencia del mayor hidrógrafo y arquitecto del siglo XVII es incontenible y toma desprevenidos a los padres carmelitas, que de buenas a primeras hacen la acumulación de un capital enorme y que no proviene de la explotación del trabajo de los indígenas, sino de un uso racional de las nuevas tecnologías del agua para el cultivo y para las ruedas hidráulicas de la industria de la molienda. La ciencia colma de riquezas a una orden que tiene votos de pobreza, obediencia, oración y contemplación. Aquí ocurre un primer conflicto de conciencia para la que no estaban preparados los frailes carmelitas. Hay relatos y leyendas donde los indígenas consideran a fray Andrés de San Miguel como la encarnación de un diablo que puede hacer todo con enorme facilidad. La ciencia asaltó a la orden carmelita, los puso en ocasión de caer en pecados como los de la soberbia y el egoísmo.

    Sin embargo, a su templo y convento, fray Andrés se limitó a darle dimensiones de humildad. No lo construyeron con grandes dimensiones. Incluso no hicieron torres por ser ostentosas, construyeron espadañas, como expresión de modestia.

    El periodo conocido como el Renacimiento estuvo en Salvatierra desde su fundación. En la ciencia se fundó la riqueza de la ciudad, y no en la esclavitud de los indígenas. El agua fue el factor de energía principal. Por ello podemos decir que desde su fundación los salvaterrenses están maravillados con el agua, su poder, su utilidad, su problematicidad, pues la pérdida de vidas en el Río Lerma tiene también temerosos a los salvaterrenses. El agua representa la belleza y el dolor. Para los carmelitas es el agua la que representa la palabra de los Evangelios de Jesucristo, como lo describe santa Teresa de Jesús en su libro "El Castillo Interior", y el Templo Carmelita de Salvatierra figura un castillo, y al convento llegaba agua en un acueducto y tenía múltiples pilas de agua en sus atrios, jardines y huertas; pero es el agua, también, tomada por los mismos carmelitas para introducir el saber moderno mediante el uso de las matemáticas para el conocimiento de la naturaleza. Para calcular los flujos de agua y los planos de los canales y drenajes de Salvatierra.

    Salvatierra fue una ciudad que nació por medio de esa cosmovisión barroca de formular una ética religiosa, mística, unida con las conquistas del conocimiento objetivo que despierta impactos no previstos. Por ello el humanismo fue muy patente en Salvatierra. La ciudad no requería del trabajo de esclavos. La ciencia hacía producir lo suficiente para pagar las servidumbres. El conocimiento del agua hace a Salvatierra una ciudad prospera y humanista. Aunque la economía permitió una acumulación de capital excesivo, dejó en el desempleo a muchas personas que tuvieron que vivir de la caridad.

    Con estos aportes de la industria de la molienda de trigo el capitalismo incipiente llegó a la ciudad novohispana.

    La estatuilla de la que será llamada Virgen de la Luz es reencontrada en 1664 por el dueño de la hacienda de San Buenaventura y por un fraile franciscano. Ellos la encuentran y la ven como un resplandor, como emitiendo luces. La luz es una forma de hacer inteligibles los misterios del ser. San Agustín considera a la luz como conocimiento. San Buenaventura, un franciscano doctor de la Iglesia, asume a la luz también como conocimiento. La Virgen de la Purificación es asociada como de las luces. Se queda en la capilla que le levantan en la hacienda de San Buenaventura y recibe el nombre de la Señora del Valle. Para los salvaterrenses cuando es traída al templo parroquial de San Francisco la llaman la señora de la Otra Banda. También, como inicialmente se le conoce como Señora de la Purificación, es llevada al templo del Carmen cuándo se celebra el dos de febrero por petición de un benefactor de la orden. La ciudad inicia las festividades del dos de febrero con los carmelitas.

    La Señora del Valle recibe el agregado de un Niño Dios, para simbolizar la imagen materna con la que los carmelitas representan a la Virgen María del Monte Carmelo.

    Tiene la rama de olivo como símbolo de la paz. Con ella se significa la vocación de la ciudad, su nacimiento pacífico y civilizador como unión del valle indígena con la ciudad castellana. Para la construcción de la parroquia secular, se dedicará el templo a la Virgen que ya lleva la advocación de las Luces. Con esos símbolos logra ser una representación que incluye las doctrinas de los agustinos y franciscano mediante su advocación de las Luces, y a los carmelitas con su niño Jesús. Y al cabildo con la hoja de olivo. A los indígenas los representa con su material de pulpa de maíz. Con estos elementos ella logra unificar una diversidad de lecturas culturales. Ella atrae la colaboración con su fuerza de unificación y se empieza a construir su templo como Patrona de la Noble y Leal Ciudad de San Andrés de Salvatierra.

    Con el bastón de mando de Agustín Iturbide se le hará representar los ideales de Independencia, Religión y Unión. Que son los valores del Ejercito Trigarante y que serán los principios de movimientos sociales con inspiración en los documentos de la filosofía social cristiana.

    Con la coronación pontificia en 1939, se le dará la representación de pacificadora de la Iglesia mexicana pues, en la cabeza lleva una corona labrada, símbolo del premio dado por su intercesión para darle paz a la Iglesia mexicana en su conflicto con el gobierno en 1926, y que fue súplica encarecida por los salvaterrenses.

jueves, 18 de febrero de 2010

Salvatierra en la tradición de las bandas de viento por Luis Omar Montoya Arias

Bandas de viento, tradición e identidad en el sur de Guanajuato

por Luis Omar Montoya Arias

Introducción
    Las bandas de viento son un fenómeno mundial que rebasa lo musical e implica lo musicar, es decir que el acto de "hacer música" no sólo lo constituye el ejecutante (músico) sino que posee una dimensión social donde se expresa la idea de tocar, cantar y ser parte en una actuación musical.

    Musicar significa escuchar, componer, practicar y ensayar. El acto de musicar engloba a los especialistas de sonido, técnicos y en general a todos los colaboradores en un acto musical . Musicar crea entre los asistentes un conjunto de relaciones, y es en éstas donde se encuentra el significado del acto social. La música no es sólo relaciones entre sonidos, sino también las que se logran entre persona y persona, entre el individuo y la sociedad, entre la humanidad y el mundo natural en un espacio común. No existe la música sino las músicas, y éstas como fenómeno social deben abrirse a lo conceptual y su respectiva aplicación a través de un estudio de caso, pues no pueden hacerse historias totales ni universales, por tanto es deseable orientarnos a la escritura de historias acotadas en espacios geográficos, culturales y temporales.

