domingo, 18 de abril de 2010

Iconología de los retablos del templo mayor de San Francisco en Salvatierra, Gto.

El retablo mayor del templo de San Francisco de Salvatierra, Gto., tiene las esculturas de san Buenaventura, filósofo de la luz como iluminación para hacer el itinerario de la mente a Dios. Lleva una capa roja y un libro de los evangelios, como señal de su amor a la Pasión de Cristo.
En el nicho central se encuentra la escultura de san Francisco de Asís, que lleva una cruz en sus manos y tiene representadas las estigmas de Cristo en sus manos. La interpretación es la absoluta imitación del Via Crucis de Cristo a los largo de su vida franciscana.
El color café es símbolo de subordinación y humildad, y el cordel de la cintura de pobreza y unión de la comunidad religiosa en la oración.
Jesucristo está representado con una túnica blanca y las manos extendidas en una bendición, representando la resurrección y la llegada del Espíritu Santo en la pascua de semana santa.
En el nicho siguiente, se presenta a san Antonio de Padua con el Niñó Jesús que se le revelaba en las noches para dictarle los sermones. está sostenida la escultura en una nube del cielo, indicando su santidad manifiesta durante toda su vida.
En la parte superior del retablo esta el emblema de los franciscanos, que es una cruz uniendo a dos brazos en cuyas manos están los estigmas de la crucifixión. Se interpreta que el brazo con una manga de sayal, es la de san Francisco y, la desnuda, es la de Jesucristo. En la iconología franciscana se hace una constante analogía de la vida de san Francisco con las 14 estaciones del Vía Crucis de Jesús.
El retablo del Sagrario, donde se encuentra el Santísimo en persona espiritual, esta en uno de los costados del crucero de la nave central del templo de San Francisco de Salvatierra, Gto. Es un altar con dobles columnas griegas, que simulan un recinto con techo de medio cañón.
La lectura del conjunto artístico nos relata un corazón dorado, coronado por un anillo de espinas, del que emanan luces amarillas. Para san Buenaventura, doctor de la Iglesia, la fe es iluminada por la palabra de los evangelios de Cristo, cuyo corazón se representa lleno de sabiduría y las palabras por las luces amarillas.
A un lado, sobre el blanco mantel del altar, esta un ramo de flores, que indican la alabanza de la naturaleza a Dios; y del lado opuesto, la figura escultórica de un ángel en posición de oración, como seres espirituales son mensajeros del Señor ante los hombres y mujeres, y escuchan su Palabra.


Retablo de Nuestra Señora del Socorro ubicada en un costado del crucero del templo de San Francisco en Salvatierrra, Gto. Dos pares de columnas griegas con capiteles dóricos y simulando un techo abovedado resguardan la pintura de la Iglesia Ortodoxa dedicada a la Virgen del Socorro.
La Virgen María alza al niño Jesús quien mira con azoro dos ángeles que le muestran una doble cruz y unos clavos. Interpretamos que el niño Jesús jugaba cuando los ángeles aparecieron y le mostraron los instrumentos, por lo que, espantado, corrió al regazo de su Madre, a quién ya tenían anunciado que su Hijo le atravesaría una espada de dolor de Madre.
La visión anticipadora del plan divino de la Cruz, es uno de los elementos centrales en la teología de san Antonio de Padua, doctor de la Iglesia católica, cuya principal virtud fue su sencilla oratoria en los sermones de las fiestas patronales de los templos en la Edad Media europea.

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