Los símbolos de los muros de los templos de Salvatierra, Gto.
por Pascual Zárate Avila
Aunque los datos no son seguros en todos sus detalles, sabemos que nació en Lisboa a finales del siglo XII, sin que podamos fijar la fecha con exactitud. Murió en Padua el 13 de junio de 1231 a la edad, aproximada, de 39 años.
En un costado del presbiterio del templo de san Antonio esta la pintura que refiere la aparición del Niñó Jesús a san Antonio de Padua. El cuadro nos presenta como escenario una locacin del convento de San Buenaventura de Salvatierra. Las puertas y la boveda del techo son tomadas de las celdas, lo mismo que la escultura de la crucificción es el retrato de un original que está en la Capilla de la Soledad, en el templo mayor de San Francisco. Las mesitas, el buro, el lava manos, la cama y la silla son muebles propios de las celdas del convento franciscano, a cuyo modelo se acogió el pintor Pedro Cruz para la creación del cuadro mural.
Hay un discreto florero en la mesa de estudio, el libro de la Biblia esta en un porta libros de madera pisando con una hoja de papel, donde se lee la redacción de un sermón del Santo franciscano y, el niño, de piel rosada y cabello amarillo, está dibujado sentado con los brazos abiertos como muestra de aceptación y confianza mutua con san Antonio. La perspectiva nos da una escena donde los personajes son vistos como a hurtadillas desde una ventana exterior.
Una interpretación icónica es relativa a que san Antonio recibe una iluminación especial de las preguntas que le realiza a Jesús en su niñez. Es decir, que la humildad y entrega a la fe franciscana sólo le basta la enseñanza de la ingenuidad y simplicidad de la infancia de Jesús.
Transcribimos un relato de la revelación del Niño Jesús a san Antonio:
"La visión
Una vez en que el beato Antonio se encontraba en una ciudad para predicar, fue hospedado por una persona del lugar. Éste le asignó una habitación separada, para que pudiera entregarse tranquilo al estudio y a la contemplación. Mientras rezaba, solo, en la habitación, el propietario multiplicaba sus idas y venidas por su casa.
Mientras observaba con atención y devoción la habitación donde rezaba San Antonio solo, ojeando a escondidas a través de una ventana, vio entre los brazos del beato Antonio a un niño hermoso y alegre. El Santo lo abrazaba y lo besaba, contemplando su rostro incesantemente. Aquel hombre, asombrado y extasiado por la belleza del niño, pensaba por sus adentros de dónde habría venido un niño tan gracioso. Aquel niño era el Señor Jesús."
Mientras observaba con atención y devoción la habitación donde rezaba San Antonio solo, ojeando a escondidas a través de una ventana, vio entre los brazos del beato Antonio a un niño hermoso y alegre. El Santo lo abrazaba y lo besaba, contemplando su rostro incesantemente. Aquel hombre, asombrado y extasiado por la belleza del niño, pensaba por sus adentros de dónde habría venido un niño tan gracioso. Aquel niño era el Señor Jesús."
En el costado derecho del presbiterio del templo de san Antonio de Padua está el cuadro mural de la predicación de san Antonio a los peces en Italia. Este cuadro lo realizó Pedro Cruz hacia 1966. Es de notar que Pedro Cruz era un pintor académico de la escuela de San Carlos, por lo que su técnica esencial era pintar teniendo a los modelos originales a la vista. Podemos inferir, por tanto, que la escena del mural fue obtenida por el pintor de una locación ubicada en un remanso del río Lerma, y el fraile retratado, algún amigo del artista.
El libro de los evangelios está abierto, como señal de predicar la palabra de Dios, lleva el sayal café de humildad y el cordón que era también las cuentas del rosario.
Enseguida anotamos la descripción sobre el pasaje de la predicación que está publicado en http://www.corazones.org/santos/antonio_padua.htm:
"En una ocasión, cuando los herejes de Rímini le impedían al pueblo acudir a sus sermones, san Antonio se fue a la orilla del mar y empezó a gritar: `Oigan la palabra de Dios, ustedes los pececillos del mar, ya que los pecadores de la tierra no la quieren escuchar´. A su llamado acudieron miles y miles de peces que sacudían la cabeza en señal de aprobación. Aquel milagro se conoció y conmovió a la ciudad, por lo que los herejes tuvieron que ceder."
Los franciscanos poblaron la imaginación de sus devotos con una gran cantidad de leyendas que mezclan lo sobre natural con episodios religiosos. En Salvatierra, las dos imágenes religiosas que son verdaderos mitos de identidad social son el Señor del Socorro y la Virgen de la Luz.
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