Crónica de la fundación de Salvatierra
García Sarmiento de Sotomayor, Conde de Salvatierra
En el mes de septiembre de 1643, Gabriel López de Peralta ofreció formalmente hasta cincuenta sitios de estancia para ganado mayor pertenecientes su mayorazgo a fin de que se fundara en ellas una ciudad que llevaría el nombre de San Andrés de Salvatierra en homenaje al virrey Conde de ese título. De la detallada lectura de cada una de las mercedes de los sitios ofrecidos se desprenden interesantes consideraciones que vale la pena puntualizar. Un parte de las tierras sería para el reparto de solares de la misma ciudad que se ubicaría en el antiguo poblado de Chochones, a su lado las tierras y ejidos de la ciudad y circundándola las tierras que para labranza y ganados se darían a los regidores y fundadores de ella. En esta ocasión trataremos de éstas últimas.
Reparto de Tierras
Primera parte
Cuando el 9 de febrero de 1644 el virrey conde de Salvatierra[1], marqués de Sobroso[2] y comendador de la Villa de Maimona[3] don García Sarmiento de Luna y Sotomayor firmó el acuerdo de fundación de la Ciudad de San Andrés de Salvatierra en el lugar donde se encontraba la congregación de San Andrés de los Chochones[4] en las tierras cedidas como ya se ha dicho por Gabriel López de Peralta poseedor del uno de los tres mayorazgos que habían fundado sus padres, el tesorero de la Nueva España Jerónimo López y Ana Carrillo de Peralta no imaginaba la serie de desavenencias que ocasionaría esta fundación tanto entre el cesionario de las tierras con los vecinos fundadores, entre ellos mismos y las rivalidades regionales que causaría el nacimiento de la flamante ciudad.
Si bien es cierto que el virrey dejaría perpetuado el nombre de su condado a la posteridad, acción que fue común en muchos virreyes, también se heredarán una larga serie de litigios, varios de ellos ocasionados por la veleidosa actuación del mayorazgo Gabriel López de Peralta[5]. Para la historia regional, lamentablemente no se han logrado estructurar las biografías amplias y veraces de los principales actores de esta fundación. El virrey conde carece de ella, las noticias sobre su persona y actuación yacen bajo el injustificado calificativo de un gobernante opaco. El cesionario de las tierras, Gabriel López de Peralta queda difumado en el oportunismo de su acción; el escribano Agustín de Carraza Salcedo, de los principales promotores de la fundación no queda exento también de oportunismo y le encontramos pronto exiliado de la ciudad y refugiado en Valladolid y Pátzcuaro al abrigo de familiares. De los otros fundadores pocas noticias hay conocidas, que de la gran mayoría sí existen referencias pero infortunadamente quienes tratan sobre sus personas lo hacen repitiendo una y otra vez la poca información que existe ya escrita sobre ellos evitando meterse en los archivos y lidiar con la paleografía de la época.
Castillo Fortaleza de Salvatierra de Miño
Volviendo al caso que nos ocupa, ya es sabido que para fundar la ciudad de San Andrés de Salvatierra López de Peralta donó de su mayorazgo cincuenta sitios de estancias tanto en el valle de Tarímoro[6] como en el de Guanzindeo[7], ambos valles estaban divididos por el entonces caudaloso río Grande de Toluca también llamado en otomí Madonté. De antaño esos lugares estuvieron densamente poblados por los naturales de estas tierras en las que quedaron gran cantidad de vestigios que demuestran al alto grado de cultura alcanzado en la región.
El amplio y fértil valle fue una comarca de confluencia entre el gran Señorío Tarasco y los belicosos chichimecas y que dio abrigo a otras culturas entre las que encontramos a los pames, otomíes y chipícuaros. Aún quedan los nombres nahuas de viejos asentamientos o lugares como Culiacán, o Cacalote y tarascos como Huantzindeo, Tarimoro (Tarímbaro) Tiristarán, Urireo y Eménguaro por dar solo unos ejemplos.