    En este trabajo nos proponemos estudiar la memoria, cultura, tradición, identidad que las bandas de viento han proyectado en el sur de Guanajuato, a través de dos conjuntos, Los Sosa de Salvatierra y Los Arpero de Villagrán. Una parte de esta investigación está basada en diversos testimonios de músicos que formaron parte de estos conjuntos musicales.

    El sur de Guanajuato bien puede ser considerado una región histórica, en el entendido se adhiere a las tradiciones rurales, más bien distantes de aquellas de los centros urbanos, dotada de cierta homogeneidad natural, cultural y económica.

    Las bandas de viento en el sur de Guanajuato son sólo un ejemplo de memoria, tradición e identidad. Por supuesto que esta tradición musical no se agota en divisiones políticas, pues éstas "no pueden establecer demarcaciones culturales, y un país es una delimitación política producto de intereses" . Con base en la información recabada, podemos aseverar que existen varias regiones musicales, donde las bandas de viento brindan identidad a sus pobladores, y por ende los diferencian respecto al otro.

    El sur de Guanajuato cumple con elementos culturales y geográficos que hacen de ésta, una de las varias regiones musicales, en cuanto a bandas de viento mexicanas se refiere. Podemos hablar de Michoacán, Querétaro, Puebla, Estado de México, Morelos, Ciudad de México y Oaxaca. Las bandas, sus músicos y diversos pueblos pertenecientes a estas demarcaciones geopolíticas se encuentran en un permanente y constante intercambio cultural con Guanajuato, donde las fiestas religiosas y las bandas de viento son el motivo principal para mantenerse unidas y así, preservar la tradición.

    Enseguida compartimos la tradición musical de esta región guanajuatense, a partir del conocimiento vertido por los Sosa y los Arpero, familias con cuatro generaciones al servicio de Euterpe. Lo compartido por tan distinguidos invitados nos permitirá transitar de la teoría, a la aplicación de conceptos sobre una realidad social bien delimitada: las bandas de viento en el sur de Guanajuato.

José Isabel Sosa Palacios, el fundador

    El pueblo de Huatzindeo pertenece al municipio de Salvatierra, Guanajuato. En él se localiza la Escuela de Música Popular Isabel Sosa, en honor a uno de los grandes músicos guanajuatenses. Don Isabel nació en junio de 1905. A los 23 años ya era considerado por su comunidad como maestro al formar su primera banda en Acámbaro, Guanajuato, en 1927. Su nombre completo fue José Isabel Sosa Palacios, y murió en el año 2005. Como homenaje del aporte invaluable a la música de Guanajuato, en 1990 se inaugura la escuela de música popular, la cual lleva su nombre.

De acuerdo con Sosa Ortega, uno de los mayores logros de José Isabel "fue la participación de su Banda Yuriria en el programa Siempre en domingo con Raúl Velasco, a inicios de 1980" , aseveración que permite entender la importancia que tiene el reconocimiento social para los músicos y sus bandas de viento en el sur de Guanajuato. Para los banderos o músicos de viento, como ellos mismos se definen, la transmisión del capital cultural y el acrecentamiento del mismo, es un elemento que les brinda palmares de buenos ejecutantes e intérpretes, además de facultarlos para cobrar más por su trabajo.

Ya no basta sólo con el reconocimiento de los pobladores y vecinos de Michoacán, Querétaro y Puebla, quienes invitan a bandas del sur de Guanajuato a participar en sus fiestas patronales. El interés por ser valorados mediáticamente inició en la década de 1930 con la aparición de las frecuencias radiofónicas y la invención de mariachi. La consolidación vino en los años de 1950 con el éxito de las orquestas. Dado el impacto y el intercambio musical existente y permanente entre las bandas de pueblo y éstas, la necesidad de reconocimiento público se fue convirtiendo en una forma de legitimarse y de "alimentar el espíritu". Es aquí donde la propuesta de análisis que hace Bourdieu respecto a la aplicación, a partir de los horizontes de experiencia, del concepto "capital cultural" toma relevancia y permite corroborar cómo las construcciones teóricas son útiles para la mejor comprensión de los fenómenos sociomusicales.

Sosa Palacios es reconocido como formador de cuatro generaciones de músicos guanajuatenses. Trascendió fronteras geográficas, pues en estados como Michoacán y Jalisco, desarrolló sus habilidades profesionales en pro del crecimiento musical de su alumnado. José Isabel Sosa Palacios cumplió como músico activo 80 años. Al morir tenía la edad de 95. La pasión por la música la heredó de su padre, quien fue maestro de capilla durante la segunda mitad del siglo XIX.

El impulso religioso

    Huatzindeo es un lugar reconocido como tierra de bandas, desde tiempos antiquísimos. Con la Revolución de 1910 el dinero escaseó y sus bandas padecieron momentos de inestabilidad y a la vez, de intercambio musical con otras regiones de México. Fue en 1937 que llegó a Huatzindeo el religioso José de Jesús Angulo Navarro, mejor conocido como el señor del valle, con la misión de reconstruir el templo de la comunidad. A la par de su edificación el ministro eclesiástico se dio a la tarea de reformar las bandas de viento, para lo cual encomendó a José Isabel Sosa la dirección de la que sería ―con el tiempo— la más importante de la comunidad: La Grande. Considerada así —por sus pobladores― dada su trayectoria y por ser semillero inagotable de formadores, que por más de 70 años fungen como pilar indiscutible para que la tradición de bandas en el sur de Guanajuato siga viva, amén de otros factores ponderables como el catolicismo y la cercanía de los municipios que integran el sur de Guanajuato. Salvatierra y Villagrán deben ser considerados cuna de grandes maestros, especializados —mayormente― en la trompeta.

José de Jesús Angulo Navarro, nativo de Jalisco, arriba de Atotonilco de los Naranjos --hijo de padre español y madre mexicana—, tenía estudios de música y arquitectura. Él mismo dirigió la edificación de uno de los recintos católicos de Tlalpujahua, Michoacán: templo construido en la primera mitad del siglo XX. En este lugar formó dos bandas de músicos. Las fiestas patronales de Tlalpujahua se celebran el 2 de febrero, el 15 de agosto y el 18 de septiembre. Con estos festejos se recuerdan los funerales del señor del valle. A este último asisten los músicos de Huatzindeo, pues José de Jesús Angulo Navarro es considerado protector de la comunidad y se le rinde devoción.

