Blog editado por Pascual Zárate Avila para apreciar, conservar y difundir la cultura del arraigo salvaterrense.
lunes, 25 de noviembre de 2024
Enlaces a diez biografías del libro "100 salvaterrenses sobresalientes" de J. Jesús García y García, publicadas en Arcadia Salvaterrense
sábado, 23 de noviembre de 2024
Una ciudad educadora debe conocer su identidad a través de la historia de sus familias
Vídeos del trabajo de J. Jesús García y García sobre la Salvaterridad
por Pascual Zárate Avila
J. Jesús García y García
sábado, 27 de abril de 2024
Germán Cervantes Vega, ante su posible legado de salvaterridad
¿Cómo pertenecer a la salvaterridad?
Al conversar en Querétaro con don J. Jesús García y García, un salvaterrense estudioso de la cultura local de la ciudad, recordé el ofrecimiento de Germán Cervantes Vega de realizar un homenaje a varios salvaterrenses. Vino a mi memoria debido al trabajo de investigación histórica realizado por don Jesús García sobre los ciudadanos sobresalientes para el impulso artístico, social y económico de Salvatierra.
Don Jesús lleva más de una década trabajando en el tema titulado primeramente como “125 hombres y mujeres sobresalientes de Salvatierra”. Una investigación llevada a cabo desde su lugar de residencia en Querétaro, empleando sus propios recursos y su tiempo libre.
Con el ofrecimiento de Germán Cervantes Vega, presidente municipal, cobra un gran significado lo realizado hasta hoy sobre los 125 hombres y mujeres sobresalientes por don Jesús, puede ser un gran apoyo para el propósito del actual presidente municipal, quien puede ser catalogado como miembro del grupo de la salvaterridad.
He escuchado los discursos de Germán Cervantes Vega en ceremonias de entrega de obra y de comienzo de proyectos, y su habla concuerda con las características pedidas a un salvaterrense por don Jesús García para considerarlo miembro de la elite de la salvaterridad.
Cito los requisitos impuestos por don Jesús para la fraternidad de la salvaterridad: “Salvaterridad es un término —creo que de mi uso exclusivo— que aplico desde hace mucho tiempo a la designación de un compuesto sin mucha abundancia de elementos, pues sólo tiene dos básicos: el primero, haber nacido en Salvatierra; el segundo, reconocer tal origen en todo tiempo y lugar. Y ya en plan de mejorarlo, podemos añadir otros dos elementos: 1, amar a Salvatierra; 2, hacer algo importante por ella.
La edad de don Jesús será de noventa y cuatro años a partir del próximo cumpleaños, cuya fecha es el 25 de junio. Hoy se encuentra con excelente ánimo para concluir su investigación de los hombres y mujeres sobresalientes, estudio crítico iniciado desde lejanos tiempos de su vida, un trabajo tardado, pues es una elección de personajes localizados por sus obras señeras, abarcando todo el periodo histórico de la existencia de la ciudad de Salvatierra.
La conclusión de su investigación acerca de los hombres y mujeres sobresalientes será cuando sea publicada como un libro para, al ser leído por las nuevas generaciones, sigan integrándose más hombres y mujeres a la salvaterridad.
Alabamos el noble propósito del proyecto de salvaterridad del presidente municipal, Germán Cervantes Vega, -quien es hijo de padre y madre nacidos en Salvatierra, quienes, también, son hijos de padre y madre nacidos en la ciudad, - cuya intención de homenajear a salvaterrenses es una contribución a la identidad fraternal de la cultura de paz.
sábado, 10 de noviembre de 2012
La construcción de la presa de "El Cubo" en Tarimoro, Gto.
HISTORIA SALVATERRENSE: AÑADIDURAS Y RECONSIDERACIONES
Un jirón de la historia del aprovechamiento del agua: salvaterrenses en la construcción de la presa de “El Cubo”
martes, 17 de abril de 2012
J.Jesús García y García responde las inquietudes históricas de un joven de Cupareo que está en busca de su identidad salvaterrense
Infortunadamente es muy pobre la información que puedo proporcionar acerca de Luis de Alba y Alvarado y demás personas que menciona usted en su atento mensaje del 7 de los corrientes.
Como suelo comprobar la veracidad de los datos que me son dados para guía, a fin de ratificarlos o corregirlos, debo decirle que no hallé nada sobre la actuación de don Luis de Alba como alcalde mayor de Salvatierra por 1672. Cabía esperarlo así por la notable pérdida de documentación de índole administrativa del período en cuestión. Luego quise verificar el que don Álvaro de Soto y la esposa de éste doña Josefa Ponce de León, así como la madre de doña Josefa, Anna Ponce de León, hayan sido fundadores de Salvatierra. Y aunque no aparecen en sendas listas que publican Melchor Vera (Guatzindeo-Salvatierra, 1939) y Armando Mauricio Escobar Olmedo (http://mx.geocities.com/genealogiademexico/primeros/0342salvat.html), que contienen los nombres de las personas que dieron poder para las gestiones de la fundación a don Agustín de Carranza Salcedo o bien se obligaron a avecindarse en la ciudad cuya nueva creación se buscaba, los Soto-Ponce de León ciertamente deben tenerse por fundadores, ya que, independientemente de firmas, sí hicieron con los demás la mudanza de la margen izquierda a la derecha del río Lerma para asentarse junto o sobre el decadente pueblo de Chochones que serviría de referencia para la fundación de San Andrés de Salvatierra (ver archivo referente a la Cofradía del Santísimo Sacramento, que incluye una mención de Luis de Alba).
