Un héroe de la crónica de Salvatierra, Vicente Ruiz Arias
Por Pascual Zárate Avila
Vamos hablar de la fundación de Salvatierra y recordar al cronista Vicente Ruiz Arias, quien publicó su texto llamado “Breve Resumen Histórico de Salvatierra, Gto.”, como una edición personal impreso con la ayuda de la imprenta de Agustín Caballero en 1976.
Al cronista Vicente Ruiz lo conocí por primera vez dictando una conferencia en el auditorio de la entonces llamada preparatoria oficial. Fui invitado a conocerlo con especial énfasis por la señora Aida Guerrero Torres.
Recuerdo con claridad la impresión motivada en mí por su exposición, él estaba parado en el estrado de la sala audiovisual, con un pantalón azul celeste, camisa blanca y un saco informal gris, para entonces su cabellera era blanca, moreno de piel. Caminaba por el estrado mientras exponía verbalmente datos históricos de la producción agrícolas de granos y daba el nombre de las haciendas, sus extensiones territoriales y el nombre de sus propietarios en los primeros años del siglo XVII.
Los alumnos y alumnas de preparatoria estaban muy interesados haciéndole preguntas de las haciendas. Entonces, me animé a realizar una pregunta, según yo con sentido de teoría económica, lo interrogué sobre en dónde se comercializaba toda la producción agrícola.
Hizo una disertación teórica al contestar como destino las minas de San Luis Potosí y de la intervención financiera de Pedro Arizmendi Gogorrón, un potentado minero de gran fortuna en el virreinato.
La impresión causada en mí fue la de presenciar una exposición erudita, de una persona con datos concretos económicos regionales y de las haciendas de trigo de Salvatierra.
Lo acostumbrado en las conferencias tradicionales era escuchar la teoría económica abstracta sin dar nombres concretos, específicos y menos con ejemplos de lugares de un municipio. Conocerlo impartiendo cátedra fue como vivir un pesaje de la historia de Salvatierra de una manera alabada por su fuerza productiva.
Hago esto remembranza para hacer notar la forma de aprendizaje por investigación de Vicente Ruiz Arias, un aprendizaje donde organizaba datos de lugares de manera geográfica, por tiempos del calendario y personas protagonistas, todo sucediendo en los siglos cuando comenzó la fundación de Salvatierra.
Era una persona sencilla, de estatura mediana, pelo canoso a temprana edad, lo vi en una banca del primer piso de la presidencia haciendo antesala en 1992, tendría entonces cincuenta años de edad, estaba entonces vestido con un saco de oficina oscuro, así vi siempre su estilo de vestir cuando visitaba Salvatierra.
La Fundación de Salvatierra
Vicente fue un incansable investigador de fuentes primarias en el Archivo General de la Nación. El texto, “Breve Resumen Histórico de Salvatierra”, fue una impresión de imprenta humilde, hecha en 1976, cuando él tenía treinta y cuatro años de edad. La edición fue financiada con su propio pecunio e impresa en la imprenta Caballero, en su sencillo y rústico ejemplar nos cuenta las páginas de oro de la fundación de San Andrés de Salvatierra.
Para Vicente Ruiz fue importante describir las gestiones hechas durante el virreinato y cuyas actas de solicitud están guardadas en el Archivo General de la Nación.
Para el cronista de Salvatierra, el título de ciudad comienza con la emisión de la real cédula dada en Cuenca el 12 de junio de 1642 por Felipe IV, Rey de España, donde otorgar licencia a los virreyes para fundar ciudades en los territorios de ultra mar, otorgando en las actas de fundación el privilegio de recibir la delegación de facultades de decisión propias del Rey de España por parte de los cabildos.
San Andrés de Salvatierra fue la primera ciudad fundada en la provincia de Guanajuato el 1 de abril de 1644, en virtud del título expedido en 9 de febrero del mismo año por el virrey García Sarmiento de Sotomayor, Conde de Salvatierra y Marqués de Sobroso.