Repertorio musical y tradiciones

    La polka en el sur de Guanajuato es tan importante como los sones para Michoacán. Tan rica y constante es la producción musical en Salvatierra y Villagrán que, existen tres marchas bautizadas con el nombre del segundo, pero claro, de compositores distintos. El repertorio abarca melodías como El barrilito, valses como Morir por tu amor, melodías sacras como Ave María y Gracia Plena, boleros como Bésame mucho, pasos dobles como Granada y Murcia. En su repertorio figuran pasos dobles y pasos dobles flamencos. Los primeros se tocan con sonidos de trompeta, mientras que los segundos son considerados música española. Hoy día, existen 12 bandas de viento, sólo en Huatzindeo.

    Hay una competición, en la cual, las bandas "guerrean" recurriendo exclusivamente a las polkas. Lo interesante es que, una vez agotado el repertorio conocido deben componer sobre la marcha nuevas polkas. Por ejemplo, cuando las alboradas los músicos cargan una libretita y caminando van escribiendo nuevas melodías para poder responder a las bandas rivales. En estos eventos se pone en riesgo, no sólo la calidad de la banda, sino el honor del pueblo o barrio al que representan. Para las serenatas el orden a respetar es una obertura, luego una fantasía, le sigue un vals y cierran con una marcha. Las polkas son melodías pequeñas, pero muy alegres. Algunas de las más conocidas son La trompeta del diablo y Contrasecreto. De acuerdo a nuestros entrevistados, la polka tiene por finalidad la diversión de los asistentes, aunque también es una excelente oportunidad para que los instrumentistas solistas expongan a la comunidad su capacidad de interpretación compleja, lo que les da prestigio y reconocimiento de "buenos músicos".

    Durante las alboradas la banda toca las mañanitas, luego recorre las calles de su barrio. En Huatzindeo existen tres barrios, los cuales se encargan de pagar las bandas y hacer los arreglos de la parroquia. Las dos alboradas principales son la de Santa Cecilia el 22 de noviembre y la de la Purísima Concepción el 8 de diciembre. Tocan de las 5:00 a las 10:00 de la mañana. Van peregrinando de casa en casa, luego complacen con una o dos melodías en cada una de ellas. Como agradecimiento la familia les entrega bebida para su travesía. A los músicos los acompaña la muchedumbre y asnos con cántaros, donde vacían refresco junto con el contenido de las botellas recibidas durante el recorrido. Todos cooperan con la banda y con la fiesta, de ahí que la bandas de viento en el sur de Guanajuato sean consideradas la comunidad misma. Por la noche tienen lugar las serenatas, para lo cual se aprovecha la explanada de la hacienda, ahí los escenarios e intérpretes opacan a los instrumentos. Podemos afirmar que las alboradas son tradicionales y las serenatas abren espacio a lo comercial o mediático, con esto se trata de complacer a las nuevas generaciones y agasajar a los visitantes de otras regiones del país.

Adaptación a las modas musicales

    Las bandas de viento han ido adecuándose a las épocas y por ende, a las modas musicales. Antes tocaban repertorio de Carlos Campos y Pérez Prado, diferentes ritmos y géneros. Han tenido que evolucionar junto con las nuevas generaciones y a la par de las exigencias consumistas impuestas por la industria musical. Tan se han ajustado a los tiempos que Guadalupe López fue trompeta principal de la Orquesta de Luis Alcaraz en 1945, José Francisco Abonce es jefe de metales con Luis Miguel, Antonio González es primera trompeta de Marco Antonio Solís. Músicos de Huatzindeo --discípulos de Isabel Sosa-- trabajaron con Carlos Campos, Ismael Díaz y Pablo Beltrán (El Millonario). Con Pérez Prado hizo lo propio José Luis García. Otros tocan en bandas de la marina, en la del Estado Mayor Presidencial y en delegacionales de la capital política de México.

Silvestre Sosa Ortega

    Silvestre Sosa Ortega (hijo de José Isabel) nació en el año de 1932, en Salvatierra, Guanajuato. En 1942, al debutar como músico ejecutó la trompeta con La Grande de Huatzindeo. Recuerda que cuando se inició en la música las bandas se alimentaban de creaciones locales como las marchas de J. Luz Rico y Antíoco Magueyal, nacido en Rincón de Tamayo. En ese sentido es históricamente justificable la afirmación de que el sur de Guanajuato es un semillero inagotable de bandas.

    En 1965, Silvestre Sosa Ortega fue llevado por autoridades de Huanímaro, Guanajuato, a formar la Banda Municipal. También reforzó con elementos de Huatzindeo a una pequeña banda en formación, a cargo del cura. Los ministros católicos siguieron cumpliendo con su papel destacado, pues fueron ellos quienes pidieron contar con las virtudes de Silvestre. Debido a su capacidad de enseñanza y vasto conocimiento musical, Sosa Ortega fue requerido para otros servicios en San Isidro (rumbo a Cañada de Caracheo), donde formó tres bandas. Luego en Roque (Celaya) y en Cuitzeo hizo lo propio apoyado por el sacerdote en turno.. En Arperos (a 30 kilómetros de Silao, Guanajuato) donde estuvo cuatro años. En Maravatío, Michoacán, formó cuatro generaciones de músicos.

    Don Silvestre, por treinta años fue a trabajar con sus bandas a Tabasco, gracias a las recomendaciones de autoridades eclesiásticas que laboraban en Tlalpujahua. Es práctica recurrente que las bandas de Huatzindeo viajen en Semana Santa y verano a sitios turísticos como Guayabitos, Mazatlán, Puerto Vallarta y Los Cabos. Las bandas de Sosa Ortega dispersaron música en Orizaba, Veracruz; Cárdenas, Villahermosa y Comalcalco, en Tabasco; Apatzingán y Aguililla, en Michoacán. Muchas bandas de Huatzindeo son requeridas en Guasave, Sinaloa y en Guaymas, Sonora, sobre todo con mayor fuerza a partir del reparto agrario de Lázaro Cárdenas en la década de 1930.

