miércoles, 13 de agosto de 2008

A la ciudad de la Antigua Guatemala.


¡Oh, salve, Patria para mí querida,
mi dulce hogar, oh, salve, Guatemala!.
Tú el encanto y origen de mi vida.
¡Cuánto, tierra bendita, se regala
el ánimo, evocando de tu suelo
las prendas todas, de natura gala!.
Me acuerdo de tu clima y de tu cielo. ,
a tus fuentes me asomo, y se pasea
por tus henchidas calles ¡ay! mi anhelo.
En tus templos mi vista se recrea. ,
y a la sombra encontrarme de tus lares. ,
a ti volando el corazón desea.
A veces me parece los pinares
divisar de tus montes, y las frondas
que esmeraldas semejan a millares.
Ver, --por las mieses--, tus campiñas blondas. ,
campiñas en perenne primavera. ,
a las que riegan cristalinas ondas.
Con frecuencia la imagen placentera
surge en mi mente de tus grandes ríos
que huyendo van en rápida carrera
en torno de sus márgenes umbríos. ,
o bien el interior de tus hogares
ver me figuro lleno de atavíos.
Vuela después mi mente a otros lugares. ,
y sorprende jardines matizados
a Venus por las rosas singulares.
Mas... ¿ä dó se encaminan exaltados
mis pensamientos, cuando aun los tapices
de seda evoco en oro recamados. ,
y el pupúreo vellón?... Firmes raíces
el patrio amor en nuestras almas echa. ,
al refrescar memorias tan felices.
Memorias en que, al verse por la flecha
del infortunio herido, luego ufano
en ellas paz el ánimo cosecha.
pero me engaño, que injuriosa mano
vino a agitar mi sosegada mente. ,
y mi ánimo a burlar ensueño vano.
¡Ay! la ciudad que ayer fuera esplendente
alcázar y del reino la señora. ,
admiración y pasmo de la gente. ,
¡de piedras un acervo es sólo ahora!
casas, templos y calles... no le quedan. ,
y aún del monte a las cumbre protectora
no sabe por dö ir, pues se lo vedan
los edificios que, en fatal rüina. ,
de su altura hasta el polvo ruedan.
¡Todo cae!... Parece que fulmina
sus alígeros fuegos el Tonante. ,
y con su roce todo lo extermina.
Mas, ¿para qué deploro sollozante
tanta escena de muerte y tanto estrago?.
¡Espectáculo nuevo ved delante!...
Surgen ya del sepulcro, y por el vago
viento nuevas mansiones gallardean
y altos templos; del céfiro al halago
las fuentes, antes mudas, ya vocean. ,
torna el pueblo a llenar la “avenida”. ,
y alma quietud a cuantos la desean.
Más que de Egipto, el ave esclarecida. ,
dichosa Guatemala, nuevamente
de sus cenizas saca vida.
¡oh rediviva madre!, alza la frente
en júbilo bañada, y ya, al amparo
de otro nuevo desastre, largamente
puedas vivir. En tanto, yo, del preclaro
triunfo que de la muerte has obtenido. ,
celebraré en mis versos sin reparo. ,
y haré sea en los astros conocido.
Por fin, mi ronco plectro con intensa
ternura te consagro; y sólo pido
tenerte a ti, por premio y recompensa.
Autor del poema en hexámetros latino, Rafael Landívar. ,
traducido al español por Federico Escobedo en las Geórgicas Mejicanas.

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