viernes, 14 de noviembre de 2008

Poemas de Ana María de López Tena.

Fotografía de Ana María de López Tena


Fuente de la casa de Ana María de López Tena en Salvatierra, Gto.

Vista panorámica de la ciuda de Salvatierra, con las torres de la parroquia, y de los templos franciscanos de San Antonio y San Francisco.
La noche lloró:
me lo ha contado hoy el alba,
y las cuencas de la tierra
están temblando de lágrimas.
¡La noche anoche lloró
sin que yo la acompañara!.

Noche clara o noche oscura,
noche de estrellas prendada,
¡la noche siempre conmigo!.
Ella y yo somos hermanas.
ella del llanto fecundo
y yo, de la estéril lágrima... (fragmento)


Fotografía de Ana María de López Tena en su casa, siendo la primera mujer que vistiera pantalones en Salvatierra.
Yo
Cerrada está la puerta de mi último aposento,
y abierta para todos mi primera morada.
Es para mí un refugio si me siento cansada,
mas no digas a nadie si notas que me ausento.

No pretendas ahondar: es mudo el pensamiento.
Si imaginar quisieras, imagina que hay nada,
y en la puerta cerrada se fija tu mirada
que se rompe y se va, como el mar, como el viento...



Vista de la explana Agustín Carranza y Salcedo y del conjunto del edificio del ex-convento de los Carmelitas Descalzos y templo de San Ángelo
.
Yo vivo del ritmo en pos,
ritmo grave y señorial.
Por eso tiene mi voz
cierto sabor conventual,
impregnada del ambiente,
de la hondura de la fuente
y del farol colonial.

Cante o llore, es natural.
canto con la voz del río
de acento sentimental.
Lloro en el sauce sombrío
y, si me muestro orgullosa,
me lo contagió la rosa
que se adorna con rocío. (fragmento)

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