El valle fue sin duda un lugar muy sagrado lo que se comprende por el emblemático nombre que le dieron a la imponente mole del cerro del Culiacán que asemeja una enorme pirámide o cu. Probablemente fue una muy concurrida zona objeto de diversas peregrinaciones de distintos pueblos que admiraban el enorme “templo de los dioses”
El arribo de los conquistadores a Michoacán ocurrió desde muy temprano, desde 1521 y en 1524 Cortés repartió encomiendas en la misma Provincia. En 1528 Yuriria[8] estaba encomendada al Comendador Tovar que si se tratara de Juan de Tovar[9] sería hijo del sevillano Cristóbal de Tovar como él mismo declara en un expediente de reclamación de unas encomiendas que le fueron quitadas por la primera audiencia. Igualmente Araró y Zinapécuaro a Gonzalo Riobó de Sotomayor y Acámbaro estuvo encomendada al bachiller Pedro de Sotomayor, más tarde como es de sobra conocido fue su encomendero Hernán Pérez de Bocanegra quien tuvo además el pueblo de Apaseo y Querétaro. La numerosa familia de éste sentó sus reales en nuestra región en estudio y obtuvo por mercedes diversas estancias, incluso uno de sus nietos Francisco Pacheco de Córdoba y Bocanegra que será encomendero de Acámbaro se casó con una descendiente de Cristóbal Colón, Juana Colón de la Cueva y Toledo, hija mayor del Mariscal Carlos de Luna y Arellano y de María Colón de la Cueva y su hijo Carlos Colón de Córdoba Bocanegra[10] será a su vez también encomendero. Otro asunto de importancia fue la fundación de la Villa de Celaya o Salaya de la que hablaremos en otra ocasión.
No es el caso por ahora de adentrarnos en los pobladores y estancieros de estos valles en el siglo XVI, que sería interesante y nos concentraremos solamente en las propiedades que el mayorazgo Gabriel López de Peralta cedió para la fundación de Salvatierra, estas fueron las siguientes:
1. Un sitio de estancia con un potrero y dos caballerías[11] de tierra para ganado mayor en términos de Yuririapúndaro. El sitio de estancia se encontraba a la parte que dicen Caracheo, en un llano entre tres cerros grandes que el uno llaman “Quluacan”, el otro el cerro Negro y el otro Guaruato (Aguaruato) a donde hay muchos mezquites. Por lo que se refiere al potrero estaba en donde había dos ojos de agua manantial. Y las dos caballerías se ubicaban en una cañada que iba a desembocar en el Puertezuelo de Tarimoro entre los dos cerros de Quluacan y Guaruato. Estas tierras fueron otorgadas a Juan de la Vega por merced del virrey Martín Enríquez el 20 de septiembre de 1578 y de la Vega las vendió al tesorero Jerónimo López el 9 de junio de 1593.
2. Otro fue el sitio de estancia para ganado mayor en los términos de Yuriria, cerca del río Grande[12] el que tenía por las parte de enfrente y de la otra banda del río las casas de una estancia llamada Surumútaro, este sitio tenía los lindes siguientes: de norte a sur está el cerro de los Puercos y por otra parte el cerro de Quluacan. El sitio fue originalmente mercedado[13] por el virrey conde de la Coruña[14] a Antonio de Pedrosa en México a 20 de noviembre de 1581 el cual lo pasó a Juan Fernández Caro y este a Bartolomé García quien a su vez se lo vendió a Jerónimo López.
3. Otras dos estancias de ganado mayor en los mismos términos de Yuriria, una de ellas en la falda del cerro de Quluacan, en las aguas vertientes del río Grande en el llano llamado Las Charcas y la otra en la falda del cerro conocido como Guarauato (Aguaruato), aguas vertientes al llano de Tarimoro. Ambas las obtuvo por merced de la Audiencia de México Cristóbal de Vargas Valades el 20 de marzo de 1584.
4. Ofreció también un sitio de estancia para ganado mayor en el pueblo de Yuriria en la falda del cerro que llamado Aguaruato y por otro nombre La Gavia, aguas vertientes al llano nombrado Juan Martín que lindaba con la estancia de Alonso de Rebolledo y la cual se le dio a Francisco Díaz por merced de la Real Audiencia el 17 de marzo de 1584.
5. Estaba además un sitio de estancia para ganado mayor situado en la falda del cerro que llamado Sotelillo, río abajo que venía del pueblo de Apaseo, frontero del cerro conocido como Sotelo y en términos del pueblo de Yuriria, el cual obtuvo Luis Calderón por merced del virrey conde de la Coruña en 23 de noviembre de 1581.
6. Otro fue un sitio de estancia para ganado mayor en los términos del pueblo de Yuriria a la falda de un cerro pedregoso en un llano entre el río Grande y el arroyo de Apaseo el que obtuvo Juan de Padilla por merced de la Real Audiencia el 12 de julio de 1583.
