Ana María de López Tena, la sor Juana de Salvatierra, Gto.
Primero la biografía de Ana, nació en 1919 en la casa ubicada frente a la fuente de los fundadores en los portales de Zaragoza. La escuela de las primeras letras fue el Colegio Guadalupe Victoria, fue la educación elemental, donde aprendió a componer versos por la tradición del libro de Tirso Rafael Córdoba: “Manual de Literatura Hispano Americana”. Luego a los quince años pierde a su mamá, su matrimonio es a los 19 años, su hija es a los veinte años, tiene dos hijas y un hijo. A los 27 años ingresa a la orden tercera de San Francisco
Luego muestra sus primeros poemas a los 38 años y son publicados en Ábside, revista cultural de los escritores católicos. Era 1957, a los 42 años publica su primer libro “Agua Dormida”. A los 48 años funda la corresponsalía del Seminario de Cultura Mexicana en Salvatierra. A los 50 años le publica el Seminario de Cultura Mexicana, el poemario La Canción del Árbol.
Se cambia a vivir a Guanajuato en 1972, a los 52 años y fallece en Guanajuato a los 59 años.
En el transcurso de su vida fue creciendo en lo intelectual, en el aprendizaje cultural, en la composición de poemas. Tiene amistad con intelectuales mexicanos, gracias a la existencia de la imprenta franciscana en Salvatierra. Venían los sacerdotes intelectuales a Salvatierra para revisar las galeras de los libros y, los días de estancia de revisión, organizaban tertulias literarias en las casonas. Uno de estos importantes intelectuales sacerdotes fue Joaquín Antonio Peñalosa de San Luis Potosí.
Joaquín Antonio Peñalosa Ingresó a la academia en 1955. Seguramente fue el vínculo para hacerle llegar sus poemas a su compañero de la Academia Mexicana de la Lengua, Alfonso Junco en 1957, quien fungirá como su asesor para estudiar y perfeccionar su talento literario de poeta.
Ella creció en una sociedad conservadora, de acendrado catolicismo en el centro de la ciudad. Dentro del pensamiento tradicional hay autores de pensamiento avanzado a los cuales estudió Ana María bajo la guía espiritual de sacerdotes intelectuales. Ana María leyó a Santa Teresa de Jesús, a san Juan de la Cruz y a sor Juana Inés de la Cruz, quienes conciben la vida religiosa de manera cercana al avance de las ciencias naturales y sociales.
Son autores de la iglesia quienes le dan a la mujer un valor sobresaliente en la salvación y en la vida terrena, en la vida secular. Dos mujeres intelectuales fueron sus mentoras. santa Teresa de Jesús para aprender de la prédica y conferencias de los sacerdotes que visitaban Salvatierra, quienes eran autores de libros franciscanos. La otra mujer religiosa es sor Juana Inés de la Cruz, de quien aprende a buscar la realización de sus sueños de aprender el conocimiento de las ciencias humanas y el arte secular de la poesía.
Aprendió de san Juan de la Cruz con su poesía lírica, su inspiración mística para llegar a ver a Dios. Estudio de san Juan de la Cruz sus poemas de las canciones espirituales y los ejercicios de los 7 caminos de la subida al Monte Carmelo.
Ana María hizo crecer el horizonte de las alternativas de crecer en una sociedad tradicional, donde el papel de la mujer es el de pie de casa, destinada a los trabajos domésticos o a la vida consagrada. Amplió las actividades de la mujer al escribir poemas, publicar sus libros, fundar una institución pública cultural, organizar una peña literaria, dar recitales de poesía e invitar a intelectuales mexicanos a dar conferencias magistrales. Pudo ampliar su horizonte de prácticas provincianas para las mujeres a quienes invitó a pertenecer a la peña literaria realizada en su casa.
De toda esta reseña hecha nos legó películas y fotografías tomadas por su esposo David López Tena.
Tomó el estado de matrimonio con un joven fotógrafo, David López Tena, quien desarrollo la afición a la fotografía. Además de ser gerente de la fábrica de aceites San Juan, propiedad de su cuñado Rosalío Lira Zamudio, quien fue casado con su hermana Elena, ella y David eran originarios de Acámbaro, Gto.
Elena quedó viuda y propietaria de la aceitera San Juan, para dirigir la fábrica heredada de su marido, le encomendó a su hermano el cuidado de la aceitera, hasta que se incendió en 1964.
Luego, la familia López Castillo, vivieron del trabajo fotográfico de don David López Tena, quienes tuvieron un estudio Agfa a un lado del edificio del cine Rex, en donde está la paletería La Michoacana, actualmente. Fue un local rentado.
Vendieron su casa cuando decidieron aceptar la invitación de su hijo de ir a vivir a Guanajuato, era la casona de la calle Madero, la cual ganó el premio a la conservación del patrimonio edificado del estado de Guanajuato en la categoría de inmueble habitacional en el año de 2006.
