sábado, 2 de agosto de 2008

El filósofo de la Cruz; de la dignidad de la persona: Job.

San Jacobo

Pintura de un hombre concentrado en la prédica de la ciencia de la Cruz; san Jacobo, (interpretamos que se trata de Job, quien vivió hacia el año 2000 a. c.).

La pintura mural, que se encuentra en un costado del crucero, en el templo del santuario de Nuestra Madre Santísima de la Luz en Salvatierra, Guanajuato, nos presenta a un hombre caminando, con vestido de lana y una cobija de algodón, que son muestra de su riqueza. Lleva un bastón, y un libro, dado que el relato de Job es el primer libro del Antiguo Testamento. A lo lejos se ve un caserío, con el signo de la cruz en sus techos y cúpulas, indicando que, la prédica de la palabra de Dios, cayó en tierra fértil. El rostro, refleja la expresión de alguien que ha pasado felizmente por un gran tormento. El báculo, representa la misión itinerante del profeta cristiano, el báculo es su sostén en las largas caminatas y es, también, un instrumento para señalar la conducta en la vida, siguiendo la palabra de Dios, la cual esta representada por el libro de las Sagradas Escrituras, que lleva en la mano izquierda. Job es el primer filósofo de la Biblia.

La filosofía del dolor como alumbramiento de la dignidad de la persona

El tema eterno del dolor, y sus causas, es presentado por Job como una interrogante. Para Job, no hay relación directa, entre el dolor y las calamidades personales, no los considera como un castigo de Dios, que, aunque sólo Dios puede enviar el dolor, tiene Dios, para Job, en su intención, motivos que son inescrutables para la mente humana. Job sufre, con dudas, las razones sobre la justicia de su sufrimiento, pero sentirse justo es su falta mayor, por haber requerido una explicación de Dios. La cuestión, esta puesta por Job, el sufrimiento es una situación humana que se debe llevar como prueba de fe, no como castigo divino. Sufrir, sin tener causa alguna para ello, es la identificación de Job con la Virgen María, y con Jesucristo. María, sabe desde la presentación de Jesús en al templo, en el día de la purificación, el destino que le espera a su hijo Jesús, pues, Simeón, le dice que una espada cruzará el corazón a la Virgen María.
La santidad de María, está dada en el sufrimiento que soporta siendo pura, inmaculada y dulce. El cuadro más cercano, a las preguntas de Job por el dolor, lo representa el cuadro de María sentada, bajo los pies de su Hijo crucificado, una expresión exenta de amargura, y de resentimiento, por los hombres que lo sacrificaron, y por Dios que le puso la misión de la Cruz a su Hijo. La obediencia y humildad de María, se asemejan a la paciencia de Job, por las pruebas a las que fue sometido, aunque en María, el sufrimiento tiene la forma de la gratuidad, dado que lo acepta sin el consuelo de esperar la alegría de la Resurrección de su Hijo.

El martirio como indicador de la verdad es la enseñanza del filósofo de la Biblia

De la experiencia de las pruebas impuestas a Job por Dios, se derivan la noción de lealtad, de entrega a una causa. Del sacrificio, como forma mística, de defender un ideal. Los movimientos social cristianos, como el sinarquismo, aseguran, que los actos heroicos, del martirio, señalan la verdad de las causas. Los primeros sinarquistas predicaron, que de la sangre derramada de sus mártires, renacería la fuerza de espíritu para salvar a México. Ellos, fundaron un movimiento de masas, que siguió el camino de paz y manso sacrificio, para lograr que sus objetivos, de promover los plenos derechos y deberes de la ciudadanía, fueran el camino para acabar con el México sumido en la pobreza, la desigualdad y la injusticia.
En Salvatierra, durante la guerra cristera, los habitantes le encomendaron, a la Virgen de la Luz, su intercesión como abogada, para darle paz a la Iglesia mexicana, y libertad religiosa al pueblo de México. Llegada la paz, cumplieron la promesa de coronar a la Virgen de la Luz, en una ceremonia que hicieron dentro del recinto, a unos pasos de la puerta, el 24 de mayo de 1939. , autorizados por el papa Pío IX, mediante Breve Pontificio, que ejecutaron el arzobispo de México y el nuncio apostólico: Luís María Martínez y Leopoldo Ruiz y Flores.
Cinco años después, a instancias de salvaterrenses sinarquistas, la estatuilla de la Virgen de la Luz, fue desenclaustrada de su camerín central en el templo, --seguían el ejemplo de los templos re-abiertos por ellos en el país--, para una caminata, luego de 20 años de no ser vista en las calles. La cargaron en andas, era una multitud de hombres y mujeres especialmente congregados, el dos de febrero de 1944, para la celebración del Tercer Centenario de la Fundación, de la muy noble y leal ciudad de San Andrés de Salvatierra. Jesús Guisa dirijió un memorable discurso, animándolos: “No sólo es conveniente, sino necesario”.
A los juegos florales del Tercer centenario, llegó un poema de Federico Escobedo, versos, espiritualmente identificados, con la acción realizada por la valentía mística del pueblo fiel:

Canto secular a Salvatierra

Por encima de la guerra. ,
hoy, hijos de Salvatierra. ,
de la paz la insignia alzad!…
y a Jesús, que os ha salvado. ,
y vuestra urbe edificado. ,
grande gloria tributad!...
Mas, con nuevo don excedes
a las ya dadas mercedes. ,
de los cielos al sacar. ,
por nosotros, a la pía. ,
dulce Virgen, a María. ,
de la Cruz Madre sin par!...

Por tal don asaz dotada
nuestra tierra, ya salvada
bate palmas con placer. ,
y la frente alza triunfante. ,
para así la del gigante. ,
Culiacán tocar poder!...
(fragmento del poema de Escobedo)
(Esta página es parte del libro "Santuario de Nuestra Madre Santísima de la Luz", escrito por Pascual Zárate Avila).

2 comentarios:

Unknown dijo...

Santus Jacobus... es Santiago, es una pintura del Santiago apóstol, vestido de peregrino, recordando la peregrinación a Santiago de Compostela en España.
Viene de Sanctus Iacobus, que se une a Sant-Iaco = Santiago

Unknown dijo...

Santus Jacobus... es Santiago, es una pintura del Santiago apóstol, vestido de peregrino, recordando la peregrinación a Santiago de Compostela en España.
Viene de Sanctus Iacobus, que se une a Sant-Iaco = Santiago