miércoles, 23 de julio de 2008

El ideal de una ciudad rural, un sueño humanista americano del siglo XVIII

por Lucrecia de Penedo, Universidad Rafael Landívar. Ciudad de Guatemala, Guatemala.
Asimismo, la dicotomía roussoniana entre interés individual e interés general va a ser enfrentada por nuestro autor como un conflicto más de tipo ético a través de una confrontación que ya hemos definido como la opo­sición entre vicio y virtud. La primera, proyectada sobre lo urbano-mercantil-industrial y la segunda sobre lo rural-agrícola-autárquico. En ese estado ideal no debe privar, según se desprende de la atenta lectura del texto landiva­riano, ni un poder dictatorial -que podría estar represen­tado por la monarquía extranjera-, pero tampoco por una anarquía de libertinaje y relajamiento de la moral.
Así lo ve Mata Gavidia en la utopía de los castores:
"República humana, idealmente humanizada donde lo colectivo ayuda a lo individual y lo in­dividual es secreto de comunidad. Ahi se habla de educación materna, de colaboración laboral, todo en el seno del más simbólico naturalismo" ( … )33 El subrayado es nuestro.
Y también señala el estudioso guatemalteco cómo sólo el hombre resulta enemigo de esta utopía, lo que vendría a confirmar la aseveración de que Landívar temía que el hombre "civilizado" contaminara de su egoísmo a esta sociedad idealmente generosa.
Hasta aquí hemos delineado la visión del mundo lan­divariano dentro del contexto de las diversas opciones que ofrecía el mundo de la Ilustración. Como se habrá po­dido observar, Rafael Landívar no asume mecánica ni pa­sivamente con afán ortodoxo ninguna de ellas, sino que asimila críticamente algunos elementos de las mismas. Toma lo que se podría adoptar con justicia a la situación de dependencia de su tierra americana para expresar un anhelo libertador, siempre y cuando se tuvieran como una constante insoslayable los valores morales del hombre cristiano creyente, como lo fue el sacerdote jesuita. Inten­ta, pues, también en este aspecto, una síntesis bastante afortunada.
Entramos a tratar brevemente lo relativo a la posi­ción independentista de nuestro autor. Ya hemos señala­do varias veces que Landívar asume una posición domina­da por la ética frente al problema humano. Por lo tanto, básicamente las soluciones que él ofrece para el problema del hombre americano serán de índole cultural y ética; su­per -estructurales, en otras palabras.
La coyuntura histórica nos muestra cómo a finales del siglo XVIII España va perdiendo preponderancia y hegemonía mundial, por un lado, y por otro, los habitan­tes criollos de nuestro continente desean participar de lle­no en el comercio y ampliar los mercados monopolizados por los españoles, Si a esto se suma la explotación que cualquier situación de dependencia genera y la introducción de las ideas de la Ilustración, comprenderemos el surgimiento de los movimientos independentistas hispano­americanos. Todo lo anterior se manifiesta veladamente en las páginas de la Rusticatio Mexicana.
Ciertamente la temática abiertamente independentista hará una aparición posterior en nuestras letras, pre­cisamente cuando la independencia ya se ha logrado, pero si podemos afirmar que en el poema landivariano ya en­contramos algunos de los gérmenes independentistas que elaborará de manera más sistemática la literatura román­tica hispanoamericana. En un cierto modo, pues, podría hablarse de actitudes prerrománticas en Landívar y este es otro interesante asunto que todavía está por investi­garse, pues no tenemos noticia de algún estudio que lo ha­ya contemplado a fondo.

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