jueves, 23 de noviembre de 2023

Geórgicas Mexicanas de Federico Escobedo (Advertencia de Landívar, transcripción)

Geórgicas Mexicanas de Federico Escobedo

por la transcripción Pascual Zárate 

ADVERTENCIA DEL PADRE LÁNDIVAR



     Bauticé con el título de "Rusticatio Mexicana" de este poema, ya porque todo lo acumulado en él se refiere a los campos de México; ya también porque entiendo que en Europa es de uso corriente y vulgar dar el nombre de México a todo el territorio de Nueva España, sin tener en cuenta la disposición de sus diferentes regiones. 

    En el presente opúsculo no se da cabida a ninguna ficción, fuera de la que introduce a los poetas que cantan a orillas del lago mexicano. Refiero lo que vi y cuánto me contaron testigos oculares, por todos conceptos veracísimos.

    Además, yo tuve cuidado de ratificar, por medio de la autoridad escrita de los testigos oculares, las cosas que parecen más peregrinas y más raras.

    Por lo que hace a las minas, confieso que en este poema faltan por decir muchas otras cosas. Más no me propuse dar acerca de tal trabajo una relación exacta y completa, pues que por ello hubiera se necesitado un grueso volumen; contentándome, únicamente, con dar a conocer las cosas más dignas de saberse. 

Finalmente, para que, sin ningún tropiezo puedas, lector benévolo, discurrir por las páginas de este poema; quiero que vayas advertido de que yo he de hablar, en lenguaje poético, cuantas veces ocurriere hacer mención de las falsas deidades del paganismo. Porque en verdad lo sé, y honrada y religiosamente lo confieso: que tales númenes ficticios carecen de sentido, y no tienen valor ninguno ni poder... 

    Temo, sin embargo, que mientras fueres recorriendo estas páginas vayas de tal vez a tropezar con algunos pasajes oscuros o de difícil comprensión; ya que, en argumento bien difícil, como el presente, en que todo tiene que expresarse en verso latino y en tal forma, que hasta los que desconocen los asuntos, los puedan percibir sin dificultad; esto constituye, ciertamente, un empeño arduo, por no decir que un imposible. 

    Con todo, para atender a la claridad, con la mayor diligencia que pude, mucho trabajé en estos cantos que ahora, por vez primera, salen a la pública luz; pero los ya conocidos por divulgadores, los llevé de nuevo al yunque de la corrección para retocarlos y pulirlos; en los cuales muchas cosas cambié, algunas añadí, y otras totalmente. las suprimir. 

    Pero aún así, es de temerse todavía que haya sudado inútilmente y no satisfecho el deseo de aquellos que, aun en obras que, por razón de su carácter, son difíciles en extremo, no quisieran aplicar el más leve esfuerzo, ni tomarse ningún trabajo. Con todo, sírveme de consuelo lo que sobre este asunto cantó Golmario Mersigliano: 

    "¡Ay!¡cuán difícil es nuevas palabras poder hallar, y consonancias nuevas introducir en el lenguaje, cuando hay en las cosas novedad entera!... 
Así que han de faltarme (desde ahora ya lo presiento) voces, con frecuencia; y también, muchas veces, a las voces ha de oponer el metro resistencia." 

N.B. 
Como simple comentó a esta donosa y discreta Advertencia del padre Landívar, que sirve como de prólogo galeato a su célebre poema rústico; cabe decir que, a pesar de las series dificultades que ofrecen, por su tecnicismo peculiar, las obras didascálicas; nuestro autor, en la suya, superó todos los obstáculos y allanó todas las barreras; pudiendo ufanarse no sólo de haber triunfado de las rebeldías de la forma, sino aún de haber remozado y embellecido el argumento mismo del poema. nota. Nota del traductor. 


Licencia 


    Vio este manuscrito don Carlos María Gambarini, clérigo regular de San Pablo, y Penitenciario en la Iglesia Metropolitana de Bolonia, por encargo del eminentísimo y reverendísimo señor cardenal Joanetto, de la orden de San Benito, Congregación Camaldulense, arzobispo de Bolonia y Príncipe del Sacro Romano Imperio. 

