miércoles, 29 de mayo de 2013

Salvatierra frente a la historia, la antropología y la economía a través de la arquitectura

Arquitecta Verónica Sánchez Martínez exponiendo el tema  "Lecturas y Significaciones"

Lecturas y significaciones…

Por momentos parecía que nada tenía que hacer un arquitecto, hablando de su tarea, en un seminario de Antropología, Economía e Historia al que fue invitado, a simple vista no parecía coherente; sin embargo, visualizando cada una de las tareas de las ciencias antes mencionadas, pareció que sí, y es que, para cada una de ellas el trabajo del arquitecto será, como otras cosas, una fuente de información para la realización de su labor, de lo que, aceptándolo así, surge luego entonces el cuestionarnos ¿porqué la arquitectura se destruye? ó ¿porqué se hace hoy de la manera como la hacemos?
Es definitivo que hacer arquitectura hoy como se hacía antes, no aplica más, y así lo entenderán los antropólogos, historiadores o economistas al encontrar en los hechos mismos las explicaciones correspondientes, ya que la propia arquitectura, aún sin necesariamente así quererlo, las reflejará para ellos y para todos.
Como muchas tantas cosas, aunque quizá como pocas, la arquitectura a lo largo del tiempo ha sido un testimonio fehaciente del actuar del hombre en su camino de conformación del mundo, un libro abierto a todo aquel que quiera leerlo, convirtiéndose de tal manera en una fuente de información para un Antropólogo, quien, a través de lo que nosotros hagamos y dejemos manifiesto en un edificio o grupo de ellos va a poder interpretar ciertas cosas; un economista hará lo mismo y nos hablará por ejemplo de cómo es que una ciudad fue más rica o menos rica que otra, o cómo es que una colonia dentro de la misma, puede ser clasificada como de escasos o medianos recursos, o como se puede aseverar por ejemplo que otras, como Salvatierra, es una “ciudad palaciega”, según se advierte por la presencia de un cierto número de banderines dispuestos por alguna de sus calles y que así lo afirman. . . los palacios existen donde hay una ciudad que tiene recursos económicos para hacerlos; así, un economista también podrá leer las cuestiones que atañen al interés de su materia; y finalmente, el historiador va a poder hacer lo propio ya que, a lo largo del tiempo hemos ido construyendo de una manera distinta.
La arquitectura que hacemos, o estamos haciendo, respecto a la arquitectura que hicimos hace algún tiempo, evidentemente es completamente diferente.
Lo que hicimos antes habla de lo que fuimos entonces, lo que hacemos hoy, indiscutiblemente habla del tipo de sociedad que somos hoy, sin querer enjuiciar la arquitectura que actualmente hacemos cuestionaremos cómo es que ésta conforma hoy las ciudades, esos espacios que vivimos todos y de lo que a veces parece no somos consciente. Creemos que nuestra casa es única y que como única y propietarios que somos de ella tenemos el derecho absoluto de hacer con ella lo que queramos, pero nunca nos ponemos a pensar que “hacia afuera” tenemos una responsabilidad, pues como seres humanos somos seres sociales y eso que estamos proyectando “hacia afuera” lo estamos entregando a la lectura de toda la gente.
¿Por qué construimos de la manera como lo hacemos actualmente?, ¿por qué queremos pensar que lo que hacemos nosotros en la actualidad es mejor a lo que se hacía antes?, ¿por qué no respetamos lo que ya alguien más generó años atrás?, ¿por qué este afán de negación y destrucción por tanto?  Si yo estoy hablando de que la Arquitectura es una fuente de conocimiento para la Antropología, para la Historia y para la Economía, por supuesto que todos a través de su interpretación, habrán de hablar de lo que está pasando en el mundo contemporáneo, seguro lo harán y seguro advertirán también muy probablemente que la sociedad actual, entre muchas otras cosas además, también destruye, en lugar de construir aquello que lo significa, pues destruimos lo que ya existía para “construir lo nuevo”, no somos capaces de respetarlo, y nos convertimos en destructores más que constructores de nuestra ciudad, sobre todo de sus centros históricos.
Los centros históricos son lo que en una ciudad cualquiera que sea, habla, grita, más que ninguna otra de sus  partes, de lo que es su pasado, condición que parece no importar más y entonces se interviene, como en un texto, fuente primaria de información, al ponerle, por ejemplo, corrector para eliminar una palabra, o borrar alguna letra que podemos incluso sustituir por otra, o bien arrancar parte de la hoja sobre la que está escrito el texto, dejándole incompleto, para no poder saber con precisión en lo sucesivo lo que en origen me quería decir.
Si yo estoy hablando de que un edificio habla y testimonia lo que soy, luego entonces su lectura tendría que ser directa y sin modificaciones, entender algo modificado, manipulado, es mucho más difícil y me podrá dar una idea completamente contraria a lo que en realidad era, destruyendo con ello elementos que hablan de nuestro pasado, un pasado que finalmente, nos guste o no, nos da identidad, una cuestión que no es material, pues no es algo que yo pueda tocar y decir que tengo en mi mano, ¡no!, la identidad es algo que vivo, es algo que siento, es algo que está en el ambiente y es algo que a lo mejor muchos inconscientemente destruimos, pero otros muchos, y es esta una parte no muy bonita de todo esto, es que muchos otros lo hacemos de manera plenamente consciente…
Dicen que un hecho social, una cuestión de origen social, se va a poder dar siempre y cuando uno y varios más del grupo compartamos una misma significación para un determinado hecho. Si nosotros como sociedad estamos destruyendo esto que nos da identidad, quiere decir pues, que no estamos compartiendo esta misma significación, que si posiblemente para mí signifique mucho el que mi ciudad esté lo más conservada posible por lo que ello implica, para una gran mayoría no lo es, y entonces esto no se constituye en un hecho social,  sino al contrario, el hecho social será el que yo destruya, el que yo haga a mi libre consideración, el que yo intervenga sin entender la trascendencia de lo que hago, el que yo no conserve porque no me importa, el que yo haga lo que quiera y como quiera, convirtiéndose ello en lo significativo para la mayoría de la gente y por tanto será lo que esté sucediendo en la ciudad, una ciudad que repito, habla de lo que somos quienes la habitamos y fuimos conformando con la cada una de las casas que construimos los arquitectos y otras que no hacemos los arquitectos, sino otros que nos ayudan, que no necesariamente tienen nuestra misma formación profesional y que muchas veces también inciden, no?, bien o mal, no lo sé pero ahí están, integrando una pieza más para la conformación de la ciudad; así que, lo que tenemos, es justo lo que queremos…

Arq.  Verónica   Sánchez   Martínez
San Andrés de Salvatierra
Febrero  de  2013

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