Para su venta, el matrimonio López Castillo tuvieron a un cliente migrante, quien cuando estaba visitando la casa con toda la disposición de pagar el precio impuesto a la casona, el cliente, al ir conociendo el espacio doméstico, fue diciendo los cambios futuros a realizar de acuerdo a sus gustos. Como el matrimonio comprendió el destino de demolición para su casa antigua, de excelente conservación por su amor al edificio monumental, con un gran valor arquitectónico, decidió no venderle al cliente migrante, y como el matrimonio Ruiz García, les había ofrecido un pago menor por la casa, decidieron venderle la casona al matrimonio Ruiz García con la promesa de ellos, de darle mantenimiento y reparaciones para mantenerla en estado positivo de conservación. Efectivamente hicieron honor a su compromiso de mantener conservado el edificio de la casona de Madero, la cual hoy es un hotel boutique.
¡Cuál es el valor de la obra de Ana María? ella es un caso de crecimiento humano a través del estudio, de la lectura y del valor de decidir para sí misma, para apreciar su yo, su personalidad y sus sueños propios, pensar por sí misma en su ser único de mujer, de ser humano.
Leer a Ana María es comprender ese proceso de transformación en Salvatierra, Gto. Leer a Ana María es una motivación para comprender como se emprende el vuelo desde el lugar donde estamos, desde Salvatierra mismo.
Y sus poemas son los pensamientos de ese camino, de saber cómo creaba sus pensamientos propios de sí misma y por sí misma. Sus poemas era la forma de pensar y sentir, fue el camino para sentir las percepciones de su entorno provinciano, con un espíritu de esperanza para lograr la liberación de prejuicios asignados a la mujer y al ser humano.
Ella sabe de la capacidad de las personas preparadas para crear obras literarias, pictóricas, musicales, evangelizadoras y sociales. Hacía allá estaba su camino por el sendero de la lectura, de la atención de los sermones y las conferencias, dando su mejor pensamiento artístico para componer poemas.
El pensamiento de Ana María se refiere al entorno físico y espiritual religioso de Salvatierra, se refiere de manera metafórica al jardín principal, al atrio de la parroquia, al templo de San Francisco, a su casa y amigos, teniendo siempre una pregunta de cómo encontrar un camino de creación y de pensamientos de esperanza.
Cuando leamos o escuchemos un verso debemos de pensar en una vivencia y en una forma de comunicación abierta. Con sus poemas Ana María nos cuenta sus sentimientos íntimos y nos hace parte de un contacto familiar, nos trata como hermanos al escuchar sus versos expresados con confianza en ser bien comprendidos.
Concluyo dando esta percepción general de Ana María, dándole un lugar dentro de la historia de la literatura mexicana.
La lectura llevó a Ana María a imitar a sor Juana, Ana María fue autodidacta como la décima musa, quiso aprender en reuniones de tertulias literarias y se vistió con ropa masculina para asistir y convivir con comodidad, fue la primera en la ciudad en usar en reuniones sociales los pantalones, no como disfraz sino como mujer libre de elegir sus prendas de vestir. También fue examinada por sabios en su segundo tercio de vida, conversó con intelectuales de la talla de Salvador Novo, Jesús Guisa y Azevedo, Alfonso Junco, Joaquín Antonio Peñalosa, Francisco Mújica. Conversar con ellos fue el examen de su capacidad para pensar y de su desarrollo de la sensibilidad. Ana María tomó el camino de sor Juana Inés de la Cruz, el cual ahora es una forma más abierta de vivir por las mujeres, visten eligiendo sus prendas, eligen sus actividades culturales y profesiones, asisten a la enseñanza de todos los niveles, deciden por sí mismas, para sí y por sí.
Ahora vamos a escuchar la lectura de los poemas de Ana María, luego de leer y releer los poemas, haremos el ejercicio de comunicación de dialogar con los pensamientos de Ana María quien los puso en verso.
Les vamos a pedir nos compartan cuáles fueron las imágenes pensadas mientras escuchaban las palabras del poema.
Les vamos a mostrar de manera ágil el material fotográfico heredado por el matrimonio López Castillo a Salvatierra. También las lecturas y reflexiones de su obra. Además de fotografías de ella y su familia para hacer una reseña concreta de la vida artística de Ana María. Las fotos tratando de pintar su retrato de angustia, de dolor interior.
La poesía nos lleva por el conocimiento único e irrepetible del arte y de la historia. La obra artística nos enriquece, así es la obra de Ana María y su esposo David, en quienes tenemos una ventana eterna al alma de Salvatierra, un alma comunicativa de sus sentimiento, sueños y logros humanos.
Antes de seguir con la siguiente etapa, ¿qué opinan de la importancia de la obra de Ana María de López Tena para la cultura de Salvatierra?
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