jueves, 15 de abril de 2010

Ruinas del primitivo convento de San Andrés de Guatzindeo.


La foto presenta los arcos del primitivo convento dedicada a san Andrés por los franciscanos, en 1619, para dar servicios espirituales a las familias españolas asentadas para laborar en el molino de trigo que aprovechaba un pronunciado declive del canal de Gugurrón, y con la fuerza del agua movían las aspas de madera de la rueda para la molienda. Los arcos existen como vestigios en tres casas particulares, ubicadas en la calle vecina a la barda perimetral trasera del convento franciscano de San Buenaventura.

A decir del propietario, quien vive ahí desde su infancia, los arcos eran más altos y en las columnas al interior del siguiente cuarto había nichos, pero con el tiempo él rellenó el piso y los nichos quedaron a la altura de la cintura, lo mismo que cubrió un antiguo pocito que estuvo a un lado de donde se tomó la perspectiva de la foto.

Esta edificación religiosa se abandonó en 1638 porque no cubrió los requisitos de armonía de la fachada, proporciones amplias y belleza del altar que exigía el edicto novohispano de 1634, emitido por el Obispo de Michoacán, para templos parroquiales, como era el propósito de la capilla de San Andrés desde 1619.

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