    Esta situación generó migración de guanajuatenses a tierras del noroeste mexicano junto con sus tradiciones y su música. Entendamos, pues que existe un intercambio permanente entre las regiones musicales de México, no están encapsuladas como la industria musical arguye. Son cuestionables también aseveraciones que van en el sentido de que organizaciones instrumentales como el mariachi o géneros como el corrido pertenecen exclusivamente a una división política como Jalisco o Sinaloa. La realidad musical mexicana es mucho más compleja de lo que la historia oficial expone. Por eso decimos que las construcciones políticas no limitan a la cultura y por ende, tampoco a la tradición.

martes, 16 de febrero de 2010

La cristiada en Salvatierra, Gto. por Luz Paola López Amescua

VOCES DESDE EL PASADO:

LA GUERRA CRISTERA
EN EL ESTADO DE GUANAJUATO

1926-1929

EL CASO DEL MUNICIPIO DE SALVATIERRA
Luz Paola López Amescua
Universidad de Celaya
Roberto Hernández Sampieri
Universidad de Celaya


Fray José Pérez

Llegó Agustín y con simpleza dijo:
-Nomás llega el Gobierno y nos lleva como
vientecito y la lumbre al pasto.
Antioco lo miró y le dijo:
Pos ya estará de Dios...
pa’ eso nos metimos...”
Diálogo entre Agustín Vega
y Antioco Vargas
(cristeros de Tarimoro)

                                    INTRODUCCIÓN

    El siguiente reporte forma parte del estudio “Voces desde el pasado, la Guerra Cristera en Guanajuato: por Dios y por la Patria”, el cual fue realizado en campo por la investigadora Luz Paola López Amescua, con apoyo en todo el proceso investigativo por Roberto Hernández Sampieri.

    La primera parte de ésta, realizada durante el 2005, incluyó 11 municipios, entre ellos: Acámbaro, Apaseo El Alto, Apaseo El Grande, Celaya, Irapuato, Juventino Rosas, Salamanca, Salvatierra, Tarimoro, San Miguel Allende y Villagrán.

    A continuación, se muestra como ejemplo de un estudio cualitativo narrativo el caso de Salvatierra, los otros 10 municipios sobre los cuales se recolectaron datos en 2005, se presentan en un solo reporte que se podrá localizar en la página web de esta cuarta edición de Metodología de la investigación. Una vez que sea electrónica.

                                 SALVATIERRA

    Salvatierra fue fundada en lo que los antiguos habitantes prehispánicos denominaban “Guatzindeo” o “lugar de hermosa vegetación”. No fue sino hasta el primero de abril de 1644 en que se le concede el título de ciudad con el nombre de San Andrés de Salvatierra, en virtud de la ordenanza expedida el 9 de febrero
del mismo año por el virrey García Sarmiento de Sotomayor. Esta licencia se otorgó conforme lo dispuesto por Felipe IV, rey de España, en su real cédula firmada en Cuenca el 12 de junio de 1642. 
    
    Se señaló su jurisdicción en las diligencias que practicó don Pedro de Navia, fiscal de su Majestad y de Justicia Mayor de dicha ciudad, el 19 de febrero de 1646 y se confirmó el 26 de noviembre de 1705
(Gobierno Municipal de Salvatierra, 2005).

    Es cabecera municipal y limita al norte con el municipio de Tarimoro; al sur con el de Acámbaro y el estado de Michoacán; al oeste con los municipios de Yuriria y Santiago Maravatío y al noroeste con el de Jaral del Progreso. La superficie del municipio comprende 507.70 kilómetros cuadrados, equivalente al 1.66 % del territorio del estado.

    Su división la conforman 64 localidades (Gobierno
Municipal de Salvatierra, 2005).

    Salvatierra tiene poco más de cien mil habitantes (Instituto Nacional para el Federalismo y el Desarrollo Municipal, 2002).
Como toda ciudad de Guanajuato, se encuentra poblada de iglesias y tiene un bello jardín central cuadrado, en cuyos lados se localizan el templo de la Virgen de la Luz, los portales (arcos coloniales) y la presidencia municipal.

                        PREGUNTAS DE INVESTIGACIÓN

¿Qué significados tuvo la Guerra Cristera para la población de Salvatierra de la época?
¿Qué vivencias experimentaron los salvaterrenses durante dicha Guerra?
¿Qué sucesos fueron relevantes durante la Guerra Cristera en Salvatierra?

               MOTIVOS QUE ACRECENTARON EL CONFLICTO

    Además de los factores que propiciaron la Guerra Cristera en México y más específicamente en Guanajuato (cierre de templos, prohibición de culto y agresiones a sacerdotes), en el caso de Salvatierra los conflictos se acrecentaron debido al movimiento agrario y la dotación de ejidos a las comunidades rurales (algunos hacendados se sintieron despojados de sus tierras y aprovecharon el movimiento para apoyar a los cristeros en su lucha contra las autoridades federales y locales e intentar revertir los hechos). 
    Asimismo, el sindicalismo obrero provocó conflictos con los dueños de las fábricas de la población y ante el caos provocado por la guerra, éstos decidieron actuar en contra de los obreros.

    Don Luis Vera en entrevista (2005) señala: todo era camorra y muchos se aprovecharon para resolver asuntos que no tenía que ver con la guerra: los problema con las fábricas, en el campo, disputas familiares… todo… entonces, el problema se hizo mayor, fue más allá de la persecución de sacerdotes y cristeros.

    Otra cuestión que tuvo que ver con el crecimiento del conflicto en Salvatierra fue la cercanía con el Cerro de los Agustinos, ya que era un lugar donde los cristeros podían ocultarse y organizar ataques en contra de las fuerzas federales (Ruiz, 1976). Recordemos que la población es parte del Bajío (una zona plana con pocas cumbres), por lo que cada cerro era muy valioso para fines de refugio.

                               LA PARROQUIA ABIERTA

    El 15 de julio de 1926 el arzobispo de Morelia dio a conocer la orden de suspensión de los cultos. Antes de que los templos fueran cerrados, los sacerdotes pusieron en resguardo los objetos de valor que existían en templos y conventos.

    El 1º de agosto de ese año, se integraron las juntas vecinales para custodiar los templos de:
La Parroquia
El Carmen
San Francisco
Capuchinas
Oratorio de Los Dolores
San Juan
Santo Domingo

    El párroco de la ciudad, Rafael Lemus, se refugió en la población vecina de Pénjamo, y delegó sus funciones al cura Rafael Méndez. El capellán del templo del Carmen (el más importante de la ciudad), fray Jacinto Coria, también salió de Salvatierra. Fray Gregorio Linares, guardián de la iglesia de San Francisco, permaneció en la ciudad, escondido en casas particulares (Ruiz, 1976).

    Cabe destacar que la iglesia denominada como “La Parroquia” fue el único templo de Salvatierra que no cerró sus puertas al culto. Al no haber sacerdotes, grupos de laicos eran los encargados de hacer las celebraciones religiosas (a excepción de las misas), además de los rosarios y novenas (Entrevista a Socorro Aranda, 2005).

                  LA ZONA DE URIREO Y LOS AGUSTINOS

Los cristeros que salieron de Salvatierra eran en su mayoría campesinos y algunos obreros. Como dice don Francisco Jiménez: “eran gente pobre de las rancherías”.

