Por Pascual Zárate Avila
El espíritu de perfeccionamiento ante las fallas sociales y personales es una noción innata al ser humano, en todas las sociedades a lo largo de la historia. La permanente visión de un futuro modelado por la imaginación creativa y expresado en palabras alentadoramente esperanzadoras, es una de las tareas de la filosofía: ¿Quiénes somos?, ¿De dónde venimos?, ¿Cómo seremos?. A estas interrogantes le han dado respuesta los hombres de acuerdo al espíritu de la época. Sólo tratemos de comprender las visiones expresadas por los protagonistas de la historia patria durante las gestas históricas, quienes tenían la utopía de establecer transformaciones radicales: Vasco de Quiroga, fray Bartolomé de las Casas, Rafael Landívar, Miguel Hidalgo, José María Morelos, Lucas Alamán, Benito Juárez, Francisco I. Madero, José Vasconcelos, Lázaro Cárdenas y Octavio Paz.
Construir la utopía en cada familia, institución, grupo, barrio, comunidad, ciudad y región, hoy es una tarea multicultural y es, por tanto, una construcción social del conocimiento en la que participamos de manera espontánea como reacción al mal estado de la vida social.
El signo de los tiempos que nos tocó vivir es la supercarretera del conocimiento, la posibilidad de vincularnos en grupos culturales mundiales, emplearnos en compañías proveedoras de servicios globales y participar en asuntos públicos de localidades comunitarias con pleno conocimiento de la tradición milenaria.
La ciudad educadora y la sociedad del conocimiento son una nueva utopía social que expresa una vía de perfeccionamiento a partir del territorio habitacional enlazado con vínculos e intereses globales.
Existe una organización mundial de ciudades educadoras y múltiples redes de sociedades del conocimiento centradas en áreas de construcción social del conocimiento: foros de experiencias entre enfermos de la misma afección, redes virtuales de fanáticos de música rock, de equipos deportivos, de movimientos literarios y visuales y de ciudades patrimonio de la humanidad.
En este blog de "Arcadia salvaterrense" esta desarrollada una reflexión seria sobre la identidad comunitaria, con las aportaciones de los escritores del pasado originario y del presente que responden al llamado de la salvatirrad, como lo definió Jesús García y García.
El blog de Arcadia salvaterrense es un breve vislumbre de una ciudad educadora y de una red del conocimiento en Salvatierra, pero que no basta ni es satisfactorio para dar una visión completa de lo que se vive, y de los que se quiere vivir, por todos los grupos y personas vinculadas, de algún modo, con la ciudad.
Si la política, en una concepción amplia es la relación del hombre con el hombre, entonces la naturaleza de un proyecto de ciudad educadora es un proyecto político de democracia municipal.
Si la economía es la relación entre el hombre y la naturaleza, la sociedad del conocimiento es un proyecto económico de incorporación global de las potencialidades del territorio local.
Lo político implica una voluntad expresa tanto de los representantes populares como de la sociedad organizada y de los ciudadanos capaces de pensar, de manera independiente, el bien común. Los actores políticos de representación municipal de Salvatierra conocen la opción del proyecto para asumir la política pública de construir un ciudad educadora y una sociedad del conocimiento como una vía de perfeccionamiento social, que no deja de estar dentro de la noción de utopía como lo han sido las visiones históricas del pasado que iniciaron con la fundación de la ciudad y con la construcción de los símbolos de la identidad comunitaria basados en valores universales.
La intención es educar a toda la población como ciudadanos participativos e incorporarlos a las oportunidades económicas que ofrece la vinculación con el mercado globalizado en oportunidades turísticas, artesanales, agrícolas, industriales y de servicios basados en los conocimientos.
El mundo se achicó y se volvió horizontal, Salvatierra está cercana a las oportunidades de desarrollo económico y social, ahora hay que verlo de esa manera e integrarnos favorablemente como sociedad política municipal.
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