Día 28 de junio de 1782 
Imprímase 
Fray Luis María Ceruti, vicario general del 
Santo Oficio de Bolonia. 
(1) Traducción de la original latina que aparece al final de la Rusticatio




 A LA CIUDAD DE GUATEMALA (2)



¡Oh, salve, Patria para mí querida,
mi dulce hogar, oh, salve, Guatemala!.
Tú el encanto y origen de mi vida.

    ¡Cuánto, tierra bendita, se regala
el ánimo, evocando de tu suelo
las prendas todas, de natura gala!

    Me acuerdo de tu clima y de tu cielo;
A tus fuentes me asomo, y se pasea
por tus henchidas calles ¡ay! mi anhelo.

En tus templos mi vista se recrea, 
y a la sombra encontrarme de tus lares,
a ti volando el corazón desea.

A veces me parece los pinares
divisar de tus montes, y las frondas
que esmeraldas semejan a millares.

Ver, --por las mieses--, tus campiñas blondas,
campiñas en perenne primavera,
a las que riegan cristalinas ondas.

Con frecuencia la imagen placentera
surge en mi mente de tus grandes ríos
que huyendo van en rápida carrera

en torno de sus márgenes umbríos;
o bien el interior de tus hogares
ver me figuro lleno de atavíos.

Vuela después mi mente a otros lugares,
y sorprende jardines matizados
a Venus por las rosas singulares.

Mas... ¿ä dó se encaminan exaltados
mis pensamientos, cuando aun los tapices
de seda evoco en oro recamados,

y el pupúreo vellón?... Firmes raíces
el patrio amor en nuestras almas echa,
al refrescar memorias tan felices.

Memorias en que, al verse por la flecha
del infortunio herido, luego ufano
en ellas paz el ánimo cosecha.

Pero me engaño: que injuriosa mano
vino a agitar mi sosegada mente,
y mi ánimo a burlar ensueño vano.

¡Ay! la ciudad que ayer fuera esplendente
alcázar y del reino la señora,
admiración y pasmo de la gente;

¡de piedras un acervo es sólo ahora!
casas, templos y calles... no le quedan;
y aún del monte a la cumbre protectora

no sabe por dö ir, pues se lo vedan
los edificios que, en fatal rüina,
de su altura hasta el polvo ruedan.

¡Todo cae!... Parece que fulmina
sus alígeros fuegos el Tonante,
y con su roce todo lo extermina.

Mas, ¿para qué deploro sollozante
tanta escena de muerte y tanto estrago?
¡Espectáculo nuevo ved delante!...

Surgen ya del sepulcro, y por el vago
viento nuevas mansiones gallardean
y altos templos; del céfiro al halago

las fuentes, antes mudas, ya vocean;
torna el pueblo a llenar la “avenida”,
y alma quietud a cuantos la desean.

Más que de Egipto, el ave esclarecida
dichosa Guatemala, nuevamente
de sus cenizas saca vida.

¡Oh rediviva madre!; alza la frente
en júbilo bañada; y ya, al amparo
de otro nuevo desastre, largamente

puedas vivir. En tanto, yo, del preclaro
triunfo que de la muerte has obtenido
celebraré en mis versos sin reparo,

y haré sea en los astros conocido.
Por fin, mi ronco plectro con intensa
ternura te consagro; y sólo pido
tenerte a ti, por premio y recompensa.
                                        
                                         Rafael Landívar.
                                   (Autor del poema en hexámetros latino) 

(2) Esta sentidísima composición del padre Landívar, que es un magnífico canto elegíaco a su cara ciudad natal, figura al frente de la Rusticatio, como dedicatoria del poema, revelándosenos por ella su autor como un inspirado poeta lírico, que supo desde las remotas orillas del Reno boloñés, en Italia, durante injusto y largo destierro de que fue víctima, dulcificar los rigores de la aciaga suerte que le cupo, recordando en crecido amor a la patria lejana, en cuyo honor, y para darle a conocer en el extranjero, compuso este poema de la "Rusticatio Mexicana", que le ha dado justa celeridad, indeficiente gloria, y renombre inmortal. (Nota del traductor) 

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