    El pueblo consideraba a los cristeros como héroes: “por el valor de haber dejado a su familia y marchado a pelear por sus ideales”.
Como ejemplo, está un cristero de nombre Gumersindo López, originario del poblado de Presitas, que como muchos otros, abandonó a su familia y se fue a pelear por la causa.

    Los cristeros se fueron a pelear con “todos los que andaban en el Cerro de los Agustinos”. Este lugar se ubica en el poblado de Urireo, entre Salvatierra y Tarimoro, y constituía un sitio donde los rebeldes bajaban a comer y abastecerse de víveres para subsistir en la sierra montañosa (Entrevista a Francisco Jiménez, 2005)

    Precisamente, en el año de 1927, en Urireo se llevó a cabo “uno de los combates más encarnizados”, en los parajes conocidos como Monte Prieto y Rosas Blancas. Los federales, con el apoyo de las defensas rurales, derrotaron a los cristeros y dieron muerte a Susano Ramírez, cabecilla de éstos, así como a la gente que luchaba con él (Ruiz, 1976).

    En ocasiones los cristeros llegaron a entrar a la cabecera municipal, pero de manera pacífica, ya que dentro de la ciudad ni siquiera llegaron a enfrentarse con los federales. Algunos de estos rebeldes llevaban en su indumentaria un letrero en un listón que decía: “Detente bala, el Sagrado Corazón de Jesús está conmigo”.

    Además de los gritos que los caracterizaban: “¡Viva Cristo Rey, viva la Virgen de Guadalupe, viva la iglesia!” (Entrevista a Francisco Vera, 2005).

    En Salvatierra existía un comité de mujeres que periódicamente pedían dinero tanto para la manutención de los cristeros como de los sacerdotes. Lo recolectaban “tocando de casa en casa” y luego se lo hacían llegar a los cristeros para que compraran armas y alimento (Entrevistas a Francisco Vera y Francisco Jiménez, 2005).

                   ACUERTELADOS EN UNA HACIENDA

    En la Hacienda Sánchez, localizada en las afueras de la ciudad, a un costado del camino que conduce hacia Cortazar, se aprovisionó temporalmente la compañía de la 22ª Zona Militar, a cargo del capitán Juan Jaime (Ruiz, 1976; entrevistas a Damián Méndez y Francisco Vera, 2005). Cuando el ejército patrullaba Salvatierra, la población se escondía por miedo a que los militares tomaron represalias. No se supo de ningún atentado contra las personas de la cabecera municipal, más no ocurrió así en las rancherías aledañas. En 1928, un rancho llamado Puchote fue quemado y desalojado por
soldados del Gobierno Federal, quienes buscaban el producto de los robos de algunos supuestos “cristeros” que andaban saqueando los alrededores (Entrevista a Francisco Vera, 2005; Alejo, 2000).

                         FRAY JOSÉ PÉREZ: MARTIRIO
           ENTRE TARIMORO, SALVATIERRA Y CELAYA

    El sacerdote José Pérez fue otro de los religiosos fusilados en Guanajuato por el ejército en el tiempo de la Guerra Cristera. José Pérez nació en Coroneo el 26 de diciembre de 1890. Ingresó al seminario franciscano de Querétaro en 1904 y
profesa en 1912.

    Durante el conflicto armado, el padre Pérez se encontraba en la vicaría de
Jerécuaro, de donde se desplazaba a pueblos y rancherías para oficiar las misas “a escondidas” de las autoridades locales y federales.

    El término “dentente” no es un error ortográfico, así se usaba en la época por parte de personas con los menores niveles educativos.
El 31 de mayo de 1928, la población “Cañada de Tirados”, Tarimoro, celebraba el fin del mes de la Virgen María; para tal festejo solicitaron a Jerécuaro un sacerdote que oficiara la misa de la celebración, así les fue enviado fray José.

    Concluida la festividad, un grupo de campesinos se ofreció a acompañar al padre de regreso hasta la vicaría. Era mediodía y al ir pasando por un paraje
denominado “El Cajón”, les salió al paso un grupo de militares disparando hacia ellos, logrando matar a uno de los acompañantes y haciendo que dos más “escaparan del susto”.

    El padre iba vestido de civil, así que no sospecharon que pudiera ser sacerdote.

 Sin embargo, los soldados les quitan los caballos y avientan las pertenencias que los animales llevaban. Una de las cargas que cae al suelo es una maleta que con el impacto se abre y muestra en su interior ornamentos sacerdotales.

 “––¿Quién es el cura?–– preguntaron los soldados
––Yo señor––, respondió fray José”.

    Ante tal contestación, los militares aprenden al religioso, dejando libre a sus acompañantes, menos a Mauro López y a Bonifacio Ortiz. Los tres fueron conducidos a Tarimoro (Ruiz González, 2001).

 Según el testimonio de Margarita Dorantes, hicieron que el padre caminara descalzo durante el trayecto. “Lo hicieron caminar descalzo, lo lazaron con una reata que decían “llevamos a un toro en venta...” Se comenta entonces que además de ir descalzo, iba amarrado a los caballos, los cuales lo arrastraron por el camino lleno de piedras.

    En Tarimoro, los apresados fueron exhibidos en la plaza pública. De nada valieron las súplicas de la gente que abogó por la libertad del religioso, hasta la petición del Alcalde de la población fue desoída. La comida llevada a la plaza pública para los presos terminó siendo ingerida por los soldados.

    A las seis de la tarde el padre, Mauro y Bonifacio fueron conducidos a Salvatierra, donde los remiten a la Hacienda Sánchez, que como ya se mencionó era un cuartel establecido en la ciudad. El viernes 1º de junio los presos son transportados en tren al cuartel militar de Celaya, ubicado frente a la fábrica “La Favorita”. El sábado 2 de junio el padre es conducido a la Hacienda de Cacalote,
Tarimoro. A las cinco de la mañana y por órdenes del coronel Severiano Pineda, encargado de la zona militar de Celaya, el padre José Pérez es fusilado bajo un mezquite. Tenía 37 años (Ruiz González, 2001).

    Había un corralito de piedra, ramas con espinas encima para que no pisaran donde el cuerpo quedó muerto. Donde lo mataron había un frondoso mezquite, le decían “El mezquite del descanso” (entrevista a Margarita Dorantes, 2005).

    El cuerpo del sacerdote fue llevado a Tarimoro y velado en la casa del presidente Municipal. El 3 de junio lo transportan al hospital civil de Salvatierra (Exconvento de Capuchinas) donde le practican el reconocimiento y posiblemente la autopsia.

    Luego es transportado al templo de Santo Domingo, donde las personas de Salvatierra lo velan. Dice la tradición que durante el velorio, el padre “de repente levantó las manos, como dando la bendición” (Ruiz González, 2001).