Para el investigador de la crónica de Salvatierra, Vicente Ruiz Arias, la fundación de Salvatierra se comenzó a materializar cuando llegaron a la antigua congregación de San Andrés Chochones los emisarios de la Corona española, quienes arribaron con demora, pues tenían treinta días para ejecutar la primera diligencia de nombrar a las autoridades de gobierno de la nueva ciudad española.
En el texto del acta de fundación de San Andrés de Salvatierra, se expresa con claridad el uso del poder recibido como virrey de la corona para decidir el otorgamiento de títulos y privilegios a las poblaciones de la Nueva España: "Por el presente, en nombre de Su Majestad y como su virrey y lugarteniente, concedo licencia y facultad para que en dicho puesto y congregación del antiguo pueblo de Chochones se funde y pueble una ciudad de españoles, conforme a la traza que se diese con toda policía, que se intitule y llame la ciudad de San Andrés de Salvatierra..."
En el texto menciona la expresión “se funde y pueble una ciudad de españoles, conforme a la traza que se diese con toda policía, que se intitule y llame la ciudad de San Andrés de Salvatierra....”, son tres pasos de fundación: demarcar el territorio, nombrar la policía y hacer el registro de su nombre en las cortes virreinales.
Primero hay que nombrar a las autoridades llamadas de Justicia y Regimiento de la ciudad de Salvatierra, dicho como “diese con toda policía”.
Segundo darle traza al territorio y a las manzanas de la ciudad conforme al decreto de 1573 emitido por el Felipe II, el cual era un ordenamiento para regular la edificación las ciudades de los reinos de ultramar.
Tercero, con estos dos pasos cumplidos se registre la existencia de la ciudad intitulada San Andrés de Salvatierra en los archivos de las cortes de la Corona española.
Con el trabajo de consulta del Archivo Histórico de la Nación, el cronista Vicente Ruiz Arias nos hace el relato de los documentos consultados para contar la historia del primer paso de la fundación, la elección de las autoridades de la nueva ciudad:
“El 31 de marzo se presentó el título de fundación a don Lupe de Monsalve y Armendáriz, caballero de la orden de Santiago, alcalde mayor de la villa de Celaya quien obedeció el decreto, mandando se guardará y se cumpliera sacando testimonio para los autos del Cabildo. El día siguiente primero de abril de 1644, el escribano real, don Felipe de Santiago presentó la orden de fundación a don Juan Izquierdo que fungía como teniente de alcalde mayor de Guatzindeo quien de inmediato procedió a su ejecución, seguramente con el repique de las campanas de la antigua iglesia de San Francisco y el insistente pregón de un tambor que se acostumbraba a tener para promulgar en voz alta los asuntos de interés público se reunieron los vecinos en el sitio conocido por la plaza del Pueblito de Chochones ubicado entre el molino de Gogorrón que a partir de esta fecha fue nombrado de la Ciudad y la iglesia de San Francisco. El P. Fr. Diego Díaz, procurador y guardián del convento celebró una misa al Espíritu Santo pasando después todos los asistentes a la casa de don Juan Izquierdo que se encontraba en el sitio que ocupa actualmente el convento de San Francisco donde se celebró la primera sesión de Cabildo y elección de alcaldes ordinarios quedando integrado el Primer Justicia y Regimiento de la ciudad de Salvatierra en la siguiente forma: Gabriel López de Peralta alférez mayor; Juan de Melgar alguacil mayor; Agustín Carranza y Salcedo provincial de la hermandad; Baltazar López de Soria depositario general; Francisco Méndez Tovar escribano; Martín Lucio Negrete escribano de Cabildo; Antonio Guerra escribano público: regidores Felipe Jiménez Larios, Hernando Luis Saavedra, Cristóbal de Estrada Balbín, Miguel de Piña Molina, Rafael Baca, Francisco Bravo. Crisóforo Daza (Lozano). Jurisdicción Civil: Real Audiencia de México; Eclesiástica: Obispado de Michoacán.”
