En sesión de Cabildo el Ayuntamiento de Salvatierra votó por la remoción de cuatro personas de los cargos de Oficial Mayor, Director de Obras, Director de Servicios Públicos y Coordinación de Educación. La votación se compuso de 10 votos a favor de las destituciones y dos en contra.
La reflexión positiva es en el sentido de que este Ayuntamiento no recrea las viejas prácticas de manipular a los regidores mediante negociación consabidas de ¿qué te concedo de tus gestiones regidor?, pero vota y sigue mis instrucciones. Tampoco emplean la consabida artimaña de llenar de favores a un regidor remiso para asegurar la mayoría en una decisión. Esto expresado lo considero asi como una opinión surgida de la observación externa ciudadana.
La decisión de 10 votos a favor de la remoción de funcionarios es un acto de madurez de cuerpo edilicio y una forma de hacer funcionar los principios políticos y de gobernanza que envuelven a la función social de un cabildo, donde lo que cuenta es la inteligencia grupal, las diferencias de enfoques en los temas, los disensos, el diálogo y la deliberación reflexiva para decidir. Y el papel de quien preside es la de conducir las deliberaciones, registrar las participaciones y ejecutar los acuerdos del cabildo. Y si con este reciente episodio las acciones toman ese camino, en Salvatierra se sepultará al casiquismo machista y patriarcal, el autoritarismo patrimonial de quienes fungían como presidentes municipales, y será el fin de los asesores con más poder que los representantes populares.
Este camino se debe de consolidar, de lo contrario la vida política institucional del municipio caerá en propuestas de remociones por resentimientos sociales, por soberbia, vanidad y egoísmo, además de ser un arma velada para la amenaza y el acoso a funcionarios y trabajadores. Por ello el papel de la ética política debe estar presente en los integrantes del Ayuntamiento, y sus actos deben estar dirigidos a un valor democrático, como lo pueden ser la solidaridad, tolerancia, igualdad, respeto, libertad, objetividad, legalidad, transparencia, paz, seguridad, participación, bien común e inclusión.
Una marcha por el camino incipiente del fin del casiquismo machista patriarcal, que de manera estructural fue motivado por el cambio de género suscitado a partir del empoderamiento de político de las mujeres decididas a erraticar esa subcultura política, muy bien por la alcaldesa.
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