Alfonso Elizondo y el ajedrez
por Pascual Zárate Ávila
El ingeniero Alfonso Elizondo fue un maestro de noble trato, al charlar con los estudiantes les daba una gran consideración a sus opiniones y les recomendaba la lectura de libros, e incluso les hacía préstamos de títulos de obras clásicas.
Originario de la Ciudad de México, llegó a Salvatierra, luego de concluir su carrera de Ingeniero Industrial en el Instituto Politécnico Nacional.
Profesor de la clase de Física, en la ETIC # 18, en donde exponía las leyes de la gravedad, con ejercicios que resultaban divertidos para los grupos, haciendo una clase muy amena que producía risa involuntaria.
Dentro del plantel, ocupó el cargo de Subdirector Académico y Jefe de Control Escolar, en lo que se refiere a la Administración Educativa.
En su formación académica, fue profesor en la Escuela Preparatoria Salvatierra de la Universidad de Guanajuato en la materia de Física.
En la vida social y cultural perteneció al Club Fotográfico, al Comité para el Desarrollo Integral y la Corresponsalía del Seminario de Cultura Mexicana.
Fue un profesor con grandes cualidades culturales, debido a su estilo de vida y la responsabilidad que siempre manifestó, al convivir, con los estudiantes por las tardes, enseñando y jugando partidas de ajedrez, juego que le era de gran habilidad mental para visualizar estrategias.
Otra de sus actividades fueron los círculos de lectura, que realizaba por las tardes, dirigido a los jóvenes inquietos que procuraban su amistad.
Alfonso Elizondo y el ajedrez
por Pascual Zárate Ávila
El ingeniero Alfonso Elizondo fue un maestro de noble trato, al charlar con los estudiantes les daba una gran consideración a sus opiniones y les recomendaba la lectura de libros, e incluso les hacía préstamos de títulos de obras clásicas.
Originario de la Ciudad de México, llegó a Salvatierra, luego de concluir su carrera de Ingeniero Industrial en el Instituto Politécnico Nacional.
Profesor de la clase de Física, en la ETIC # 18, en donde exponía las leyes de la gravedad, con ejercicios que resultaban divertidos para los grupos, haciendo una clase muy amena que producía risa involuntaria.
Dentro del plantel, ocupó el cargo de Subdirector Académico y Jefe de Control Escolar, en lo que se refiere a la Administración Educativa.
En su formación académica, fue profesor en la Escuela Preparatoria Salvatierra de la Universidad de Guanajuato en la materia de Física.
En la vida social y cultural perteneció al Club Fotográfico, al Comité para el Desarrollo Integral y la Corresponsalía del Seminario de Cultura Mexicana.
Fue un profesor con grandes cualidades culturales, debido a su estilo de vida y la responsabilidad que siempre manifestó, al convivir, con los estudiantes por las tardes, enseñando y jugando partidas de ajedrez, juego que le era de gran habilidad mental para visualizar estrategias.
Otra de sus actividades fueron los círculos de lectura, que realizaba por las tardes, dirigido a los jóvenes inquietos que procuraban su amistad.
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