    A continuación, leamos el testimonio del señor Francisco Jiménez, de Salvatierra, que me contó que siendo niño sus padres lo llevaron al velorio del padre:
        En el templo no fue velado porque estaba cerrado, del lado derecho del templo hay una puerta, ahí estaba, lleno de flores, la gente iba a verlo ahí, hay una especie de atrio en Santo Domingo y entra por la puertita, estaba el ataúd lleno de flores, la cara la tenía hinchada, un bigote, con barba, poquita barba, ya tenía días de haber muerto, y el ataúd estaba lleno de flores... el juicio que teníamos nosotros era de que lo habían martirizado, ¿sabe por qué? Porque lo sacrificaron mucho, lo arrastraron con un caballo en un terreno de piedras, tenía los pies todos....como que la piel se le caía”.

    Lo sepultaron en el panteón municipal de la ciudad el 4 de junio al medio día. Asistieron al funeral cinco mil personas. Sus restos reposaron ahí 10 años, durante los cuales, la gente siempre llevó flores y velas. Cuentas las consejas que de su tumba brotaba aceite. Sus restos fueron exhumados el 2 de junio de 1938 y los depositaron en el templo de San Francisco de Salvatierra, junto a los cuerpos de dos frailes de Michoacán que también fusilaron durante la Guerra Cristera: fray Humilde Martínez y fray Junípero de la Vega (Ruiz González, 2001; Boletín “Promovamos la beatificación de fray Humilde Martínez, fray Junípero de la Vega y fray José Pérez”, anónimo, s. f.).

ARRIEROS, AGUADORES Y CAMPESINOS OFICIAN MISAS

En las calles de Zaragoza, Morelos e Hidalgo, fue donde se celebraron más misas   secretas en la ciudad. La actual casa de la cultura, en el barrio de Guadalupe, albergó a sacerdotes que también oficiaban celebraciones religiosas (Entrevista a Francisco Jiménez, 2005).

    Los párrocos (o padres) que celebraban misas en los hogares, llegaban vestidos de arrieros o aguadores: el sacerdote arribaba a la casa con unos burros cargados de cántaros de agua sacada de un manantial que surtía del líquido a Salvatierra.

    En la comunidad de Eménguaro, se habla de un sacerdote, conocido como “Panchito” Mendoza, que trabajaba en el campo arando la tierra. Las personas sabían donde andaba trabajando y ahí lo iban a buscar para que les administrara los sacramentos (Entrevista a Socorro Aranda, 2005).

    Hubo quiénes llegaron a denunciar los escondites de los sacerdotes, pero nunca aprendieron a ninguno. “El gobierno civil de Salvatierra fue muy tolerante, se hacían de la vista gorda. Ellos mismos iban a las misas en las casas” (Entrevistas a Francisco Vera y Francisco Jiménez, 2005).

                     EL TREN DE LA JUSTICIA DIVINA

La siguiente leyenda, contada por Francisco Vera, nos narra “un castigo divino” en contra de unos federales que quisieron engañar a un sacerdote:
        En aquél tiempo de la Guerra Cristera, cierto día iba un tren entre la ruta de Celaya y Acámbaro. En el cabús del ferrocarril viajaba un pelotón del Ejército Federal, ya que algunos trenes acostumbraban traer militares que cuidaban que el transporte no fuera asaltado y al mismo tiempo inspeccionaban si entre la tripulación no había cristeros o sacerdotes. Por la noche, a los soldados les llegó el reporte de que a bordo viajaba un sacerdote y se lo fueron a comunicar al teniente a cargo: “Vaya y búsqueme a ese sacerdote, tráigamelo, no sé cómo le va a hacer.” ––le ordenó a su cabo.

    Entonces, los soldados planearon una treta para engañar a los pasajeros y procurar que el sacerdote se delatara por sí mismo. Recorrieron todos los vagones diciendo:
        “Mi teniente está enfermo de muerte, somos católicos, apostólicos y romanos, estamos en el Ejército, pero somos católicos, y mi teniente quiere un sacerdote para confesarse, Él también es católico. Si aquí hay un sacerdote, que nos diga y que lo vaya a confesar.”

    Cuando llegaron al carro donde viajaba el padre, éste no pudo negarse a prestar sus servicios ante tal situación. “Yo soy sacerdote” ––les respondió––. “Ándele, véngase”

    Lo condujeron entonces al cabús donde se encontraba el teniente para ahí arrestarlo. Pero entrando al cabús, se encontraron con que el teniente estaba muerto...

                                LA CIUDAD PROTEGIDA

Ya que en la cabecera municipal no hubo desmanes ni saqueos a templos, las leyendas lo atribuyen a la protección de la Virgen de la Luz, patrona de Salvatierra.

    A continuación, doña Socorro Nava cuenta dos leyendas sobre la protección divina, que salvaguardaba tanto de los cristeros como de los federales:
        Las leyendas que a mí me platicaba mi papá y mi abuelito, mis abuelitos, y que todavía las platican las personas mayores, es que dicen que cuando venían los revolucionarios o el ejército a buscar sacerdotes, siempre se encontraban una ancianita en el camino, pero esta ancianita era como una peregrina que venía de aquí de la ciudad. Entonces, los soldados le hablaban y le preguntaban que cómo veía la ciudad, que si con el número de tropa que traían podían entrar a la ciudad. Y ésta ancianita siempre les decía que ni se arriesgaran, porque la ciudad estaba llena de contrarios y que los iban a destrozar. Esta es una leyenda que se nos ha transmitido
oralmente a todos, pero nosotros atribuimos pues que fue la Santísima Virgen disfrazada de anciana la que les salía al paso, para que no entraran a la ciudad.

Otra de las leyendas que se comentan actualmente, es que cuando venían los revolucionarios o el ejército anticristero a perseguir a los sacerdotes, siempre tenían la precaución de tender los miralejos –catalejos, como les decían en aquel tiempo– [a los binoculares] y veían la ciudad, los techos de la ciudad los veían tapizados de gorras de ejército nacional (o de ejército cristero, según fuera el caso) protegiendo la ciudad. Nosotros seguimos diciendo que fue la Santísima Virgen la que nos cuidó.

                       DESCONFIANZA EN LOS CULTOS

El 5 de septiembre de 1929 el arzobispo de Morelia nombró al presbítero José García, párroco de Salvatierra, en sustitución del padre Rafael Méndez. Para octubre de ese año, se reabre el culto en los templos de la ciudad. Aun así, la gente siguió desconfiada. Para el 8 de noviembre, el Gobierno del Estado de Guanajuato comunica la lista de sacerdotes autorizados para ejercer su labor pastoral en la ciudad (Ruiz, 1976 y entrevista a Francisco Jiménez, 2005.)

