Publico el trabajo de investigación sobre el árbol genealógico de la familia Soriano, como apellido principal, realizada por nuestro amigo J. Jesús García y García. Artículo que surgió por la conversación virtual que tuvimos el doctor Leonardo y su servidor, lo cual ocasionó que espontáneamente don Jesús hiciera este interesante documento.
Luego de saber por la familia Soriano de que el doctor Leonardo estuvo en Salvatierra y contó parte de la romántica historia de amor de sus progenitores, publico el documento esperando sea de interés general.
Al señor doctor Leonardo Ramón Álvarez Larrauri:
Instigado, digamos, por lo que se dijeron usted y el licenciado Pascual Zárate Ávila en sendos correos electrónicos acerca de la posibilidad de obtener algunos datos sobre el linaje Soriano que echó raíces en Salvatierra en el siglo xviii, paso a comunicarle lo que sé del asunto, información sin duda incompleta y sucinta, pero que puede ser útil para que usted la amplíe con la que pueda resultar de otras fuentes.
Soriano, el apellido de origen aragonés a que nos referimos, no es, actualmente, uno de los más usuales en los pueblos de habla española. Pero esa condición era peor, al menos por lo que se refiere a la Nueva España, en los siglos xvi y xvii.
Sólo por dar unos ejemplos: no hubo Soriano alguno entre los soldados que a las órdenes de Hernán Cortés conquistaron a México ni entre quienes en los primerísimos años se avecindaron en la ciudad de México, si hemos de creer lo que nos dice don Manuel Orozco y Berra en su obra Los conquistadores de México, (México, Editorial Pedro Robredo, 1938).
Por su parte, Peter Boyd-Bowman, en su Índice geo biográfico de más de 56 mil pobladores de la América hispánica. I. 1493-1519 (México, Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM/FCE, 1985), sólo dos veces registra el apellido de referencia, portado por dos clérigos que iban a establecerse en Pánuco; todo esto a pesar de que el apellido apareció, a decir de algunos, en el siglo IX de nuestra era, aunque no fue objeto de registro formal hasta el xii.
Por ello resulta sorprendente que en los siglos xviii y xix haya habido un nutrido brote de Sorianos que vinieron a establecerse en tierras mexicanas. Sobresalieron entonces en cuanto a captación de pobladores de esa seña el Distrito Federal, Puebla, Oaxaca, Durango y Guanajuato (dentro de éste: la capital del estado, San Miguel Allende, Uriangato, Valle de Santiago y Salvatierra).
A Salvatierra los primeros Soriano llegaron a la mitad del siglo xviii y se avecindaron en el pueblo de San Nicolás de los Agustinos, posiblemente atraídos por el emporio agropecuario que era a la sazón la hacienda de San Nicolás, propiedad de los monjes agustinianos.
Poco después se fueron trasladando a la ciudad cabecera del distrito y aquí una rama de Sorianos se arrimó inteligentemente al barrio de indios de San Juan Bautista, área huertera, cuyo control pronto adquirió. Se distinguieron en esto don Donaciano Soriano Feliberto [así, y no Filiberto] y su esposa doña Carlota Cortés, ésta, durante largos años, la reina vendedora en la localidad de manzanas, perones, membrillos y, por supuesto, guayabas.
Los datos familiares resumidos que he reunido de aquellos Soriano que a usted le interesan son los siguientes:
Ignacio Soriano y María Ignacia Feliberto. Se trata de una pareja matrimonial de la cual no he obtenido los datos primordiales pero cuya existencia se infiere del registro de sus tres hijos siguientes:
Juana María Soriano
Bautizada el 28 de diciembre de 1803 en la parroquia de Nuestra Señora de la Luz de Salvatierra.
Ildefonsa Guadalupe Soriano
Bautizada el 23 de enero de 1806 en el mismo recinto religioso.
