martes, 30 de abril de 2013

Zoyla Flor en la Feria de la Candelaria 2006



La mujer es el tema de actualidad, sobre ella se dirigen las reflexiones sobre su capacidad humana para desempeñar variados papeles sociales, ampliando su desenvolvimiento tradicional de género dedicada a tareas domésticas.
Zoyla Flor es una persona orgullosa de ser mujer y que se decidió a cantar profesionalmente. La sensibilidad femenina de Zoyla es delicada, pero sobre todo con una alta estima, no sólo de si misma sino de su terruño, de sus padres y abuelos, de sus hermanos y hermanas y de sus amigas de la calle Bravo.
Hoy, las mujeres jóvenes planean su vida mirándose a sí mismas dentro de diez años y, muchas, se ven integrando una familia, pero también realizando todo lo que les gusta hacer.



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Una infancia feliz la protege de las veleidades propias del arte, de la relación impredecible de una obra artística y el gusto del público. Contra esas incertidumbres opuso la memoria de sus años de niña, cuando jugó con el agua del Canal Gugurrón, nadó en los fríos remansos del Río Lerma y se sentó en la sombra de los sabinos a soñar alegremente con las canciones que aprendía.  Zoyla es la cuarta hija de una familia de trece hermanos, pasó una adolescencia caracterizada por la sociabilidad y la meta de cantar como Amalia Mendoza, "La Tariácuri", cuya voz inundó repetidas veces la calle Bravo cuando convivió en las tardes bajo las llamas de las fogatas con todas sus vecinas y amigos.   Es atronador el paso del caudal de agua en el Río Lerma, especialmente cuando choca con las rocas cercanas al Puente de Batanes, donde tiene una musicalidad que inspiró el talento y enamoró a Zoyla, quien en sus cercanías tiene una huerta camino al Sabinal, es una huerta fértil que la une con su madre Josefina Villagómez López.

Tal vez su voz, algo tiene de ese rumor que expanden las aguas caudalosas del río, sobre todo en los temas de "Ya para qué", "Flechitas de papel", "Sufriendo a solas", canciones que cantó en "Siempre en Domingo" y "Hoy Mismo", programas televisivos que centralizaron la audiencia mexicana por varias décadas.

Ir en busca de un lugar en el medio artístico nacional representó un largo viaje, un periplo por las principales ciudades de la República cantando cada día en un teatro distinto. Y en el transcurso llevó ideas con naturalidad, como la de arribar, cada año, al hogar materno, pero sobre, todo regresar ante las imágenes sagradas que simbolizan los valores éticos y sus aspiraciones de triunfar. Para Zoyla, la imagen de la Virgen de la Luz de Salvatierra es una inspiración milagrosa para salir adelante en los retos que la vida le pone.  El Honorable Ayuntamiento de Salvatierra le otorgó el nombramiento de "Hija Predilecta" durante los festejos de la Feria de la Candelaria 2005, y en la sesión de cabildo celebrada para homenajearla, ella percibió su papel de ser una figura artística y femenina que identifica culturalmente a los Salvaterrenses.  Zoyla Flor es un ejemplo para las jóvenes, pues ella hace su vida realizando lo que le gusta, con desenvoltura y plenitud.  Así la conocemos

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