por Lucrecia de Penedo, Universidad Rafael Landívar. Ciudad de Guatemala, Guatemala.
Asimismo, la dicotomía roussoniana entre interés individual e interés general va a ser enfrentada por nuestro autor como un conflicto más de tipo ético a través de una confrontación que ya hemos definido como la oposición entre vicio y virtud. La primera, proyectada sobre lo urbano-mercantil-industrial y la segunda sobre lo rural-agrícola-autárquico. En ese estado ideal no debe privar, según se desprende de la atenta lectura del texto landivariano, ni un poder dictatorial -que podría estar representado por la monarquía extranjera-, pero tampoco por una anarquía de libertinaje y relajamiento de la moral.
Así lo ve Mata Gavidia en la utopía de los castores:
"República humana, idealmente humanizada donde lo colectivo ayuda a lo individual y lo individual es secreto de comunidad. Ahi se habla de educación materna, de colaboración laboral, todo en el seno del más simbólico naturalismo" ( … )33 El subrayado es nuestro.
Y también señala el estudioso guatemalteco cómo sólo el hombre resulta enemigo de esta utopía, lo que vendría a confirmar la aseveración de que Landívar temía que el hombre "civilizado" contaminara de su egoísmo a esta sociedad idealmente generosa.
Hasta aquí hemos delineado la visión del mundo landivariano dentro del contexto de las diversas opciones que ofrecía el mundo de la Ilustración. Como se habrá podido observar, Rafael Landívar no asume mecánica ni pasivamente con afán ortodoxo ninguna de ellas, sino que asimila críticamente algunos elementos de las mismas. Toma lo que se podría adoptar con justicia a la situación de dependencia de su tierra americana para expresar un anhelo libertador, siempre y cuando se tuvieran como una constante insoslayable los valores morales del hombre cristiano creyente, como lo fue el sacerdote jesuita. Intenta, pues, también en este aspecto, una síntesis bastante afortunada.
Entramos a tratar brevemente lo relativo a la posición independentista de nuestro autor. Ya hemos señalado varias veces que Landívar asume una posición dominada por la ética frente al problema humano. Por lo tanto, básicamente las soluciones que él ofrece para el problema del hombre americano serán de índole cultural y ética; super -estructurales, en otras palabras.
La coyuntura histórica nos muestra cómo a finales del siglo XVIII España va perdiendo preponderancia y hegemonía mundial, por un lado, y por otro, los habitantes criollos de nuestro continente desean participar de lleno en el comercio y ampliar los mercados monopolizados por los españoles, Si a esto se suma la explotación que cualquier situación de dependencia genera y la introducción de las ideas de la Ilustración, comprenderemos el surgimiento de los movimientos independentistas hispanoamericanos. Todo lo anterior se manifiesta veladamente en las páginas de la Rusticatio Mexicana.
Ciertamente la temática abiertamente independentista hará una aparición posterior en nuestras letras, precisamente cuando la independencia ya se ha logrado, pero si podemos afirmar que en el poema landivariano ya encontramos algunos de los gérmenes independentistas que elaborará de manera más sistemática la literatura romántica hispanoamericana. En un cierto modo, pues, podría hablarse de actitudes prerrománticas en Landívar y este es otro interesante asunto que todavía está por investigarse, pues no tenemos noticia de algún estudio que lo haya contemplado a fondo.
Asimismo, la dicotomía roussoniana entre interés individual e interés general va a ser enfrentada por nuestro autor como un conflicto más de tipo ético a través de una confrontación que ya hemos definido como la oposición entre vicio y virtud. La primera, proyectada sobre lo urbano-mercantil-industrial y la segunda sobre lo rural-agrícola-autárquico. En ese estado ideal no debe privar, según se desprende de la atenta lectura del texto landivariano, ni un poder dictatorial -que podría estar representado por la monarquía extranjera-, pero tampoco por una anarquía de libertinaje y relajamiento de la moral.
Así lo ve Mata Gavidia en la utopía de los castores:
"República humana, idealmente humanizada donde lo colectivo ayuda a lo individual y lo individual es secreto de comunidad. Ahi se habla de educación materna, de colaboración laboral, todo en el seno del más simbólico naturalismo" ( … )33 El subrayado es nuestro.
Y también señala el estudioso guatemalteco cómo sólo el hombre resulta enemigo de esta utopía, lo que vendría a confirmar la aseveración de que Landívar temía que el hombre "civilizado" contaminara de su egoísmo a esta sociedad idealmente generosa.
Hasta aquí hemos delineado la visión del mundo landivariano dentro del contexto de las diversas opciones que ofrecía el mundo de la Ilustración. Como se habrá podido observar, Rafael Landívar no asume mecánica ni pasivamente con afán ortodoxo ninguna de ellas, sino que asimila críticamente algunos elementos de las mismas. Toma lo que se podría adoptar con justicia a la situación de dependencia de su tierra americana para expresar un anhelo libertador, siempre y cuando se tuvieran como una constante insoslayable los valores morales del hombre cristiano creyente, como lo fue el sacerdote jesuita. Intenta, pues, también en este aspecto, una síntesis bastante afortunada.
Entramos a tratar brevemente lo relativo a la posición independentista de nuestro autor. Ya hemos señalado varias veces que Landívar asume una posición dominada por la ética frente al problema humano. Por lo tanto, básicamente las soluciones que él ofrece para el problema del hombre americano serán de índole cultural y ética; super -estructurales, en otras palabras.
La coyuntura histórica nos muestra cómo a finales del siglo XVIII España va perdiendo preponderancia y hegemonía mundial, por un lado, y por otro, los habitantes criollos de nuestro continente desean participar de lleno en el comercio y ampliar los mercados monopolizados por los españoles, Si a esto se suma la explotación que cualquier situación de dependencia genera y la introducción de las ideas de la Ilustración, comprenderemos el surgimiento de los movimientos independentistas hispanoamericanos. Todo lo anterior se manifiesta veladamente en las páginas de la Rusticatio Mexicana.
Ciertamente la temática abiertamente independentista hará una aparición posterior en nuestras letras, precisamente cuando la independencia ya se ha logrado, pero si podemos afirmar que en el poema landivariano ya encontramos algunos de los gérmenes independentistas que elaborará de manera más sistemática la literatura romántica hispanoamericana. En un cierto modo, pues, podría hablarse de actitudes prerrománticas en Landívar y este es otro interesante asunto que todavía está por investigarse, pues no tenemos noticia de algún estudio que lo haya contemplado a fondo.
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