Otros datos: en el Libro número uno de matrimonios de españoles de la Parroquia de la Luz está registrado el que contrajeron el 19 de octubre de 1687 Gabriel de Pineda y María de Soto, hija ésta de Luis de Alba Albarado y María de Soto. De los padres del varón se dice que son difuntos; de los padres de la novia no se hace comentario alguno, por lo que se supone que para entonces aún vivían.
Seis años antes hubo otro matrimonio que puede estar hermanado con el descrito en el párrafo anterior: Miguel de Sandi y Arenas y Josepha de Soto Ponce de León se casaron el 4 de mayo de 1681 en San Andrés de Salvatierra. Padres de él: Pedro de Sandi Sandoval e Inés de Arenas y Bonilla. Padres de ella: Luis de Ma. (sic) y Ana de Soto (cfr. familysearch,org.)
Hago un añadido en relación con el matrimonio Sámano Turcios-Soto Ponce de León: En el libro antes citado, pero el 4 de marzo de 1691, se asienta la partida referente al rumboso matrimonio de Juan Baptista de Luyando y Bermeo, caballero del orden de Alcántara, originario del puerto de Santa María, en los reinos de Castilla, vecino de la Villa de Santa Fe de Guanajuato, hijo de Agustín de Luyando y Bermeo y Francisca Antonia Camacho (ambos difuntos, vecinos que habían sido del ya mencionado puerto de Santa María), con Gerónima de Sámano Turcios y Peralta, vecina de San Andrés de Salvatierra, hija de don Juan Gerónimo de Sámano Turcios y Peralta y de Cathalina de Soto Ponce de León (ambos también difuntos, vecinos que fueron de San Andrés de Salvatierra). Esta boda tal vez fue la más rumbosa que haya habido jamás en Salvatierra. Los padrinos fueron don Pedro de Arenas Quirós, Alguacil Mayor del Santo Tribunal de la Inquisición y Sargento Mayor por Su Majestad de las ciudades de Celaya y Salvatierra, y doña Nicolasa de Grijalva y Aragón. Fungieron como testigos don Miguel Velázquez de Lorea, Teniente de Alcalde Mayor de esta ciudad, y Blas Botello. El ministro que impartió el sacramento fue don José de Castilla, bachiller, cura párroco por Su Majestad y Juez Eclesiástico de la villa de Santa Fe del Real de Guanajuato. Los contrayentes estaban destinados a ser, a su tiempo, padres de la primera Marquesa de Salvatierra.
Nada más puedo aportar por el momento. Si llego a conocer otro dato, se lo comunicaré gustosamente.
Con afecto.
J. Jesús García y García.
jueves, 9 de diciembre de 2010
La anécdota literaria e histórica
De Largo a Largo
martes, 3 de agosto de 2010
El canto de las campanas llamándonos a lo nuestro.

Por J. Jesús García y García
La primera vez que emigré de Salvatierra fue hace la friolera de 62 años. Aquella resultó una emigración corta, de pocos meses, con julio incluido. Julio: mes, entonces, de nutridas procesiones al templo carmelita, con alborozadores y prolongados repiques de las campanas salvaterrenses de más grato sonido, mes en que se registraban aquellas reñidas competencias entre los gremios de Matadores y de Panaderos para ver cual de ellos organizaba mejor los festejos en uno de los dos principales días dedicados a la Virgen del Carmen: el 16, día de la fiesta; o el 23, la octava. Y, de manera más que espontánea, puse el tañido de esas campanas en el centro de mis añoranzas.
Mucho había leído yo una antología poética popular, que aún se sigue editando, de la que se me habían pegado estos versos que ahora cito de memoria, originales de Luis Rosado Vega: “¡Campanas, / clamorosas campanas de mi pueblo, / lejanas campanas, / cómo parece que os estoy oyendo!, y profiriéndolos a cada rato buena lata le di a mi hermana mayor, que era mi anfitriona.