                                         CONSECUENCIAS

La lucha en los Agustinos

Una de las consecuencias del conflicto, fue que hubo escasez de sacerdotes en la ciudad, lo que provocó que en 1931, el convento franciscano de Salvatierra fuera entregado a la diócesis de Morelia, en Michoacán (estado o provincia vecina que colinda con Guanajuato) en calidad de depósito (Libro Becerro de Provincia V,
1931).

    Después de 1929, un grupo de cristeros inconformes, comandados por Lauro Rocha, continuó luchando en la Sierra de los Agustinos, todavía entre 1936 y 1938. Los soldados acuartelados en Salvatierra siguieron enfrentándose con ellos en dicha serranía. El capitán Juan Jaime comandaba a los federales, quien constantemente andaba con su tropa por aquella zona (Ruiz, 1976).

    Entre los cristeros destacados de Salvatierra se menciona a:
Telésforo Arriola “El Chato”
Andrés López
Salud Cepeda
Rufino Ortega
Fidel Ortega

    Los cinco originarios del poblado de Urireo, Guanajuato (Méndez, s.f).

    Por su parte, el Gobierno Federal se apoyaba en los ejidatarios y desde luego, en la Presidencia Municipal. En Salvatierra se instaló el 23º Cuartel rural a cargo de Pedro Gurrola (Ruiz, 1976; Méndez, s.f).
El 12 de septiembre de 1936, entró a Salvatierra un grupo de rebeldes, dejando un saldo de “dos policías muertos y parte de los archivos municipales quemados”. Tiempo después, las gavillas cristeras fueron desapareciendo poco a poco “al reforzar el Gobierno los asentamientos humanos con las dotaciones de tierras ejidales y la creación de las defensas agraristas”. Se suma a esto la campaña
del 44º Batallón de Infantería al mando de Pedro Figueroa (Ruiz, 1976).

Sinarquistas encarcelados

En la ciudad se vivía por esos años el movimiento sinarquista de una forma muy activa, a tal grado que en 1935, el Gobierno tomó presos a fray Luis Gallardo, Manuel Romero, Manuel Aguilar, Trinidad Aranda y Rafael Aranda, líderes del sinarquismo en Salvatierra.2
Los condujeron al panteón con la intención de fusilarlos “ahí mismo”. Sin    embargo, no llevaron a cabo la ejecución y los encarcelaron. Los pobladores,    cuando se dieron cuenta, acudieron a la cárcel con comida y designaron guardias    del pueblo para que velaran a los presos y evitar que los fueran a fusilar durante la    noche. Tiempo después los soltaron (entrevista a Socorro Aranda, 2005).

Coronación de la Virgen de la Luz

Para 1939, todavía la situación se vivía de manera tensa, las consecuencias del movimiento cristero seguían arrastrándose. Fue en ese año que se llevó a cabo la coronación pontificia de la Virgen de la Luz, en su parroquia.

    No se podían hacer actos de culto religioso en la calle, así que después de    coronar la imagen, la llevaron en procesión al atrio de la parroquia. Pero como
siempre ha habido personas muy entusiastas, alguien gritó: “¡que salga la Virgen a la calle!,” y las personas que llevaban en hombros a la imagen, se fueron a la calle.

2 El sinarquismo fue un movimiento que surgió en México y que se instituyó como una organización con la denominación de Unión Nacional Sinarquista, calificada de tendencia conservadora (“derecha”) y religiosa (Hernández, 2004; Laguna Berber, s.f.), fue una de las instituciones que más apoyaron a los cristeros.
La procesión tomó el rumbo de la vía Hidalgo y llegó hasta la calle de Federico Escobedo, donde ya no siguieron porque el gobierno local detuvo el acto y mandó llamar a los responsables para hacerlos declarar. Entre los detenidos estuvieron Manuel Romero, Manuel Zavala y el padre Salvador Rodríguez Mesa (entrevista a Socorro Aranda, 2005).
                     
CONSECUENCIAS ACTUALES

El museo y la fiesta de fray José Pérez

    En el templo de San Francisco, al entrar por el lado derecho, se encuentra una capilla donde reposan los cuerpos de tres mártires de la Guerra Cristera; dos de ellos son del estado de Michoacán: fray Humilde Martínez y fray Junípero de la Vega, el tercero es fray José Pérez.

    El museo dedicado al párroco José Pérez se localiza en la entrada del convento de San Buenaventura. Es un pequeño cuarto con puertas de cristal, en medio de la habitación sobresale una cama de latón oxidada, propiedad del sacerdote, al igual que los demás objetos que se encuentran en las vitrinas del lado izquierdo: ropa, libros, cruces, vendas ensangrentadas y algodones, el sudario donde su cuerpo fue colocado, entre otros objetos.

    La pared central muestra fotos de cuando murió y de las personas que lo acompañaron. En el muro derecho se pueden observar otras fotos, éstas son de su juventud y su ministerio sacerdotal.
El 2 de junio de cada año es la fecha en la cual los salvaterrenses celebran al sacerdote mártir, recuerdan ese día la exhumación de los restos que se trasladaron del panteón municipal al templo de San Francisco.

    Un día antes a la celebración, comenta Alicia Gómez, encargada del museo, y de otras provincias, como Querétaro. Las conmemoraciones del 2 de junio empiezan en la mañana con la misa de 7:30 y terminan con la celebración eucarística.

    …salen y entran del museo a dar sus limosnas, sus milagros,3 traer sus testimonios y todo eso, ya después salen a disfrutar lo que es la fiesta, que se hace alrededor de aquí, hacen comida.

    Traer milagros implica llevar al templo algún objeto con significado religioso (crucifijo, escapulario, medalla, estampa…) o pequeñas figuritas en plata, cobre u oro, que representan brazos, piernas, corazones, manos u otra parte del cuerpo, en agradecimiento de algún favor recibido por parte de un santo o deidad (la curación de una enfermedad de la propia persona o algún pariente, el alcanzar un logro, etcétera.).

    llegan a Salvatierra las peregrinaciones procedentes de los municipios vecinos . He visto gente que luego entra hincada y llorando, dando gracias a fray José Pérez del milagro que les hizo...

    Posteriormente se celebra una misa a las 12:30 del día, a donde asisten más personas. Cabe mencionar que en ambas ceremonias los sacerdotes bendicen
aceite que las personas llevan, con el fin de usarlo para curarse de dolencias y males. Esta tradición surgió debido a que las consejas populares cuentan que de la tumba del sacerdote, cuando su cuerpo estaba depositado en el panteón local, brotaba aceite.

