domingo, 3 de agosto de 2008

Ana María de López Tena, una poeta en el jardín.


El agua es un elemento asociado a lo femenino. El agua nos lleva a la hermosura de la mujer. El agua tibia, el agua clara, al agua refrescante son placeres que el hombre, asocia a las caricias femeninas. El agua es voz de mujer, cascada de habla femenina. Ana María se siente bella, se siente habitar el agua, siente ser mujer de lluvia, de dolor, de llanto. En ella, el agua simboliza la reproducción, la procreación y, se siente con el deber de engendrar vida, en tanto, que es mujer. Y así, nos habla de ese poder del agua en la tierra, y de sus lágrimas en las palabras. La lluvia en el patio son perlas, que identifica con las palabras, y esas perlas del patio, reflejan su casa y su cara, así como las palabras reflejan su alma.

La noche lloró:
me lo ha contado hoy el alba.
y las cuencas de la tierra
están temblando de lágrimas.
¡La noche anoche lloró
sin que yo la acompañara!.

Noche clara o noche oscura. ,
noche de estrellas prendada. ,
¡la noche siempre conmigo!.

Ella y yo somos hermanas.
ella del llanto fecundo
y yo, de la estéril lágrima.
De perlas multicolores
la tierra está derramada. ,
y en rotos espejos múltiples
puedo contemplar mi cara.
¡Ay, que la noche lloró
sin que yo la acompañara!.

Para Ana María, la ciudad se representa con los lugares sagrados, los conventos, donde la voz se oye fuerte, como en un diapasón. Para ella, la plaza cívica, el jardín principal, retrata su vocación. Lo civil, lo universal del hombre, es su esencia como poeta. La inspiran la asamblea que constituye al jardín de Salvatierra, un espacio abierto siempre para todos. Así, su decir, su hablar, su voz con sonido de las letanías conventuales, esa voz que es, también, replica de la fuente que está en los corredores: Con su poesía, ella ilumina las cosas cotidianas con la luz de un farol, al nombrar el sentido de su vida. Y el río tiene su voz, tiene su vida, y dice de ella muchas cosas. Para Ana María, en su poesía esta la voz, el canto del río, como si, la corriente de agua declamara sus versos. El río es lo bello, es la perfección del sonido, así suena su poesía. Ella es una rosa con roció, es decir, una poeta con metáforas cubierta. El rocío, es una minúscula gota de lluvia que, para Ana María, son palabras musicales, que reflejan, contienen, como espejo, los temas de su pensamiento.

Yo vivo del ritmo en pos. ,
ritmo grave y señorial.
Por eso tiene mi voz
cierto sabor conventual. ,
impregnada del ambiente. ,
de la hondura de la fuente
y del farol colonial.

Cante o llore, es natural.
canto con la voz del río
de acento sentimental.
Lloro en el sauce sombrío
y, si me muestro orgullosa. ,
me lo contagió la rosa
que se adorna con rocío.

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