Estando nuevamente en Salvatierra escuché una leyenda sobre cómo se fundieron mis campanas favoritas, las que, para mí, suenan a cielo, como diría don Agustín Yánez; leyenda que el columnista Chicharillo captó muy bien para incluirla condensada en su “Escamocha” (Vid. revista Cauce, núm. 4, 15 de julio de 1956): “¿Sabía usted por qué tienen un sonido tan singularmente bello las campanas del templo del Carmen? Pues nada menos porque tienen revuelto oro, plata y joyas diamantinas. En la fecha en que se fundieron se invitó a todos los salvaterrenses potentados a que fungieran como padrinos. Y estando ya en el lugar donde se efectuaba la fundación, los hombres empezaron a desfajarse las “víboras” llenas de monedas de oro ‘de ley’ para vaciarlas en el conducto por el cual corría el ardiente material de fundición; las mujeres, por su parte, dejaban caer en él anillos, brazaletes, collares y joyas diversas. Desprendimiento material de aquella buena gente, que habla mucho de la bonanza de otros tiempos y de la unión fraterna que existía entonces”.
El uso de las campanas es inmemorial y con su tañido se configura un sistema informativo, con algunas variantes según el lugar y el tiempo, que cada comunidad aprende a interpretar. El principal uso de las campanas ha sido siempre el de convocar a los fieles a los actos del culto o, simplemente, a la oración cotidiana, pero muchos otros empleos se les ha dado: han llorado a difuntos de diversas clases y condiciones, han tocado a rebato para poner en alerta, intentado conjurar las tempestades, implorado remedio para epidemias y otras necesidades públicas, anunciado alumbramientos reales, pregonado festividades o noticias civiles, etc., y, en el peor de los casos, han sido tomadas para fundir cañones.
Y, bueno, a pesar de ser tan armoniosas, las campanas de nuestro templo del Carmen no son las de más bello sonido del mundo, ni son tan grandes que hayan necesitado torres más altas para que su sonoridad se esparza más; pero con todo presentan cualidades que las han hecho objeto de la ambición ajena. Así consta en un expediente que hubo de abrirse en 1867 debido a la presentación de un curioso escrito de queja elevado al jefe político de Salvatierra, quien, según mis cuentas, debió serlo entonces don Severo Sierra:
“C. Jefe del Partido:- Los que suscribimos a ruego de los vecinos de esta población, ante usted, por el ocurso más oportuno y de la manera más respetuosa, exponemos: que, sabedores de que los habitantes del pueblo de San Miguel Tarimoro pretenden llevarse la campana mayor de nuestro convento del Carmen, y creyendo que carecen absolutamente de derecho para fundar y conseguir su pretensión, hemos elevado al C. Gobernador un ocurso pidiendo se sirva decretar que no ha lugar a la solicitud de los vecinos de aquel pueblo. Acompañamos a usted dicho ocurso, suplicándole se sirva elevarlo a la Superioridad, e informarlo como a su juicio fuere de justicia. No dudamos que su exquisito conocimiento acerca del carácter de los moradores de estos pueblos le hará manifestar al superior la posible emergencia de un conflicto o motín armado en el caso de que viera la clase baja de esta ciudad atacados sus derechos que, sin que se detenga a raciocinar, juzga perfectamente inatacables. Los indígenas conservan mucho todavía sus antiguas creencias y sus primitivas costumbres, y ningún freno es capaz de contenerlos cuando se convencen de que se da un ataque a la inmunidad de su pueblo. No por esto se entienda que se trata de arrancar con las amenazas un acuerdo favorable para nosotros. El buen juicio de usted comprenderá que nuestro objeto ha sido sólo indicar lo que sin culpa nuestra puede suceder.- Esperamos que informará nuestra representación como pedimos, en lo que recibiremos merced.- Salvatierra, veintiséis de noviembre de mil ochocientos sesenta y siete. Juan B. Arias (rúbrica).- Joaquín López (rúbrica).- Jesús Soto (rúbrica)”.
No he logrado saber qué fue lo que siguió en este caso, aunque es fácil suponer que nada, y lo califico de curioso porque los signantes del escrito se escudan detrás de la población indígena, que nunca ha predominado en Salvatierra ni se le ha hecho el menor caso, y porque, además de pretender que el gobierno estatal emitiera decretos sin sustento, parecían ignorar que bajar de su lugar una campana y sacarla de su población no es igual que cortar al paso una manzana del cercado ajeno.
lunes, 26 de julio de 2010
Las tareas diplomáticas del salvaterrense Zozaya durante el I Imperio Mexicano
El diplomático Zozaya percibió oportunamente
los verdaderos sentimientos de Estados Unidos respecto a México
El número de enterados se vuelve mucho menor cuando se abordan algunos detalles de la interesante biografía de este abogado.
Escrito lo anterior el 26 de diciembre de 1822, fue un anuncio, con un cuarto de siglo de anticipación, del gran despojo de que nos harían víctimas nuestros vecinos del norte.
martes, 20 de julio de 2010
El Centenario de la Independencia y el progreso de Salvatierra con el alumbrado público
Por J. Jesús García y García
En los términos de esta escritura y de no haber ocurrido atrasos —ni tampoco adelantos— el servicio de alumbrado público por electricidad en Salvatierra debió inaugurarse a principios de 1903 (atención a la cláusula undécima) y no en 1900 o 1901 como ha llegado a decirse.