    ..lo bendicen los padres, no se vaya con la finta de que es el de la tumba, no, porque mucha gente eso confunde, entonces no, el aceite el padre lo bendice con una bendición especial que ellos hacen. Incluso hay gente que viene de fueras nada más por el puro aceite. Se lo untan en el dolor que ellas sientan, hay gente que se lo toma, inclusive los padres cuando supieron que se lo tomaban, ya bendicen dos tipos de aceite, el de untar y el de tomar (entrevista a Alicia Gómez).

    Alicia comenta que las personas son muy especiales en cuanto a este aceite, pues sólo quieren el que bendicen ese día: “...mira, hay a veces que el padre les dice ‘tráiganse su aceite, yo se los bendigo’, ellos no se van conformes, quieren de ese día, así es la gente”. Así como bendicen aceite, también bedicen hierbas medicinales:
Las hierbas porque es la fe que ellas tienen de que..., de que..., este, llegan a bendecir y ya hacen su tesito y a la hora de tomárselo se lo toman pidiéndole a fray José Pérez les alivie aquel dolor, y su creencia y su fe es de que porque aquí es la bendición, es la fe viva que ellos representan.

                      FUENTES DE INVESTIGACIÓN

4 Documentales
Archivo Histórico del Templo de San Francisco, Celaya, Guanajuato.
- Libro Becerro de Provincia V (1847-1931).
- FOLIO 357.
No están ordenadas alfabéticamente.
Actualmente fray José
Pérez, fray Humilde
Martínez y fray Junípero de
la Vega, se encuentran en
proceso de beatificación.
Archivo Municipal de Salvatierra (Salvatierra, Guanajuato, México).5
Los cristeros de Tarimoro.
Documento de investigación no publicado y sin fecha.
Autor: Damián Méndez Sandoval.
Salvatierra, México.
Compendios estadísticos municipales de Guanajuato, 2002.
Instituto Nacional para el Federalismo y el Desarrollo Municipal,
Gobierno del Estado de Guanajuato, Gto., México.
Historia civil y eclesiástica de Salvatierra.
Autor: Vicente Ruiz Arias.
Editorial aparente: Gobierno del Estado de Guanajuato.
México, DF, 1976.
Leyendas, cuentos y narraciones de Salvatierra (2ª. edición), sin fecha.
Autor: Miguel Alejo López.
Casa de la Cultura “Fray Andrés de San Miguel”.
Instituto Estatal de la Cultura.
Guanajuato, México.
Historia política del Sinarquismo, 1934-1944.
Autor: Héctor Hernández García de León.
Miguel Ángel Porrúa y Universidad Iberoamericana.
México, DF, 2004.
P. fray José Pérez R., OFM. Relato de la vida y muerte trágica del sacerdote
franciscano (2ª edición).
Autor: Fray Eliseo Ruiz González.
México, DF, 2001.
5
El archivo de la ciudad, a pesar de contar con documentación antigua, le faltan documentos
importantes, como los de la época cristera, esto porque en un tiempo el archivo estuvoabandonado en un rastro municipal y los documentos eran utilizados como empaques de carne.
Gracias al presente estudio se evitó que se destruyeran más documentos.
Anónimo, Boletín “Promovamos la beatificación de fray Humilde Martínez,fray Junípero de la Vega y fray José Pérez”, sin fecha, ni lugar.
Internet
Gobierno Municipal de Salvatierra.
Página web consultada el 25 de diciembre del 2005. Disponible en:
http://www.guanajuato.gob.mx/municipios/salvatierra.htm
La derecha siempre presente en el Gobierno Mexicano.
Periódico: La Crisis, diario político de México.
Consultado el 12 de enero de 2006, en:
http://www.lacrisis.com.mx/especial190803.htm

Orales

FRANCISCO VERA FIGUEROA (84 años). Testigo directo.
Es historiador. Lo entrevisté en el Archivo municipal. Francisco iba vestido de traje
café. Es moreno y usa unos gruesos lentes. Es una persona muy estudiosa de
temas históricos, incluso, un día anterior había llegado del Archivo General de la Nación. Hombre de ideas juaristas y palabras concretas.

FRANCISO JIMÉNEZ (85 años). Testigo directo.
Fue militante de la ACJM (Asociación Católica de la Juventud Mexicana) en la ciudad. Vive a un costado de los portales del centro, en una casa que tienen varias macetas. Él tiene los ojos azules y el pelo blanco. Nos sentamos en un recibidor con sillas blancas, hacía un poco de aire esa mañana, a lo lejos se oían las voces de los cargadores de la abarrotera de al lado. Me contó que su papá trabajó en la hacienda de Guadalupe, por eso de niño tuvo contacto con los campesinos.  Francisco comentaba los acontecimientos de manera natural y en ocasiones con tristeza. 
6 algunos de los testigos eran niños al inicio de la primera cristiada y fueron más bien testigos directos de las secuelas del conflicto. Todos los participantes autorizaron que se mencionaran sus nombres.

MA. DEL SOCORRO ARANDA NAVA (aproximadamente 70 años). Testigo indirecto.
Es la encargada de la notaría de la parroquia de Ntra. Señora de la Luz y por ende, también se ocupa del archivo del lugar, que se encuentra a la entrada del claustro.
Es un lugar con muebles de madera gruesa y cortinas de tela transparente.
Ella portaba un traje sastre color azul, estaba muy arreglada del cabello que lo fuimos interrumpidas muchas veces por las personas que acudieron a la notaría por documentos y fechas de misas. Socorro sonreía mucho mientras platicamos,
como si le diera deleite relatar todo lo que sabía.

LUIS VERA (97 años). Testigo directo.
Es un hombre de campo de cabello canoso, complexión robusta, de 1.80 metros, de piel muy blanca, tiene muchas dificultades para hablar y recordar. Su familia fue testigo del conflicto y participó como cristero.

ALICIA GÓMEZ (aproximadamente 80 años). Testigo directo.
Es la encarga del museo de fray José Pérez. Mujer de piel blanca y cabello castaño largo, se encontraba frente al museo, en la tienda de artículos religiosos del templo. Me relató algunos datos de la fe que el pueblo le manifiesta a fray José Pérez.

MARGARITA DORANTES (aproximadamente 85 años).
Es una señora de 84 años originaria de Ojo Seco, comunidad de Celaya,
Guanajuato. Ella elaboró unas memorias sobre la Guerra Cristera que abarca a varios municipios del estado, entre ellos Salvatierra.

traía recogido en un chongo, la cara maquillada. Cuando por fin nos atendió,