domingo, 29 de mayo de 2011

Ante la crisis del humanismo moderno la última utopía de José Ángel Córdova en Guanajuato


Celaya, Gto. foto de Rafael Santana

Los jóvenes de la Plaza de Madrid llevaron su presencia física al corazón de España y a varias ciudades más, para manifestar la imposibilidad cultural de la representación popular por los gobernantes. Retomaron el pensamiento de Charles Baudelaire, el poeta maldito del movimiento contracultural del siglo XIX.
La representación popular de la soberanía estatal es imposible, dicen las voces europeas, lo que si existe es el egoísmo del hombre. No existe la entrega del hombre por los otros sin ningún interés, como lo proclama el humanismo de Jean Jaques Roussou en su obra "El Contrato Social" y , tampoco existe tal como lo predica el humanismo cristiano de Jaques Maritain para la política que pone al hombre en el centro de su quehacer.
La crisis del humanismo se declara como una acción egoísta inherente al hombre, la cual esta clara, evidente e indubitable de manera manifiesta en la aspiración de la candidatura del Delfín del Gobernador. A todas luces el grupo de promoción de dicho precandidato, colocan al ciudadano como predicado del Delfín oficial. Es decir, será su motivación egoísta la que le otorgue el desarrollo a las regiones, de acuerdo a sus propios intereses de grupo, que no según el interes central del humanismo, que pide una entrega sin mezquindades desde el poder para desarrollo de los demás.
La última utopía humanista la representa José Ángel Córdova Villalobos, que surge como representante manifiesto de tres ciudadanos que también aspiraban a ser los abanderados. Tres ciudadanos de la clase política que creen en la representación de un candidato, de su desinterés, de su desprendimiento de mezquindades egoístas.
Pero además, consecuente con la última utopía humanistas pide que todos los ciudadanos que crean en la representación de los partidos políticos y sus candidatos, ejerzan un voto en elecciones internas del Partido Acción Nacional, Córdova con esta propuesta, entonces, sostiene que es posible que con su aspiración a formar una candidatura humanista, los ciudadanos en general se vean representados y den su confianza al partido político que lo presenta, asistiendo a la contestación de encuestas de preferencia electoral.
Lo más probable es que los otros precandidatos sigan fieles a su lógica de la crisis del humanismo, es decir, a retirar las decisiones políticas de la opinión del ciudadano de a pie, del que no está ideologizado, del que cree que sus intereses cuentan para recibir la universalidad del bien común en escuelas, hospitales, empleo, participación cívica, seguridad, transparencia y posibilidades de sueño juvenil.
Debemos jugar a favor de la creencia en el humanismo político, de que efectivamente Córdova Villalobos podrá ser un representante desprendido de egoísmos de grupo, clase, género y región para asumir con convicciones basadas en principios y valores que ponen al hombre y a la mujer como fines de la política pública de gobierno estatal, y no como medios de ideologías y de intereses de dominación económica por regiones desarrolladas como lo es el corredor industrial, dejando a las sociedades pre-tecnologicas del sur y del norte sin cambios , estáticas, por así convenirle a las sociedades tecnológicas del corredor guanajuatense.

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