domingo, 14 de marzo de 2010

Un preámbulo a los principios del proyecto de hacer de Salvatierra una Ciudad Educadora por Pascual Zárate


Una explicación a las reformas de la Carta de Ciudades Educadoras

En el congreso mexicano de noviembre de 2009 el filósofo Joan Manuel del Pozo impartió una conferencia inaugural donde explicó los conceptos fundamentales de la Carta de Ciudades Educadoras. Precisó la justificación de las reformas efectuadas por él en el VIII Congreso Internacional de Ciudades Educadoras (Génova, 2004). Del Pozo desarrolló tres puntos esenciales de la actual Carta, el primero sobre la concepción historicista que plantea que todo cuanto el hombre hace es explicable por el hombre mismo, dado que es el generador del hecho y conoce las intenciones y el contexto histórico que lo posibilita. En el segundo planteó que la ciudad edificada y sus trasformaciones son, entonces, explicadas por las diferentes generaciones de la ciudad. Las instituciones sociales, las formas de trabajo, la lengua y las creencias le forman un sentido de vida a los niños y jóvenes, quienes viven la ciudad como un proceso de aprendizajes espontáneos junto a emociones vivenciales en sus experiencias de socialización citadina. En el tercero concluye que cuando las partes de la ciudad son explicadas de manera dirigida, sistemática, continuada y graduada a las nuevas generaciones por los actores mismos de sus transformaciones, en el lugar mismo donde ocurren, para el joven y el niño la ciudad convierte a la educación en vida, en emociones, en interés por el conocimiento y sentido de vida. Este punto es el esencial de la Carta inicial del I Congreso Internacional de Ciudades Educadoras celebrado en Barcelona en 1990, recogieron los principios básicos para el impulso educativo de la ciudad. Partían del convencimiento de que el desarrollo de sus habitantes no puede dejarse al azar. La Carta también fue revisada en el III Congreso Internacional (Bolonia, 1994).
La Carta se fundamenta en la Declaración Universal de Derechos Humanos (1948); en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (1966); en la Convención sobre los Derechos de la Infancia (1989); en la Declaración Mundial sobre Educación para Todos (1990), y en la Declaración Universal sobre la Diversidad Cultural (2001).


