Nunca supo de soles la mañana
que con tal brillo ornaran su hermosura,
ni nunca hubo claridad más pura
con esplendor de cósmica fontana.
Nunca pureza ínclita y humana
conoció en sus entornos la natura,
ni nieve alguna tuvo más blancura,
ni más pulcra belleza soberana.
nunca nítida luz, ni la alborada,
a la espesura de la noche fría
la dejó de tal forma iluminada.
¡Virgen más pura que la luz del día!
¡Madre Impecable en oros coronada!
¡Dueña, Señora, Soberana mía!
Hugo Ramón García Guzmán
1 comentario:
me encantooo... y me sirvio mucho para las tareas. GENIAL!
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