Pascual Zárate Avila.- El mundillo municipal y citadino de Salvatierra contiene una alegría incontenible que ha perdurado por centurias. La crónica municipal es un conjunto de episodios repleto de ilusiones, de reconocimientos culturales, de festividades con significados siempre abiertos a ser descubiertos por la mirada interrogante.
Editar el blog de la "Arcadia salvaterrense" es una exploración inagotable de sorpresas emocionantes, de descubrimientos insospechados y de éxitos impensables. La lectura del ser comunitario, de la identidad cultural de los poetas, teólogos, cronistas, políticos, actas e informes es un homenaje a la inteligencia al adentrarnos en el sentido trascendente de las acciones emprendidas por los grupos sociales.
Lo interesante del blog reside en la nobleza de la historia de la ciudad, que no encierra pasajes negros, ni escondidos secretos malignos sino que esta abierto al conocimiento, a la explicación. Todas las generaciones se afanaron, en su época, a explicar sus experiencias gratificantes, en mostrar sus momentos de satisfacción, en elaborar una literatura que llegara a las siguientes generaciones.
Obras destacadas expuestas con una enorme ingenuidad, destacados salvaterrenses recordando la ternura de su ciudad mientras evocan los lugares que compartieron con sus padres, hermanos y amigos, una armoniosa sintonía entre amistad, amor y paseos por el jardín, por el río, por los templos y por las fiestas patronales.
Los retratos de la ciudad, las leyendas, las anécdotas, los poemas, las pinturas, las fachadas, los rosales y las tradiciones están registradas en el blog, con el cuidado que merece tomar como un tesoro al patrimonio documental, edificado y tradicional. Las emociones son internas, personales pero se trasmiten, se contagian, por lo que este gozosa satisfacción y orgullo por lo nuestro que siento cuando comunico, en descripciones y narraciones virtuales, los hallazgos documentales y piezas artísticas creadas por los salvaterrenses, estoy seguro que ello emociona a todos cuantos han pasado una temporada en la ciudad.
Ahora hay que unir voluntades para educarnos mutuamente en el amor a nuestro origen, para que podamos preservar la cultura que disfrutamos, y ese empeño es más que nada una actitud ética y una actitud política, que muy bien debemos impulsar siempre, como una agenda de permanente superación. Hoy nos falta mucho de la necesaria comprensión del valor de la cultura y la educación de la ciudad, y eso es una magnifica oportunidad para convertirnos en los principales protagonistas de la esperanza, de que para mañana, para el próximo periodo municipal ya tenemos objetivos, ya tenemos los caminos del desarrollo humano, del desarrollo social, del desarrollo económico y que contamos con el patrimonio municipal como el saber absoluto para alcanzar la libertad, la igualdad, la creatividad y el bien.
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