El segundo trámite, el trazo y delimitación del territorio de la ciudad, lo narra Vicente Ruiz de la siguiente manera en su “Breve Resumen Histórico de Salvatierra”:
“El 15 de diciembre de 1644 se despachó un mandamiento al Corregidor para que señalara los sitios ofrecidos para el repartimiento. El primer juez comisionado por el superior gobierno para las medidas de la planta de la ciudad fue don Juan Riquelme de Quirós, quien ejecutó con la asistencia de Gerónimo de Escamilla y algunos capitulares. El 17 de marzo de 1645 colocaron la primera mojonera en la parte Oriente de la ciudad donde cruza la acequia de las ardillas la actual calle de Zaragoza en tierras que tenía sembradas, Don Gabriel. Y continuaba el cordón hacia la labor de Natalia Ponce de León hasta donde cruzaban las dos acequias corriendo la medida para el sur 60 cordeles y dejando este lugar continuaron por la parte poniente hacia el Río Grande con 30 cordeles y de este paraje al norte otro 60 hasta el camino real viejo que iba de Salvatierra a Celaya.
La planta de la ciudad se hizo conforme al título en cual es un resumen de los ordenamientos y cédulas para el gobierno de Indias que se decretaron en San Lorenzo el 3 de julio de 1573 y contiene el libro IV título VII (de la población de ciudades y villas) de la recopilación de leyes de Indias.
Señalado el sitio para la Plaza Mayor que no debía ser menor de 200 pies de ancho y 300 de largo ni mayor de 800 pies de largo y 300 de ancho. Porque este tamaño era el recomendado para las fiestas de a caballo y otras necesidades de la población; sacando de ella las calles y caminos principales de tal forma que no detuvieran y continuara su desarrollo y había la disposición que las casas se construyeran en el margen derecho del río para que el sol de la mañana lo recibieran la población y no el agua.
Don Gabriel fue cesado del oficio de Corregidor y el 3 de enero de 1646 se comisionó al Fiscal, Pedro de Navia para que se presentara en el Valle de Huatzindeo para repartir solares a los capitulares y vecinos para lo cual se le señaló un término de 40 días con un sueldo de 10 pesos diarios que se pagarían de los propios de la ciudad.”
El tercer paso de la fundación de la ciudad de San Andrés de Salvatierra es cuando queda registrado el nombre de la ciudad en los archivos de las cortes de la Corona Española, así lo relata nuestro cronista acucioso en la consulta de los oficios virreinales:
“El 19 de febrero de 1646 quedó señalada la jurisdicción de la nueva ciudad, pero se hizo constar que no estaban señaladas las cuatro leguas concedidas por encontrar contradicciones en las jurisdicciones de la villa de Celaya, Salamanca y Corregimiento de Cuitzeo.
Don Francisco Fernández de la Cueva Enríquez, Duque de Alburquerque, virrey de la Nueva España por solicitud del Cabildo y para que los alcaldes ordinarios no tuvieran obstáculo para el ejercicio de sus funciones, el 26 de noviembre de 1705 confirió su jurisdicción.”
La importancia de San Andrés de Salvatierra en la región se puede apreciar con las facultades recibidas para el Corregimiento de la ciudad, la de llevar los asuntos de gobierno de Yuriria y Acámbaro, teniendo nombrado en la ciudad un alcalde mayor.
Para precisarnos esta facultad Ruiz Arias escribe lo siguiente en su texto de historia de Salvatierra:
“En la jurisdicción del Corregimiento de la nueva ciudad quedaron sujetos los pueblos de Yuriria y Acámbaro; quedando (Salvatierra) agregado a la alcaldía mayor de Celaya por lo que fue nombrado un teniente de alcalde mayor.”
La lectura del título firmado por el virrey García Sarmiento de Sotomayor el 9 de febrero de cada año, es una tradición señalada como un compromiso de la ciudad de recordar en todas las eras al virrey Conde de Salvatierra.
Junto al virrey ahora también recordamos a su cronista salvaterrense, Vicente Ruiz Arias, de grata memoria.
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