7. Comprendían también dos sitios de estancia para ganado mayor en la jurisdicción de Yuriria, uno en la falda del cerro que conocido como Moreno, que estaba en el llano de la estancia del Corralejo y el otro sitio en la falda de otro cerro grande y pedregoso en el dicho llano, entre el cerro Moreno y el río Grande y los cuales le fueron mercedados a Félix de Robles por la Real Audiencia el 16 de abril de 1584.
8. Cinco sitios para ganado mayor en los términos del Yuriria: uno entre el cerro de Quluacan y la sierra que dicen de Barajas, el segundo algo más arriba que el anterior en la Cañada que dicen de Caracheo el viejo, el tercero en la falda de la sierra de Aguaruato la cual va a dar frente a las casas de la estancia que llaman de los Jagüeyes que pertenecían a Jerónimo López; el cuarto sitio estaba en la sierra de Aguaruato hacia la estancia del Corralejo y el quinto sitio asimismo en lo alto de la dicha sierra cerca de un cerro que llamado de Mandinga los cuales sitios fueron mercedados a Félix de Robles por el virrey conde de la Coruña en México a 14 de octubre de 1581.
9. Un sitio de estancia para ganado mayor en términos del pueblo de Yuriria desde la falda del cerro de Sotelillo por el río, abajo que le hizo merced a Luis Calderón el virrey conde de la Coruña el 23 de noviembre de 1581.
Los sitios de estancia, caballería y potrero mencionados se encontraban el los términos o jurisdicción del pueblo de Yuririapúndaro o Yuriria. Los sitios restantes en su mayoría se ubicaban en los términos de pueblo de Acámbaro, los que veremos en otra ocasión.
[1] Por la Villa de Salvaterra de Miño, en Galicia, a orillas del río Miño en la cual nació don García y donde fue bautizado el 1 de diciembre de 1595, hijo de don Diego de Sarmiento de Soutomaior y Mendoza, primer conde de Salvatierra y quinto señor de la Villa de Sobroso y de doña Leonor Sarmiento de Luna, hermana del conde de Fuentidueña, fueron sus padrinos el conde de Ribadavia y su mujer doña Luisa.
[2] Vila de Sobroso, cercana a Pontevedra en Galicia
[3] Villa de los Santos de Maimona, en la Provincia de Badajoz.
[4] Pueblo de los Chochones o de San Andrés de los Chochones, era un pueblo de “pescadores” que se encontraba a orillas del Río Grande precisamente en el mismo lugar donde se fundó Salvatierra.
[5] Nacido hacia 1590-93 contrajo nupcias con Catalina de Sámano y Turcios.
[6] Probable versión del nombre original: Tarímbaro .
[7] Huantzindeo o Guantzindeo: Lugar de las Huanánchechas o sacerdotisas. Se le dio el nombre a todo el valle desde el Cerro de Tetillas hasta las faldas del Culiacán y lo separaba del Valle de Tarimoro el Río Grande. Se conoce también con ese nombre el antiguo poblado situado frente a lo que es Santo Tomás o hacienda de de esta advocación. Sin embargo el término Valle de Huantzindeo o más comúnmente conocido como Guatzindeo y el de Tarimoro no es tan preciso en el sentido de que necesariamente los separe siempre el mencionado río.
[8] Yuririapúndaro, Orirapúndaro, Urirapúndaro entre otras variantes.
[9] Se ha especulado si se trata del conquistador Juan de Tovar. En el AGI hay un expediente en Justicia Legajo 187, número 2, ramo 2, en el cual reclama a la corona la devolución de dos mitades de encomienda que tuvo: Tequicistlán y Totolcingo. Sabemos que tuvo Xicalán, sin embargo para nada menciona haber sido encomendero de Yuririapúndaro por que le es probable que se trate de otro Tovar que además era Comendador.
[10] También conocido como Carlos Pacheco de Córdova Bocanegra fue el III Marqués de Villamayor de las Ibernias, Caballero de Santiago y I Conde de los Apaseos, se casó con Juan de Torres y Portugal IV Condesa de Villardompardo, sucedió en la encomienda de Acambaro al fallecer su padre
[11] Un a caballería de tierra equivale a 42.8 hectáreas.
[12] Actual Lerma
[13] Se le hizo merced de donación.
[14] Lorenzo Suárez de Mendoza
1 comentario:
en la epoca de la fundación de salvatierra esta sola era una sona casi birjen que al llegar a asentarse no cambio demasiado pero oy en día gracias a la empresas como la supcolor ahora llamada clarión el rio se a estado deteriorando sicnificativamente el medio ambiente
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