Pensar la Carta de Ciudades Educadoras para Salvatierra
El municipio de Salvatierra posee múltiples posibilidades educadoras: plazas y jardines con un amplio contenido histórico, una biblioteca pública con gran tradición, edificios religiosos de gran valor arquitectónico, una fábrica textil moderna, escuelas de enseñanza superior en educación normalista, universitaria, tecnológica; escuelas preparatorias que aumentan su matrícula y modernizan su equipo didáctico; organizaciones civiles, uniones de comerciantes, sindicatos, grupos de laicos, festividades tradicionales, unidades deportivas, comités locales partidistas, publicaciones periódicas, centros sociales, archivos históricos, museos y radiodifusoras. Por otra parte, también tiene fuerzas deseducadoras como fachadas con grafitis, colonias con costumbres de ingerir bebidas embriagantes en la vía pública y narcomenudeo, deserción escolar, violencia intrafamiliar, obesidad de la población infantil, proliferación de cantinas y perdida de la comunicación intergeneracional. La ciudad de Salvatierra posee una energía de fuerzas educadoras que permiten la formación integral de las personas, con agentes educadores que actúan de manera permanente, plural y desde diferente puntos conectados entre sí, como lo hace la familia, la educación pastoral, los clubes de servicios, los consejos de cultura, las asociaciones de pintores, las dependencias municipales, la extensión universitaria y el sistema escolarizado. Las acciones deseducadoras son menos abundantes que las acciones educadoras en el municipio, por ello la personalidad de Salvatierra es reconocida como pacífica, humanista, tradicionalista, recreativa y conservadora.
La identidad de Salvatierra se advierte fácilmente, el ícono de la Virgen de la Luz es una parte central, además de su vocación agrícola y textil que caracteriza a la región del Bajío. Se asocia institucionalmente con Acámbaro, Yuriria, Moroleón, Uriangato, Santiago Maravatío, Tarimoro, Celaya y Cortazar; teniendo conexiones carreteras y permanentes intercambios comerciales, familiares y culturales. El entorno posibilita la construcción de una ciudad educadora con una gran riqueza cultural para aprender, intercambiar, compartir y, por tanto, multiplicar las experiencias vivenciales de los salvaterrenses.
En la Carta de Ciudades Educadoras se describe las líneas estratégicas de un plan de desarrollo educativo a largo plazo, indicando el proyecto esencial de incorporar el servicio educativo del mismo modo como lo presta la administración municipal, en áreas de la seguridad pública, los servicios de limpia y desarrollo social: “La ciudad educadora ha de ejercitar y desarrollar esta función paralelamente a las tradicionales (económica, social, política y de prestación de servicios), con la mira puesta en la formación, promoción y desarrollo de todos sus habitantes. Atenderá prioritariamente a los niños y jóvenes, pero con voluntad decidida de incorporación de personas de todas las edades a la formación a lo largo de la vida. Las razones que justifican esta función son de orden social, económico y político; orientadas, sobre todo, a un proyecto cultural y formativo eficiente y convivencial. Estos son los grandes retos del siglo XXI: en primer lugar, "invertir" en la educación, en cada persona, de manera que ésta sea cada vez más capaz de expresar, afirmar y desarrollar su propio potencial humano, con su singularidad, creatividad y responsabilidad. En segundo lugar, promover condiciones de plena igualdad para que todos puedan sentirse respetados y ser respetuosos, capaces de diálogo. Y, en tercer lugar, conjugar todos los factores posibles para que pueda construirse, ciudad a ciudad, una verdadera sociedad del conocimiento sin exclusiones, para lo que hay que prever, entre otras necesidades, un acceso fácil de toda la población a las tecnologías de la información y de las comunicaciones que permiten su desarrollo.”
El espacio institucional ya existente para armar intervenciones con espíritu educativo, tanto dirigido a la población escolarizada como a los grupos sociales y de colonia, es el Consejo Municipal de Participación Social en la Educación. Este consejo deberá tener un espíritu de colaboración apoyando mutuamente los proyectos de estudio e inversión, en cooperación directa o colaborando con organismos internacionales.
La creación del consejo es indispensable, pues es un recurso fundamental en la formación plena de las habilidades críticas y participativas de las personas ante los retos y perspectivas de un cambio de etapa, pues la etapa actual es de cambios globales, con centros de poder que invaden todos los aspectos de la vida de las personas, empezando en sus hogares. El gobierno local municipal debe contar con una ciudadanía capaz de realizar intervenciones desde el mundo local en la complejidad mundial, y para mantener su autonomía ante una información desbordada y controlada desde centros de poder económicos y políticos. Para ello es necesaria la vinculación entre las carreras modernas del municipio con la educación básica y una constante difusión con empresas y organismos empresariales y sociales, surgiendo programas desde el ámbito de planeación del Consejo Municipal para la Participación Social en la educación.
La protección del niño y del joven en la ciudad no consiste sólo en privilegiar su condición. Importa además hallar el lugar que en realidad les corresponde junto a unas personas adultas que posean como virtud ciudadana la satisfacción que debe presidir la convivencia entre generaciones. Niños y adultos aparecen, a principios del siglo XXI, necesitados por igual de una educación a lo largo de la vida, de una formación siempre renovada.
La ciudadanía global se va configurando sin que exista todavía un espacio global democrático, sin que muchos países hayan alcanzado una democracia efectiva y a la vez respetuosa con sus genuinos patrones sociales y culturales y sin que las democracias con mayor tradición puedan sentirse satisfechas con la calidad de sus sistemas. En tal contexto, las ciudades de todos los países deben actuar, desde su dimensión local, como plataformas de experimentación y consolidación de una ciudadanía democrática plena, promotoras de una convivencia pacífica mediante la formación en valores éticos y cívicos, el respeto a la pluralidad de las diversas formas posibles de gobierno y el estímulo de unos mecanismos representativos y participativos de calidad.
La diversidad es inherente a las ciudades actuales y se prevé un incremento aún mayor en el futuro. Por ello, uno de los retos de la ciudad educadora es promover el equilibrio y la armonía entre identidad y diversidad, teniendo en cuenta las aportaciones de las comunidades que la integran y el derecho de todos los que en ella conviven a sentirse reconocidos desde su propia identidad cultural.
Vivimos en un mundo de incertidumbre que privilegia la búsqueda de seguridad, que a menudo se expresa como negación del otro y desconfianza mutua. La ciudad educadora, consciente de ello, no busca soluciones unilaterales simples; acepta la contradicción y propone procesos de conocimiento, diálogo y participación como el camino idóneo para convivir en y con la incertidumbre.
Se afirma pues, el derecho a la ciudad educadora, que debe entenderse como una extensión efectiva del derecho fundamental a la educación. Debe producirse una verdadera fusión, en la etapa educativa formal y en la vida adulta, de los recursos y la potencia formativa de la ciudad con el desarrollo ordinario del sistema educativo, laboral y social.
El derecho a la ciudad educadora debe ser una garantía relevante de los principios de igualdad entre todas las personas, de justicia social y de equilibrio territorial. Ello acentúa la responsabilidad del actual gobierno municipal en el sentido de desarrollar todas las potencialidades educativas que alberga la ciudad, incorporando a su proyecto político los principios de la ciudad educadora.


1 comentario:

Jeremias Ramírez Vasillas dijo...

Buenas noches Pascual:

Es muy interesante lo que expones sobre cuidades educadores, incluso el video que se subió en el blog de "Observatorio Cultural" es muuy interesante y loable tu esfuerzo en Salvatierra.

Y sería aún más interesante contar con tu presencia en el Foro Internacional sobre Multiculturalidad. Ponte en contacto con el Dr. Ricardo Contreras para que te incluyan en la mesa de cultura y compartas con nosotros tu visión.

Yo trabajo en el Campus Celaya Salvatierra y colaboro con el Dr. Contreras. Y coordinaré la mesa de Arte y Literatura en conjunto con el poeta Eugenio Mancera.

Saludos efectuosos.

Jeremías Ramírez Vasillas