José Antonio Soriano, nacido en 1814, quien casó el 16 de noviembre de 1836 en Salvatierra con María Francisca Niño [n. 1812], hija de Domingo Niño y María Severa Ramos. José Antonio y María Francisca son los trastatarabuelos de usted, o abuelos cuartos, si prefiere decirles así. Con don José Antonio nació el apellido compuesto Soriano-Feliberto, que fue preferentemente usado por casi todos los descendientes. Hijos de este matrimonio fueron, cuando menos, los que siguen:
María GuillermaSeverina Soriano Niño
Bautizada el 11 de febrero de 1841 en la parroquia de Nuestra Señora de la Luz de Salvatierra.
María Lina Cleofas Soriano Niño
Bautizada el 25 de septiembre de 1843 en el mismo lugar.
Donaciano Soriano (cuya fecha de nacimiento o bautizo ignoro), quien casó el 24 de mayo de 1855 en la parroquia salvaterrense con Carlota Cortés, hija de Miguel Cortés y Apolinaria Vallejo. Donaciano y Carlota son, como usted lo sabe, sus tatarabuelos, e hijos de ellos fueron, al menos los siguientes:
Benito Rafael Soriano Cortés
Bautizado el 22 de marzo de 1856 en Salvatierra.
Eulogio de la Trinidad Soriano Cortés
Bautizado el 12 de marzo de 1860 en Salvatierra.
María Sixtos de la Luz Soriano Cortés
Bautizada el 31 de marzo de 1861 en Salvatierra.
Hermenegilda de Jesús Josefa Soriano Cortés
Bautizada el 13 de abril de 1863 en Salvatierra.
Julia Soriano (cuya fecha de nacimiento o bautizo ignoro), quien casó el 26 de noviembre de 1884 en Salvatierra con Cristóbal Prado, hijo de Jesús Prado y Antonia Tapia. Como usted mismo lo dice, Cristóbal y Julia son sus bisabuelos.
De ahí en más, las pistas se escasean hasta quedar concentradas en Benito Rafael, tío bisabuelo de usted, quien usó el nombre de Benito Soriano Feliberto.
Estudió la carrera de medicina en la ciudad de México y allá publicó su folleto Breve estudio sobre el empleo del cloroformo en los partos naturales: tesis que para el examen general de Medicina, Cirugía y Obstetricia presenta al jurado calificador Benito Soriano Feliberto (México, Tipografía Literaria de Filomeno Mata, 1884).
En la propia capital del país contrajo matrimonio (24 de abril de 1884) con Soledad de la Piedra, con quien procreó a dos hijos: María Elisa Juana Enedina Trinidad de los Dolores Soriano (bautizada el 14 de mayo de 1885 en Salvatierra) y José Luis Gonzaga de la Santísima Trinidad Soriano Feliberto (bautizado el 21 de septiembre de 1886 en Salvatierra).
Habiendo enviudado, desposó a María Guzmán, con la que tuvo, al menos, dos hijos: María Julia Eufrosina del Carmen Soriano (n. 1 de noviembre de 1901) y José Benito Soriano Soriano (n. 13 de abril de 1902).
Este señor es recordado como uno de los jefes políticos (1901-1907) —cargo equivalente al de presidente municipal de ahora— mejores que haya tenido nuestro municipio: construyó el panteón municipal sobre el antiguo de San Elías; hermoseó la plaza de la Constitución, dotándola de bancas de hierro que todavía están en servicio, de un kiosko que aún está allí, y frondosos árboles cuya mayoría perdura; reparó la casa municipal, y fue factor determinante para la introducción de la energía eléctrica a la ciudad, entre lo más notable.
Después destacó como empresario, primero estableciendo unos baños públicos y después regenteando, por ahí de 1918, el Molino de San Juan, que había fundado su padre don Donaciano en 1887, en el barrio de que antes se habló, para la fabricación de harina de trigo.
Atentamente.
J. Jesús García y García.